viernes, 4 de enero de 2013

La avaricia: el deseo desmedido




En Lucas 12.15 Jesús dice: «Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee»

Jesús está hablando en este versículo de la avaricia. Dentro de este concepto están implícitos por lo menos tres puntos: La avaricia como el afán o deseo desordenado de poseer bienes, como una enfermedad del ahorro, y como mal propósito de vida.

Analicemos estos tres puntos:

La avaricia es el afán o deseo desordenado de poseer bienes

La avaricia tiene una relación muy estrecha con la codicia, porque codiciamos cuando deseamos desmedidamente dinero, poder y cosas materiales. Y con este fin el avaro toma pasos concretos para poseer estas riquezas sin que le importe el abuso que esto pueda representar para otros seres humanos. Por tal razón es frecuente también que la avaricia aparezca vinculada con otros pecados o delitos como la traición, la estafa y el soborno.

El avaro sólo pretende sumar más y más riquezas y no conoce ningún límite legal o ético para cumplir con su objetivo. Si es necesario perjudicar a otra persona o pasar por encima de la ley, el avaro está dispuesto a hacerlo.

El filósofo Platón dijo: 
  • “El hombre que no pone límites a su codicia, siempre se le hará poco, aunque se vea señor del mundo”
El profeta Jeremías condenando a los avaros dice: 
  • «A ti sólo te interesa el dinero y no te importa cómo lo ganes. Con gran violencia robas y matas a gente inocente», Jeremías 22:17


La avaricia es una enfermedad del ahorro

El avaro se aparta de los demás, se encierra en sí mismo y se impone una austeridad que va incluso en contra de sus necesidades vitales. Quien es avaro, pretende acumular todo tipo de riquezas materiales y no está dispuesto a gastarlas ni en sí mismo o compartirlas.

  • «Es una gran locura la de vivir pobre para morir rico», Juvenal
  • «De nada sirve que una persona sea dueña de todo el mundo, si al final se destruye a sí misma y se pierde para siempre», Lucas 9: 25


La avaricia como mal propósito de vida

El avaro hace del dinero o acumulación de bienes su propósito de vida. No tiene otro propósito. Toda su energía, goce o felicidad en este mundo está basado en sus riquezas o fortunas personales, si los pierde, pierde su vida.

Por tal motivo el avaro sacrifica horas de sueño velando por sus bienes porque vive con la obsesión del robo o del incendio.
  • «La avaricia y la paz se excluyen mutuamente», Erich Fromm
  • «Recuerden que la verdadera riqueza consiste en obedecerme de todo corazón», Lucas 12:34 (TLA)

Jorge Arévalo
Sección: Origen, Naturaleza y Consecuencias del Pecado
Catalogado en: LA AVARICIA

jueves, 3 de enero de 2013

La soberbia: el deseo de ser preferido por otros



Proverbios 16: 18 dice «Antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caída la altivez de espíritu»

La soberbia es causa de todo fracaso en la vida. «El orgulloso y arrogante al fin de cuentas fracasa», dice otra versión bíblica (TLA)

La soberbia se identifica como el deseo por ser más importante o atractivo que los demás, fallando en halagar a los otros, así de simple. Es el pecado cometido por Lucifer al querer ser igual o más importante que Dios mismo, pretendiendo robarle Su gloria.
  • «Entonces Jesús se sentó, llamó a los doce discípulos y les dijo: «Si alguno de ustedes quiere ser el más importante, deberá ocupar el último lugar y ser el servidor de todos los demás», Marcos 9:35
Veamos algunas de sus definiciones:

Es la sobrevaloración del yo
La soberbia se define como la sobrevaloración del Yo respecto de otros con el fin de superarlo, alcanzarlo o superponérselo. O bien en alcanzar un status elevado para subvalorizar a los demás.

Es la creencia de que todo lo que uno hace o dice es superior
La soberbia también se puede definir como la creencia de que todo lo que uno hace o dice es superior, y que se es capaz de superar todo lo que digan o hagan los demás.

Es la opinión de uno mismo exaltada a un nivel crítico y desmesurado
Esto es prepotencia.

       «La soberbia nunca baja de donde sube, pero siempre cae de donde subió», Francisco De Quevedo

       «El orgulloso será humillado, y el humilde será alabado», Proverbios 29.23


Tipos de soberbia

Existen muchos tipos de soberbia, como la vanagloria, que consiste en el engreimiento de gloriarse de bienes materiales o espirituales que se poseen o creen poseer, deseando ser visto, considerado, admirado, estimado, honrado, alabado e incluso halagado por los demás hombres, cuando la consideración y la gloria que se buscan son humanas exclusivamente.

Jesús dio un consejo importante para no andar buscando gloria de hombres. «Jesús se había dado cuenta de que los invitados a la cena llegaban y se sentaban en los mejores lugares. Por eso les dio este consejo: 

  • «Cuando alguien te invite a una fiesta de bodas, no te sientes en el mejor lugar. Porque si llega alguien más importante que tú, el que te invitó te dirá: “Dale tu puesto a este otro invitado.” Eso sería muy vergonzoso para ti, y tendrías que sentarte en el último lugar. Por eso, cuando alguien te invite, busca el último puesto. Así, cuando llegue el que te invitó, te dirá: “Amigo, ven siéntate aquí; este lugar es mejor.” De esa manera, recibirás honores delante de los demás invitados. El que se crea superior a los demás, será puesto en el lugar menos importante. El que es humilde será puesto en un lugar más importante», Lucas 14:7-11 (TLA).


