domingo, 12 de julio de 2020

EL HOMBRE COMO REY DE LA CREACIÓN DE DIOS



El Salmo 8: 3- 8 es a mi parecer lo que mejor describe al hombre en su potencial y en su dimensión de posibilidades. A la pregunta ¿Qué es el hombre? Se responde con una categórica afirmación:

Cuando contemplo tus cielos,
    obra de tus dedos,
la luna y las estrellas que allí fijaste,
4 me pregunto:
    « ¿Qué es el hombre, para que en él pienses?
    ¿Qué es el ser humano, para que lo tomes en cuenta?»
Pues lo hiciste poco menos que Dios,
    y lo coronaste de gloria y de honra:
lo entronizaste sobre la obra de tus manos,
    todo lo sometiste a su dominio;
todas las ovejas, todos los bueyes,
    todos los animales del campo,
las aves del cielo, los peces del mar,
    y todo lo que surca los senderos del mar.


En el contexto de este sagrado texto, el hombre es un ser creado por Dios, poco menor que los ángeles, pero a la vez un rey, coronado de gloria y de honra. Un señor, con autoridad sobre las obras de las manos del Creador,  con autoridad para poner todas las cosas de este mundo debajo de sus pies, ovejas y bueyes y asimismo las bestias del campo, las aves de los cielos y los peces del mar, todo cuanto pasa por los senderos del mar.

Esta definición del hombre es muy grande. La enseñanza que se da en las escuelas públicas no crean conciencia en los niños del ser maravilloso que son. Se enfatiza que nuestros ancestros han sido animales. Quizás esta teoría excusa los comportamientos fuera de la razón como crímenes, genocidios, violencia, robos y otros.

En ocasiones no parece haber diferencia entre el accionar salvaje de los animales con la del hombre, esto lo vimos más detenidamente el pasado siglo, con las guerras mundiales que hubo y el deseo de dominación de fascistas, comunistas y gobiernos imperialistas,  ¿No estará el problema en la mente?

 ¿Qué pasaría si desde niños recibiríamos la verdad de la Palabra de Dios y de este Salmo con respecto a quienes verdaderamente somos?

Pero quiero detallar parte por parte esta definición:

    1.   El hombre es un ser creado por Dios

No es producto de evolución alguna, es creación. Somos el diseño perfecto de la mente más inteligente existente en el Universo. Somos una imagen del Hacedor de los cielos y de la tierra.

El texto de Efesios 2: 10 dice: “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas”.

Ser hechura suya significa que somos su obra maestra, una obra de arte, un poema.

Los animales no tienen el raciocinio que nosotros tenemos por lo tanto, no podemos ser como ellos ni proceder de ellos. Nuestra identidad está en Dios, ese ser perfecto, sabio, inteligente, bondadoso, justo, amoroso y que nos ha creado igual a él. El hombre por tanto al ser su imagen, es un ser exaltado sobre todo ser de otro reino.


     2.   Coronado de gloria y de honra

El hombre ha recibido desde su nacimiento una corona de gloria y de honra. Su destino es el éxito, la victoria, la gloria. Nace para ser un triunfador, un conquistador, un campeón. Nace para recibir reconocimiento, honor y honra.

¿Has visto un hombre a quién se le atribuye honra por sus hechos?, Bien ese es nuestro destino. Crecemos para ser grandes en este mundo, no para violar la integridad de nadie como un salvaje que mata y roba sin razón. No nacimos para estar encerrados en una cárcel a causa de nuestras maldades, nacimos para ser diferentes, nacimos para madurar y ser bendición a otros.

Jesucristo es nuestro modelo. Hechos 10: 38 dice:

cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él”

Al igual que Jesús hemos sido ungidos con el propósito de hacer bien a la humanidad, con el propósito de sanar, liberar y de caminar con Dios en la tierra. Hombres que entienden su esencia son hombres que procederán con bien y por ende serán recompensados con honra.

