sábado, 5 de mayo de 2018

SECRETOS PARA SER FELIZ (5). LOS MISERICORDIOSOS



“Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia” (Mateo 5:7).
La misericordia es otra de las vías para alcanzar la felicidad. Jesús afirmó que los felices en este mundo son los que hacen misericordia con su prójimo, son ellos los que alcanzan la misericordia y pueden disfrutar de la experiencia de ser felices.  Un hombre o mujer que vive en misericordia no teme la condena porque está seguro que la misericordia le acompaña todos los días de su vida. El hombre recibe según da, cosecha lo que siembra. Si algún día el misericordioso tiene que sentarse en el banquillo de los acusados de seguro será liberado, el misericordioso puede disfrutar de la experiencia del perdón y gozar del favor de Dios y de los hombres.
El rey David en el Salmos 23:6 dice: “Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa de Jehová moraré por largos días”. David era un hombre de misericordia. Cuántas veces perdonó la vida del rey Saúl que buscaba acabar con su vida. Perdonó al insensato Nabal cuando que éste merecía la muerte. Dios habló de David que era un hombre conforme a su corazón. La razón de esto creo yo fue porque su corazón era misericordioso como el de Dios. La misericordia triunfa sobre todo juicio. Santiago el apóstol nos dice en su carta (Santiago 2:13): “porque juicio sin misericordia se hará con aquel que no hiciere misericordia; y la misericordia triunfa sobre el juicio”.

Lamentaciones 3: 22-23 del Antiguo Testamento dice: “Por la misericordia de Jehová no hemos consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad”. El hombre que está sufriendo de una grave enfermedad lo que más anhela es ser alcanzado por su misericordia para no ser consumido en su mal. Llega un momento en la vida de una persona en que la misericordia tiene más valor que el dinero, posesiones o amistad. El hombre en su estado agobiante llega a tomar conciencia que lo único que puede salvarle es la misericordia. Esta promesa de Lamentaciones asegura que la misericordia del Eterno nunca se agota, es algo que se renueva cada mañana como el sol que desde temprano sale todos los días y nos beneficia.

Un día un maestro estaba buscando una vasija para usar. En el estante había muchas- ¿Cuál escogería?. Llévame, gritó la dorada. “Soy brillante, tengo un gran valor y todo lo que hago, lo hago bien; mi belleza y mi brillo sobrepasa al resto y para alguien como tú, Maestro, el oro sería lo mejor”.

El maestro pasó sin pronunciar palabra; él vio una plateada, angosta y alta; “Yo te sirvo amado Maestro, vertería tu vino y estaría en tu mesa cada vez que comieras; mis líneas son agraciadas y mis esculturas son originales, y la plata te alabaría para siempre”.

Sin prestar atención el Maestro camino hacia la de bronce, era superficial, con una boca ancha y brillaba como un espejo: “Aquí... Aquí” grito la vasija. “Sé que te seré útil, colócame en tu mesa donde todos me vean”. “Mírame” gritó una copa de cristal muy limpia. “Mi transparencia muestra mi contenido claramente, soy frágil y te serviré con orgullo y se con seguridad que seré feliz de morar en tu casa”.

Vino el maestro seguidamente hacia la vasija de madera, sólidamente pulida y tallada: “Me puedes usar Maestro amado, pero úsame para las frutas dulces y no para el insípido pan” Luego el Maestro miró hacia abajo y fijó sus ojos en una vasija de barro, vacía, quebrantada y destruida, ninguna esperanza tenía la vasija de que el Maestro la pudiera escoger para depurarla y volverla a formar, para llenarla y usarla.

Ah, esta es la vasija que he deseado encontrar, la restauraré y la usaré, la haré toda mía”. “No necesito la vasija que se enorgullezca de sí misma, ni la que se luzca en el estante, ni la de boca ancha, ruidosa y superficial, ni la que demuestre su contenido con orgullo, ni la que piensa que todo lo puede hacer correctamente, pero si esta sencilla llena de mi fuerza y de mi poder” Cuidadosamente el Maestro levantó la vasija de barro; la restauró y purificó y la llenó en ese día, Le habló tiernamente diciéndole: “Tienes mucho que hacer solamente viértete en otros como yo me he vertido en ti”.

