Salmos 103: 1-5 “Bendice, alma mía, a Jehová, Y bendiga todo mi ser su santo nombre. 2 Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios. 3 El es quien perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus dolencias; 4 El que rescata del hoyo tu vida, El que te corona de favores y misericordias; 5 El que sacia de bien tu boca De modo que te rejuvenezcas como el águila” Somos renovados como el águila Quiero empezar a interpretar este texto por el último de sus beneficios, el que dice que Dios nos da el rejuvenecimiento del águila: La palabra rejuvenecer t iene dos orientaciones según el diccionario: Dar a una persona un aspecto más joven o un aspecto más animado y de más vigor, un vigor propio de la juventud. Y la otra orientación es de actualizarse. Actualizarse a algo, implica la renovación de la mente. Con esta definición entendemos que la promesa divina de rejuvenecernos como el águila significa volver a ser joven