viernes, 3 de mayo de 2019

MANTENGAN SU GRANDEZA


Desde un principio las primeras colonias de los Estados Unidos tuvieron la visión del comercio. Ellos no sólo venían a una nueva tierra buscando su paz y tranquilidad ante tantas situaciones de persecución y muertes acontecidas en Europa a causa de su fe,  sino que vinieron con la visión de buscar su prosperidad en todas las áreas.
Al principio no les fue nada fácil debido a la hostilidad de las tribus indigenas que protestaron la invasión de sus tierras, además de las enfermedades, pestes, frío y otras vicisitudes presentadas, pero que nada iba a  detener su espíritu de conquista y aprovechamiento de oportunidades para crecer y legar a sus hijos un mundo diferente al que ellos habían vivido hasta ese entonces en el viejo continente, un mundo con riquezas y que contenga sobretodo libertad (una palabra tan sagrada para los norteamericanos). Es así que encontraron en el tabaco, algodón, azúcar, arroz, pieles y  otros, productos deseados para iniciar su aventura feliz que los llevaría a comerciar y alcanzar grandes logros en el mundo.

Es importante recalcar en esta parte algunos principios que contribuyeron al éxito económico de las primeras trece colonias establecidas en las tierras de América del Norte, principios importantes como la unificación de su mercado, el aprovechamiento de las tierras agrícolas altamente productivas, la explotación de los recursos naturales como la madera, carbón y el petróleo y sobre todo como ya lo había observado el economista pensador alemán Max Weber, los colonos protestantes tenían una ética de trabajo, una visión productiva basado en el individualismo y un sistema de propiedad privada diferente a lo que se había visto hasta entonces en la mayoría de los países europeos con fuerte arraigo en el catolicismo.
Los colones protestantes tenían convicciones y valores a rescatar hoy en día como es el trabajo duro que luego se transformó en trabajo inteligente debido al invento de máquinas que hace posible el aumento de la productividad, valores como el ahorro, pulcritud, espíritu de  emprendimiento y su compromiso para la inversión en capital material y humano, todos principios necesarios para la creación de la riqueza.

Bien, este es mi punto, los norteamericanos no deben perder nunca su libertad como fundamento de su sociedad, me refiero a todas las libertades tanto para pensar, practicar su religión y comerciar. Su capitalismo económico les ha traído abundancia y convertido en el país más potente del planeta. 
En el mundo existen gobiernos con políticas económicas destructoras de riqueza, son esos sistemas de planificación socialistas. Vemos con desagrado y preocupación la miseria de los pueblos sojuzgados por estas políticas del mal. Gentes que perecen de hambre, economías colapsadas, niños y jóvenes sin futuro, gobernantes que no respetan el estado de derecho, que se eternizan en el poder, que se hacen así mismo millonarios a costa de una población sumida en la pobreza.

Habitantes de los Estados Unidos, deberán orar con toda su fuerza para que Dios continúe bendiciéndoles, fortalezcan su libertades, su derecho a la propiedad privada que los hace grandes, sus leyes que incentivan su genio, su generosidad, su cuidado del medio ambiente que me parece admirable y que desdice de lo que se comenta en el mundo, su espiritualidad entregada a la adoración de Jesucristo como el único Señor y Dios de su nación.

Deben también ajustar sus leyes para defender la vida del no nacido, conserven las buenas costumbres en la constitución de la familia. Mantengan los roles originales en cuanto al hogar, la economía y el gobierno.
Los jóvenes no deben dejarse seducir por la vida fácil que promete el comunismo, cultiven como siempre el espíritu emprendedor en las nuevas generaciones, desarrollen sus iniciativas con total libertad y confianza en el Dios grande que tienen y que los ha levantado para ser de bendición a las naciones.

Jorge Arévalo
Mantengan su libertad para la paz y prosperidad

martes, 30 de abril de 2019

EL MATRIMONIO Y LA FAMILIA


Continuamos considerando principios importantes que requieren ser restaurados en la tierra de los Estados Unidos de modo que mantengan su genio y grandeza ante el mundo. Y tiene que ver con el fortalecimiento de los matrimonios y el deseo de los hombres de constituir familias.


5. Fortalecer los matrimonios.

Aunque es cierto que en la última década la tasa de divorcios en los Estados Unidos de Norteamérica ha descendido en un 18%,  según estudios realizados por el profesor de sociología Philip Cohen de la Universidad de Maryland, lo cual es una buena noticia, también continúa siendo cierto que muchas mujeres quedan solas, abandonadas por sus maridos o siendo expulsados por ellas debido a su mala conducta. Hoy en día es usual encontrar en la tierra del tío Sam a familias enteras sufriendo de decepción, empezando por la madre que terminó el matrimonio luego de muchos años sea por factores como la violencia, el abuso sexual o la infidelidad. Ante esta realidad los hijos no tardan en seguir el ejemplo.