Nosotros somos para el Maestro esa vasija de misericordia para vertir esa misericordia a otros. La misericordia hace posible que podamos amar a nuestros enemigos, bendecir a los que nos maldicen, y orar a favor de los que nos aborrecen. La misericordia es el camino a la felicidad. 
Jorge Arévalo                                                                                                                                                             Sección: Fe y espiritualidad

jueves, 3 de mayo de 2018

SECRETOS PARA SER FELIZ (4). LOS QUE TIENEN HAMBRE Y SED DE JUSTICIA


“Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados” (Mateo 5:6). Jesús enseñó que el camino de la felicidad es tener hambre y sed de justicia. Son felices los que desarrollan una pasión por la justicia en este mundo. Un claro ejemplo de esto es Bill Wilson, quién se convirtió en un pastor de niños cuando decidió dar abrigo y discipular a niños de las calles de New York, esto hace muchos años. Hoy en día el pastor tiene un ministerio muy grande en la ciudad de los rascacielos, precisamente uno de los administradores de esta gran obra es un querido amigo mío, el pastor Tony Lara. Los niños de la calle viene a representar el hambre y sed de justicia del pastor Bill. ¿Cuál será el tuyo?

Necesidades hay muchas en la comunidad donde podemos comenzar a ejercer nuestra justicia al estilo Jesús que hizo su ministerio entre los leprosos, pobres, menospreciados y desvalidos de la tierra. Paso a mencionar algunos problemas de nuestra sociedad del presente que escapa de las manos al mismo gobierno y donde debemos desarrollar un hambre y sed de justicia:

1.       Los niños escolares víctimas del bullying. Según una encuesta del Instituto Nacional e Informática (INEI) y el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP), en el Perú 75 de cada 100 escolares han sido víctimas de violencia física y psicológica por parte de sus compañeros.  Esto es muy preocupante. Los niños de las escuelas son un área importante de misión dónde podemos ofrecer nuestra ayuda y servicio.


2.       Adolescentes embarazadas. Una investigación de la ONG Save the children afirma que en el país actualmente 14 de cada 100 adolescentes ya son madres y/o están embarazadas. Los niveles más altos se reportan en la selva con adolescentes que aún no han culminado la primaria donde las cifras alcanzan hasta 38 de cada 100. “Dios, danos hambre y sed de justicia”.


3.       Pandillaje juvenil. Según unos estudios sólo en Lima y Callao cada año más de mil menores entre edades de 11,12 y 13 años se incorporan a grupos de pandillas. Existen pandillas vecinales, pandillas que pertenecen a barras bravas y pandillas escolares. De todos ellos el 70,5% ya no estudian. Hay más de 400 pandillas identificadas aquí en la capital y que día a día causan zozobra entre la población. La escritura de Isaías 6:8 el Señor dice: ¿a quién enviaré, y quién irá por nosotros?.


4.       Jóvenes en drogas. El nuevo estudio de Cedro afirma que el consumo de marihuana se ha incrementado especialmente entre los jóvenes.  Un millón 189 mil peruanos han probado esta droga y calculan que hay más de 100 mil adictos.  Las drogas es el camino sin retorno para la ciencia. Sólo Dios puede hacerle volver a uno de este sendero. Se requiere se levanten más ministerios con suficiente hambre y sed de justicia por recuperar estas vidas.

5.       VIH Sida. Hace unos meses MINSA ha dado la alerta que en el Perú más de 70 mil personas tienen VIH y alrededor de 16 mil personas viven con el mal sin saberlo.

La oferta de Jesús de llenar de felicidad está dada a todo aquél que tiene hambre y sed de justicia por la gente en necesidad. La promesa de Dios de saciar el alma está dada a todo aquel que dispone su corazón para servir a su prójimo, está dada a aquella persona que levante una organización sin fines de lucro o  que desde el departamento social de alguna iglesia decida ayudar a su prójimo en su problema. Esta gente que ayuda habrá descubierto el camino a la felicidad.   
Jorge Arévalo                                                                                                                                          Sección: Fe y Espiritualidad

miércoles, 2 de mayo de 2018

SECRETOS PARA SER FELIZ (3). LOS MANSOS

“Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad” (Mateo 5: 5).
La mansedumbre es la tercera vía para alcanzar la felicidad, según nos lo muestra Jesús. La mansedumbre está conectada con las más grandes bendiciones de Dios producto de recibir la tierra por heredad. Pero el total de estas bendiciones aquí en la tierra son alcanzadas por aquellos que han trabajado en el desarrollo de su carácter. La mansedumbre es un fruto del espíritu en nuestras vidas. Lo más grande que puede suceder a un ser humano es saber cómo controlarse así mismo. Un proverbio bíblico dice: “Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte; y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad” (Prov. 16: 32).