La soberbia es la alocada idea de que puedes vivir sin Dios:

El Salmos 10:4 dice: «Los malvados son demasiado orgullosos para buscar a Dios; parece que piensan que Dios está muerto», (NTV).

Exactamente como creo que pensó Nietzsche al escribir su famoso libro: «Dios ha muerto».  O como parece que piensan algunos otros ateos de que la idea de Dios es un invento de la mente humana, todo con el fin de auto afirmarse en la creencia de «tú eres tu propio dios», «nadie tiene que decirte lo que debes o no debes hacer» ó «tú eres el dueño de tu vida».  El tiempo, sin embargo, se encarga de demostrar que ésta loca idea no hace más que descenderte a las profundidades más oscuras del comportamiento humano.

La soberbia es considerado desde tiempos antiguos como el pecado capital más grave por que engendra otros pecados como el amor al dinero o al poder. El apóstol Pablo habló de esto en 1 Timoteo 6:10  «Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores», 1 Timoteo 6:10.

Un extracto del libro de la Sirácida dice:
  • «Cuanto más grande seas, más debes humillarte... El Señor derribó del trono a  los poderosos, y en su lugar hizo sentar a los sencillos. El Señor arrancó la raíz de los soberbios, y en su lugar plantó a los humildes. El Señor arrasó los territorios de las naciones, y los destruyó hasta los cimientos de la tierra. A algunos los arrebató y destruyó,  y borró de la tierra su recuerdo. No está hecha la soberbia para el hombre, ni la violencia para el nacido de mujer”, (Si 10, 16-18).

Jorge Arévalo
Sección: Origen, Naturaleza y Consecuencias del Pecado
Catalogado en: LA SOBERBIA

miércoles, 2 de enero de 2013

Cuatro razones para creer que Dios sana hoy



Hechos 4:29-30  «Y ahora, Señor, … concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra, mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús»

En los tiempos de la iglesia primitiva, la predicación con denuedo de la Palabra de Dios iba siempre seguido con demostraciones de sanidades divinas para los enfermos.

Hechos 5: 14-16 : «Y los que creían en el Señor aumentaban más, gran número así de hombres como de mujeres; tanto que sacaban los enfermos a las calles, y los ponían en camas y lechos, para que al pasar Pedro, a lo menos su sombra cayese sobre alguno de ellos. Y aun de las ciudades vecinas muchos venían a Jerusalén, trayendo enfermos y atormentados de espíritus inmundos; y todos eran sanados».

El apóstol Pablo dijo: “Y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder», 1 Corintios 2:4

Hay al menos cuatro razones principales para creer que Dios sana hoy:


La sanidad divina se encuentra en la Biblia

La Biblia es la Palabra inspirada de Dios y es para nosotros hoy. Cuando la leemos encontramos enseñanzas de Dios como el sanador. El sana en respuesta a la oración de un afligido, sana por medio de la acción de fe de un enfermo,  sana a través  de la imposición de manos de sus discípulos.  Tanto en antiguo como en el nuevo testamento vemos que es Su voluntad sanar los enfermos.

En los evangelios vemos que Jesús nunca rechazó la petición de algún enfermo, tenía el corazón dispuesto para sanar. Su amor estaba por encima de todo juicio de pecado. Su compasión era grande. Y la buena noticia es que luego de 2000 años continúa presente. El vive por los siglos y no ha cambiado. El tiene el poder para sanar aún hoy.

Hebreos 13:8  
  •  «Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos»


La sanidad divina se encuentra dentro de la obra expiatoria de Cristo

La misma palabra que traducimos «salvación» (gr. sotería), se refiere tanto a la salvación del alma como la sanidad del cuerpo. En la salvación se incluye la sanidad de nuestra vida en todos sus aspectos, y toda ella brota de la expiación.

Mateo comprendió el pasaje del siervo sufriente de Isaías 53 en función del hecho de que el ministerio de sanidad de Jesús formaba parte de su obra expiatoria. «Y cuando llegó la noche, trajeron a él muchos endemoniados; y con la palabra echó fuera a los demonios, y sanó a todos los enfermos; para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias»

Nosotros debemos hacer lo mismo que Jesús hizo, tomar la palabra de sanidad en Su Nombre y echar fuera toda enfermedad y dolencia. Porque por sus llagas fuimos curados.

Isaías 53:5:
  • «Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados»


La sanidad divina se encuentra en la convergencia entre las enseñanzas de la Biblia sobre la salvación y sobre la naturaleza de la humanidad.