Los matrimonios fortalecidos son la base para una familia fuerte y unida donde los hijos crecen sanos emocionalmente y las probabilidades que se pierdan en la mala vida disminuyen a milésimas. La iglesia de los Estados Unidos necesita trabajar en el fortalecimiento del matrimonio, la estabilidad de ella repercutirá en los hijos de modo que también ellos verán aumentadas sus posibilidades de constituir matrimonios que duren toda la vida.

Un matrimonio bien constituido generalmente implica una mejora en la economía del hogar, mayores ingresos, además ejemplo de grandeza de amor para la descendencia venidera.


6. Deseo de los hombres por constituir sus familias.

Recorriendo el país encuentro la triste realidad de muchas mujeres que están solas a una edad en que deberían estar casadas y con hijos. Ellas lo desean así, pero los hombres no. Muchos varones en el presente le huyen al matrimonio y los más sólo piensan en convivir por un tiempo para ver si funciona la cosa.

Esta situación de la familia resquebrajada, los matrimonios rotos, no bendicen a la potencia del mundo. Antaño la familia norteamericana constituida especialmente por creyentes fuertes era más unida, y los valores del compromiso y el honor estaban por encima de cualquier circunstancia que pudiera presentarse.

Para que un matrimonio dure toda la vida, es menester eliminar toda toxicidad en ella. Los celos, el quién manda en el hogar, el afán por el dinero, el defecto físico y otros factores que deben ser puesto bajo el dominio del amor y de la fidelidad.

La amistad y el respeto en la relación es lo que debe primar por sobre todo, el ser amigos siempre.

De igual manera los hombres deben proyectar una familia en una edad ideal, no muy avanzada, donde junto a su cónyuge desarrollen todo un proyecto familiar donde vean a cada uno de los hijos disfrutar de sus logros y conquistas.

Antiguamente los padres dejaban herencia a los hijos, el fruto de su esfuerzo y creatividad en los negocios y en la vida era para el goce de ellos. En el presente vemos a algunos padres millonarios que de manera inteligente incentivan a sus hijos a trabajar cumplido la edad para hacerlo, con el propósito de que el vástago valore cada centavo de dólar ganado y cuando le llegue el momento de recibir la parte de la herencia sea un buen administrador de las finanzas alcanzadas por sus padres. Hay muchos ejemplos de este tipo de familias, así como hay muchísimos ejemplos de matrimonios que duran toda una vida y de mujeres que no han conocido más que un solo varón en su vida.


Jorge Arévalo
PRINCIPIOS DE BENDICIÓN A RESTAURAR EN LOS ESTADOS UNIDOS
PARTE 2 EL MATRIMONIO Y LA FAMILIA

domingo, 28 de abril de 2019

4 PRINCIPIOS DE BENDICIÓN A RESTAURAR


Comenzando a recorrer nuevamente los Estados Unidos me queda claro que este país volverá a sus raíces de grandeza recuperando algunos principios de fe en la que creyeron sus primeros padres fundadores. Quiero referirme en esta oportunidad a 4 elementos básicos a considerar:

1.       Tener hambre y sed de justicia
Una bienaventuranza o señal de felicidad del cual Jesús habló en el Sermón de la montaña es la de tener hambre y sed de  justicia:
"Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.", Mateo 5:6 

Es el secreto número cuatro de las bienaventuranzas que reveló nuestro Señor, la de tener hambre y sed de justicia. Quiere decir que así como se tiene deseos de saciar el apetito por hacer justicia, también se puede no tenerlo. Y es lo que se ve hoy en este país. Cada vez que converso con un creyente sincero de esta tierra, me informa que la gente en especial los cristianos han perdido su celo de justicia. Está reinando la indiferencia por las cosas de Dios y el prójimo.
Alexis de Toqueville un filósofo y político francés del siglo XIX fue enviado por su gobierno a este país para que viniera a descubrir donde residía su genio y su poderío y esto fue lo que dijo: 
Investigué la grandeza y el genio de Norteamérica en sus espaciosas bahías y en sus amplios ríos y no estaba allí; en sus campos fértiles y sus praderas ilimitadas, y no estaba allí; en sus ricas minas y en su basto comercio mundial, y no estaba allí. Hasta que fui a las iglesias de Norteamérica y escuché sus púlpitos ardiendo con justicia, entonces pude entender el secreto de su genio y poder….”
El secreto de su genio y poder de los Estados Unidos estaba en las iglesias, en los púlpitos que ardian con hambre de justicia.
Bill Wilson del ministerio Metro de New York oraba para que Dios le guiara a hacer algo por su nación. Una navidad salió a las calles de su ciudad y en medio del frío encontró un niño desamparado, que más tarde dio título a uno de sus más famosos libros: “¿de quién este este niño?”. Lo refugió en su casa y se constituyó en su tutor y pastor. Luego hizo lo mismo con otros. Y así luego de algunas décadas tiene hoy el ministerio de niños más grande del mundo. Gracias a su hambre y sed por hacer justicia con los pobres y pequeños desamparados, sectores como Brooklyn gozan hoy de una mayor paz y tranquilidad. Esos niños que en el futuro podían constituirse en delincuentes ahora son hombres de bien para los Estados Unidos de Norteamérica.