El hombre que no ha entendido su origen, su finalidad  y su naturaleza, puede hasta ser peligroso, actuar como un monstruo, asesinar, crear conflictos de la nada, desear apropiarse de lo que no le corresponde, su gran problema está en la mente, que no ha conocido la verdad de quién verdaderamente es.

    3.   Con autoridad para sojuzgar la creación de Dios

Se nos ha dado autoridad sobre los poderes de este mundo y del invisible. Dios ha puesto bajo el dominio del hombre los 5 reinos de los seres vivos: Reino animal (animales), vegetal (plantas), de los hongos (mohos y levaduras), de los protoctistas (protozoos y algas),  y el reino de las móneras. (bacterias).

De estos reinos es que nos servimos para alimentos, vestidos, vivienda, vacunas y toda necesidad que tengamos, somos reyes y el Creador nos ha coronado sobre toda obra de sus manos, y ejercemos el dominio de todo.

     4.   Libres de cualquier opresión

Este concepto de reinado nos lleva a otra verdad, y es que nacimos para ser libres.  Somos libres. No permitamos yugos de opresión y de temor en nuestras vidas, de ninguna clase. La libertad que nos ha sido dada es para disfrutar de las bendiciones de Dios, de complacernos en la prosperidad de todas las cosas, tanto de las finanzas, como de la salud física y emocional.

Jesús encontró a una mujer encorvada por un lapso como de 18 años y la hizo libre, la historia se encuentra en Lucas 13: 10- 17 y dice así:   

“Un sábado Jesús estaba enseñando en una de las sinagogas, y estaba allí una mujer que por causa de un demonio llevaba dieciocho años enferma. Andaba encorvada y de ningún modo podía enderezarse. Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: —Mujer, quedas libre de tu enfermedad…”
La razón es que el hombre nació no para vivir con ataduras ni opresiones, somos reyes, hemos sido investidos de autoridad y dominio para vivir en libertad, pero hay muchas cosas de este mundo que nos atan u oprimen y que no debemos consentir.  Jesús pronunció esta declaración que es para todos los seres humanos: “Eres libre”.
Pero al parecer existe entre los mismos hombres sea por razones ideológicas y filosóficas quienes quisieran tener dominio sobre otros hombres, gobiernos que promueven estatismo, control de la población, robándoles su libertad, y esto no es el propósito del Creador. Hay quienes no aman la libertad de sus pares sino que quieren esclavitud. Se molestaron con Jesús por esto, por promover la libertad. Jesús los tildó de hipócritas a los que tenían esta clase de ideologías:
“Al mismo tiempo, puso las manos sobre ella, y al instante la mujer se enderezó y empezó a alabar a Dios. Indignado porque Jesús había sanado en sábado, el jefe de la sinagoga intervino, dirigiéndose a la gente:—Hay seis días en que se puede trabajar, así que vengan esos días para ser sanados, y no el sábado.  —¡Hipócritas! —le contestó el Señor ¿Acaso no desata cada uno de ustedes su buey o su burro en sábado, y lo saca del establo para llevarlo a tomar agua? Sin embargo, a esta mujer, que es hija de Abraham, y a quien Satanás tenía atada durante dieciocho largos años, ¿no se le debía quitar esta cadena en sábado?
Jesús nos  mostró que el hombre ha nacido para ser libre y en su libertad realizar su sueño, organizar su vida, su familia, su sociedad, además de reinar sobre todo. En su libertad debe encontrar su realización y su exaltación.
Declara en este día:
“Soy un hombre exaltado”
“He sido coronado con gloria y honra”
“Soy un rey bondadoso como mi Creador”
“Soy un señor con autoridad sobre la tierra, sus plantas y animales, y mi propósito es fructificar y multiplicarme”
“Soy un hombre libre”
“Soy cabeza y no cola”
“Estoy encima solamente y no debajo”

Jorge Arevalo

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