Moisés el gran libertador de Israel siendo aún joven y perteneciente a la nobleza faraónica no pasó la prueba. Un día viendo a un egipcio maltratar a un israelita hermano de su pueblo, explotó en ira y acabó con el egipcio. Esto le costó la huida al desierto y un trato de Dios por espacio de cuarenta años al fin del cual terminó convertido en el hombre más manso de la tierra según las Escrituras y digno de recibir su llamado de máximo líder del pueblo de Abraham.

Hoy las estadísticas nacionales de maltrato y violencia nos asombran. Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), sólo en el año 2016 el 68,2 % de las mujeres en el Perú han sufrido violencia física, sexual o psicológica. Este porcentaje es elevadísimo. Y el 2017 nos sorprende aún más debido a que el porcentaje se eleva terriblemente. ¿Qué está pasando en el país? Indudablemente es el reflejo de la falta de mansedumbre en el hombre. Jesús nos desafía en este tiempo a seguir su ejemplo, en el libro de Mateo capítulo 11 verso 29 nos dice: “…aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas”.

Hoy en día los psicólogos tratan de enseñar respecto al manejo de la ira o control del enojo con técnicas que resultan en la mayoría de los casos insuficientes para erradicar este mal de la población. Para mí la respuesta está en el Nuevo Nacimiento que prometió Jesús daría a los que creyesen en él. El profeta Ezequiel lo profetizó de esta manera: “Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne”. Hoy millones de millones de personas alrededor del mundo creyentes en Jesucristo que pueden dar fe de esta nueva vida.

Entonces, ¿cómo alcanzamos la felicidad? Jesús afirma que es por la  vía de la mansedumbre. “Bienaventurados o felices los mansos…”. El corazón de un manso se satisface al llevar una vida bajo control de sus emociones negativas. Es para ellos la gran promesa que “recibirán la tierra por heredad”.  Las bendiciones materiales a raudales se dan a aquellos que cumplen con este requisito. Un hombre manso evitará muchos males en la sociedad como pleitos, contiendas o venganza y se mantendrá firme y confiado en la justicia divina y en la de los hombres de la corte.

“La humildad no es cobardía. Mansedumbre no es debilidad. La humildad y la mansedumbre son realmente poderes espirituales” (Swami Sivananda, maestro hindú).

Jorge Arévalo
Sección: Fe y Espiritualidad

martes, 1 de mayo de 2018

SECRETOS PARA SER FELIZ (2) "LOS QUE LLORAN"


“Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación” (Mateo 5: 4). Jesús enseñó que el llorar es una bienaventuranza. Recuerdo de niño oír a mi padre decir: “los hombres no lloran”, un típico estereotipo machista de nuestra cultura, pero sin embargo el llorar es bueno, porque descarga hormonas de felicidad.  Una investigación realizada por la Universidad de Yale demostró que al derramar lágrimas el cuerpo libera endorfinas que son unos neurotransmisores que ayudan a crear una sensación de bienestar en nuestro cuerpo. En esta oportunidad te daré algunas razones bíblicas acerca del porqué llorar que creo que es a lo que Jesús se refería en su sermón de la montaña.  
1.       Llorar por nuestros pecados. Una primera e importante razón que nos debe llevar a llorar es cuando fallamos el tiro o nos perdemos en el camino. La definición teológica del pecado es errar en el blanco, es decir, errar en pensar o desear algo que va en contra de los mandamientos de Dios. Conocemos que la carga del pecado en nuestro ser no es nada bueno para nuestra salud física y espiritual. Es por eso que en la Biblia se insta a confesar nuestros pecados ante Dios y cuando es necesario unos a otros y hacerlo en arrepentimiento de corazón. 

2.       Llorar por los pecados de nuestra nación. Razones para llorar en oración ante Dios por los pecados de nuestro país en general hay muchas. Corrupción de funcionarios en política, aumento de la pobreza, delincuencia callejera y organizada, narcotráfico, abortos clandestinos, injusticia, etc. La escritura de 2da de Crónicas 7:14 dice: “si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra”.

3.       Llorar por un avivamiento en nuestra tierra. Uno de los mejores ejemplos de clamor por avivamiento es Evan Roberts, un joven predicador de Gales quién por más de trece años intercedió en oración y lágrimas para que Dios interviniera sobrenaturalmente en la transformación de su país. Y Dios le dio grande consolación cuando en el año 1904 se desatara el mayor movimiento del Espíritu Santo conocido hasta entonces en el siglo. Según la información de la Editorial Diarios de Avivamientos, los alcohólicos abandonaron las cantinas y se volvieron sobrios y padres de familia ejemplares. Las tabernas cerraron por falta de clientes o cambiaban de rubro. Prostitutas y personas marginales cambiaron radicalmente de vida, el índice de delitos y criminalidad bajó drásticamente, las comisarías se vaciaron, no habían detenciones, los mineros que trabajaban en las minas de carbón se convirtieron y sus caballos tuvieron que ser reeducados por cuanto sus amos cambiaron su vocabulario, anteriormente sus caballos fueron adiestrados en obedecer órdenes en forma de malas palabras.  En ese tiempo aún los deportistas, actores de teatro, políticos y personalidades de todos los sectores de la sociedad asistían a los cultos dominicales de las iglesias. Todos querían oír la Palabra de Dios. El avivamiento afectó todas las esferas.