Y en cuanto a ti, cual es tu hambre y sed de justicia? 

2.      Honrar a los padres
Los hijos deben honrar a sus padres durante toda su vida. Recuerda la promesa bíblica: 
“Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra”

La razón del porqué a muchos no les va bien en la vida y siempre están con problemas de una u otra cosa que no pueden resolver y viven vidas amargadas y secas de espíritu es porque han abandonado a sus padres a la deshonra.  A muchos los han confinado a vivir en la soledad de sus corazones. Esto es fuerte y lamentable. 
Te recuerdo que mientras tus padres están en vida debes honrarlos, y una de las mejores formar es separando tiempo para ellos, si estás casado visitarlos con todos tus hijos para alegrarlos el corazón.  No olvides que estás en esta tierra gracias a ellos. Y más te vale que los honres porque en el cielo hay un Dios que todo lo ve y bien que sabe premiar con larga vida y salud a los que son fieles hasta la muerte.

Los hijos de esta generación también deben reconocer que es gracias a la fe y el trabajo de los primeros padres fundadores que heredaron una nación rica y poderosa. Los que no valoran esto es porque no conocen el mundo. No saben que existen muchos países que viven en una total miseria, literalmente sus poblaciones mueren de hambre. En cambio los estadounidenses de hoy tienen abundancia de comida, riquezas y libertad. Y es gracias a la fe de sus fundadores que confiaron en Dios y establecieron un país libre.  
No permitan que su país se deshaga de sus principales fundamentos, nunca echen al agua sus principales y sagrados derechos naturales plasmados aún en su constitución política:
“Todo ciudadano de este país tiene el derecho a la vida, a la libertad y a la búsqueda de su felicidad”.

El guardar estos derechos ha sido la fórmula para su grandeza, les ha traído estabilidad económica, una convivencia sana y oportunidades de bien para sus hijos.

3.      Responsabilidad por los hijos
Los padres son responsables más que nadie de sus propios hijos. No es el gobierno, no es la educación, son los padres que trajeron al mundo a niños que ahora deben de cuidar y ayudarlos a ser fuertes y grandes. 
La crianza efectiva hacia los hijos es con AMOR Y LÍMITES, no es sólo dando amor, engriendo, dando cosas materiales, regalitos, también es con disciplina, con reglas. 
Una fórmula exitosa para criar hijos fuertes contiene cuatro palabras mágicas:
·         “Estoy molesto…
·         Cuando…
·         Porque…
·         Me gustaría”

La explicación de esta fórmula está descrita en uno de mis libros sobre cómo lograr hijos fuertes. 
Otra fórmula para controlar con sabiduría la salida de los hijos y que no los haga parecer detectives contiene también cuatro mágicas preguntas:
“¿Qué harás?
¿Con quién estarás?
¿A dónde irás?
¿A qué hora regresarás?”

Todo padre que logre que su hijo se habitúe a darles las respuestas a estas cuatro interrogantes gozará de bienestar en su familia y nunca experimentará el lloro y el lamento.

4.      Buscar a Dios sobre todas las cosas
Finalmente quiero decirles, que el buscar a Dios debe ser una prioridad en la vida. No se debe poder vivir sin Su Presencia, sin su cuidado. Hoy en día muchos estadounidenses han perdido la pasión por ser llenos del Espíritu Santo y por servir a las naciones. Hay un afán sólo por perseguir cosas materiales pero nada del espíritu. 
Jesús dijo: “No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios”, Mateo 4: 4
Cuando restaures tu pasión por buscar a Dios primeramente y no te sales del enfoque de su voluntad de bendecir al mundo verás suceder en tu vida las grandes cosas prometidas en Su Palabra. 

3 Juan 2 dice:
“Amado, yo deseo que seas prosperado en todas las cosas, así como en tu salud y así como prospera tu alma”

Jorge Arévalo
4 PRINCIPIOS DE BENDICIÓN A RESTAURAR EN LOS ESTADOS UNIDOS

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  Descubrí claramente el poder de la palabra cuando el texto bíblico de Hebreos 4: 12 llamó mi atención acerca de sus efectos. Literalmente ...