Un ser humano no es una desarticulada asociación de cuerpo, alma y espíritu, es una unidad muy real.
En el pasado, bajo la influencia de la filosofía helenística se entendía a los seres humanos primariamente en función de lo inmaterial. El dualismo de los filósofos helenistas como Platón dejó una fuerte huella en algunos de los padres de la iglesia. San Agustín escribió que «el cuerpo ocupa por naturaleza un rango inferior que el alma en la escala del ser». En otro lugar declara que «el alma es universalmente superior al cuerpo…». 

Esta costumbre de rebajar al cuerpo y al mundo material  no tiene su base en las escrituras, la salvación deberá tener aplicación a todas las facetas de la existencia humana. El evangelio entero es para la persona entera.

El apóstol Pablo dijo: «Que Dios mismo, el Dios de paz, los haga a ustedes perfectamente santos, y les conserve todo su ser, espíritu, alma y cuerpo, sin defecto alguno, para la venida de nuestro Señor Jesucristo", 1 Tesalonicenses 5:23

Y el apóstol Juan en 3 Juan 1:2:
  • «Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma»


La salvación es una restauración del mundo caído

Todos deseamos ser felices y no sufrir. Dios es contrario totalmente al sufrimiento humano, porque el sufrimiento no es consecuencia de su voluntad, sino de la caída.

Las Escrituras enseñan que el pecado de Adán no lo afectó solamente a él. Pablo dice: «Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron», Romanos 5.12. 

Las enfermedades y dolencias en la humanidad es una consecuencia de este pecado original de Adán. De haber obedecido habríamos podido ser dichosamente fructíferos y sanos para siempre. Pero Dios tenía un plan de redención para restaurar a toda la creación y en especial a la humanidad. Y ese plan fue consumado en la cruz de Cristo. 

Romanos 5:17: 
  • «Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia.

Jorge Arévalo
Sección: Origen, Naturaleza y Consecuencias del Pecado
Catalogado en: SANIDAD DIVINA

martes, 1 de enero de 2013

2013 Año de los Cambios


Génesis 18:10 «Entonces uno de ellos dijo: —El año próximo volveré a visitarte, y para entonces tu esposa Sara tendrá un hijo»

Dios le dijo Abraham que en el plazo de un año volvería a visitarlo y para entonces ya Sara tendría un hijo.  En un año las cosas pueden cambiar. Un año luego de la visitación de Dios las cosas habían cambiado radicalmente para Abraham y Sara.

Nuevas responsabilidades
 
En un año Abraham y Sara habían adquirido una nueva responsabilidad, el  criar un nuevo hijo, ésta vez el de ellos mismos, Isaac el hijo de la promesa. 

De aquí a un año adquirirás nuevas responsabilidades, pero de ninguna manera éstas representarán una carga para ti al contrario tendrás gozo pleno en tu corazón porque la nueva responsabilidad que asumirás será la que has estado esperando por años.
  • «Y te hará Jehová sobreabundar en bienes, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tu bestia, y en el fruto de tu tierra, en el país que Jehová juró a tus padres que te había de dar», Deuteronomio 28:11

Bendiciones completas

En un año Dios completó la bendición de Abraham y Sara. Ellos lo tenían todo,  pero les faltaba lo más importante,  el hijo, no lo habían podido tener

De aquí a un año tus bendiciones se completarán. Lo que más te hacía falta lo obtendrás. Tu gozo estará completo, tu felicidad plena, el año que viene tendrás mayores razones para celebrar, mayores razones por la que estar alegre.  
  •  «¿No está aún la simiente en el granero? Ni la vid, ni la higuera, ni el granado, ni el árbol de olivo ha florecido todavía; mas desde este día os bendeciré», Hageo 2: 19

Inicio del cumplimiento de las promesas más grandes

Dios habló cosas grandes a Abraham, le dijo que haría de él una gran nación, sus hijos serían en número como las estrellas del cielo. A un año con la llegada de Isaac, se dio inicio al cumplimiento de esta gran promesa.

De aquí a un año verás el inicio del cumplimiento de las más grandes promesas que Dios habló para tu vida. Será tu comienzo grandioso. Tus enemigos los que te humillaban verán el favor de Dios sobre ti y te suplicarán perdón.  
  •  «Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti. Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones; mas sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria», Isaías 60:1-2

El año de tu milagro

Luego que Dios visitara a Abraham en el encinar de Mamre se activó el año de su milagro.

Desde día 1 de Enero se activa el año de tu milagro,  lo imposible para los hombres será posible por el poder de Dios. La oración de la medianoche de ayer, ha sido oída, tu año bendecido, y tus planes tomados en cuenta. Será cosa tremenda la que Dios hará contigo este 2013.  
  • «…He aquí, yo hago pacto delante de todo tu pueblo; haré maravillas que no han sido hechas en toda la tierra, ni en nación alguna, y verá todo el pueblo en medio del cual estás tú, la obra de Jehová; porque será cosa tremenda la que yo haré contigo», Exodo 34:10

Jorge Arévalo
Sección: La iglesia del Nuevo Testamento
Catalogado en: PALABRA PROFÉTICA

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  Descubrí claramente el poder de la palabra cuando el texto bíblico de Hebreos 4: 12 llamó mi atención acerca de sus efectos. Literalmente ...