Jesús enseñó que el camino a la felicidad es el lloro, las lágrimas y esto según la enseñanza bíblica debe ser por una vida nueva, ordenada y transformada, por una nación en paz, impregnada de los valores cristianos del amor a Dios y al prójimo para que en lugar de destruirnos y hacernos daño entre nosotros mismos exista el amor y el respeto los unos a los otros. Los que lloran son los felices, no nos equivoquemos, llorar no es señal de debilidad, llorar es de valientes y más aún ante Dios. Porque los que lloran asegura Jesús “serán consolados”.

Jorge Arévalo
Sección: Filosofía y Teología.

domingo, 29 de abril de 2018

SECRETOS PARA SER FELIZ (1) "LOS POBRES DE ESPÍRITU"

Quiero remitirme a un texto sagrado del Nuevo Testamento que se encuentra en el libro de Mateo capítulo 5 versículos del 1 al 12. Desarrollaré punto por punto estos versículos buscando revelarte secretos para ser feliz enseñados por nuestro Señor Jesucristo. No subestimo enseñanzas de filósofos que también abordaron el tema como Platón, Aristóteles, Diógenes de Sinope o pensadores modernos como Frederick Nietzsche, Abraham Maslow y su famosa pirámide.

En primer lugar Jesús en su discurso del Sermón de la Montaña enseñó  que son “Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos”.  En esta declaración nuestro Señor devela el primer secreto: Son bienaventurados o felices quienes son pobres de espíritu. Esto resulta paradójico porque se piensa que el dinero es lo que trae la felicidad. Es decir, que son los ricos quienes deberían ser los bienaventurados sobre esta tierra. Pero dejemos que uno de los hombres más ricos de este tiempo nos vaya aclarando el tema, me refiero al empresario mexicano Carlos Slim con una fortuna valuada en 54,000 millones de dólares. En una entrevista con Larry King, Slim expresó que “es una locura pensar que la felicidad viene de las cosas materiales o la acumulación de objetos”, “eso no es felicidad, cuando crees eso es que tienes problemas. Te vuelves como un niño al que le dan todos los juguetes que quiere. Siempre vas a querer más”. Esta declaración del hombre de los millones es muy importante sobre todo para los que están buscando su felicidad en este mundo.

Contrario a la creencia que las riquezas traen felicidad  Jesús afirma que es la pobreza de espíritu lo que te lleva a alcanzar la bienaventuranza. Y te explico por qué. Un hombre pobre e indigente necesita de ayuda, se hace dependiente de los demás. Ahora un pobre de espíritu como consecuencia se volverá dependiente de Dios. Le dirá al Señor de los Cielos: “No puedo vivir sin ti. Te necesito. Eres mi Pan de Vida”. Y el resultado será que Dios que responde las oraciones de sus hijos llenará su alma de paz y gozo y le hará sentir feliz aún a costa de no contar con ninguna moneda en el bolsillo.

La felicidad consiste entonces en tener un alma llena de la Presencia de Dios. Y para que esto suceda el hombre debe asumir una condición de pobreza de espíritu para que busque a Dios y Él lo satisfaga. Esto no quiere decir que Dios no le dará también las cosas materiales que desea, porque Jesús mismo asegura en Mateo 6:33 “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas (comida, vestido, casa) serán añadidas”.

Reitero el primer orden para alcanzar la felicidad no es buscar las cosas materiales y a veces nos afanamos tanto en esto sino que por el contrario debemos buscar primeramente a Dios.  El reino de los cielos nos dice el apóstol Pablo en Romanos 14: 17 “no es cuestión de comidas o bebidas, sino de justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo”.

"La felicidad es regocijarse en ti, para ti y por causa de ti oh Dios. Esta es la verdadera felicidad y no hay ninguna otra". (Agustín de Hipona).

Jorge Arévalo
Sección: Filosofía

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  Descubrí claramente el poder de la palabra cuando el texto bíblico de Hebreos 4: 12 llamó mi atención acerca de sus efectos. Literalmente ...