sábado, 2 de marzo de 2019

EL USO DE LAS METÁFORAS, COMPARACIONES Y EL ÉCFRASIS


Agustín de Hipona fue influenciado por dos obras importantes de la retórica y oratoria, una perteneciente a Marco Fabio Quintiliano (30-100), el autor del tratado más completo y original que existe sobre el tema, donde el autor enseña que la oratoria debe tener su origen en el hombre de  bien y de buena conducta y por otro lado, deberá mover y deleitar.

La otra obra es “Hortensio” de Marco Tulio Cicerón (106 -43 a. C), que despertó en Agustín el amor por la filosofía. En esta obra Cicerón enseña que la oratoria debe estar estrechamente ligada a la filosofía: “El hombre elocuente debe ser el orador filósofo”.

En el caso de Agustín, una vez convertido al cristianismo, la oratoria tendrá un fin diferente, no será el de conseguir aplausos y triunfos del foro, sino la conquista y salvación de las almas.

En este capítulo estudiaremos  sobre “el arte del bien decir” según Agustín en su obra De doctrina Christiana, libro IV, para lo cual recogeré información del manual “Hablar para atraer” de Pablo Morillo.

Agustín defendió el uso de la retórica  (aunque fuese pagana) como arma del orador cristiano. Su preocupación sería por todos aquellos clérigos que ocupaban una posición de servicio dentro de la iglesia pero evidenciaban su falta de elocuencia.

Agustín va a afirmar:  
“El buen discurso es el pensamiento que va de lo cierto a la averiguación de lo incierto” 

Antes de su conversión el Obispo tenía otro concepto de la oratoria, lo definía sólo como “el arte de engañar” o “el arte de mentir con elegancia”. Ahora aparte de formar en la elocuencia a sus discípulos deseaba formarlos como orantes, lo dijo de este modo: 
“…sea antes varón de oración que de peroración”, pues: “Cuando un orador tenga que hablar al pueblo o a un grupo más reducido, o dictar lo que se ha de decir públicamente, o lo que se ha de leer por otros, ore para que Dios ponga en sus labios palabras propicias”.

Otro hecho a destacar en Agustín es la importancia que le daba a las artes liberales. Enseñaba que los oradores cristianos en etapa de formación deberán ser instruidos en siete artes: tres verbales (gramática, retórica y dialéctica) y cuatro de matemáticas (geometría, aritmética, astronomía y teoría musical). 
“las ciencias liberales son muy aptas para el uso de la verdad” ; “estudiar las artes liberales con la única condición de que nos lleven a mejor comprender las palabras divinas”

SUS TÉCNICAS
Agustín hace mención de una serie de figuras o locuciones retóricas en su oratoria. Figuras que los autores de los libros sagrados conocían y que todo estudioso debe también aprender: 
“…hemos de advertir a los estudiosos de los Libros Santos que no sólo conozcan los géneros de locuciones de la Escritura, y adviertan con cuidado de qué manera suele hablar, y lo retengan en la memoria…”.

Él se refiere a las metáforas, tropos, alegorías, antítesis, prosopopeyas, sinécdoques, etc.
De todas estas destaca más la metáfora que define como “La usurpada traslación de una palabra de una cosa propia a otra no propia o figurada”.
Es gracias a este lenguaje figurado que nos ha de posibilitar la metáfora que el oyente podrá ir entendiendo las verdades que se le exponen. Veámoslo con detenimiento.  

LA METÁFORA
La metáfora es un medio pedagógico que ayuda al oyente a comprender más fácilmente algún concepto que le resulte ser complejo de entender. Su uso debe ser moderado y no en demasía para que conserve su forma literaria y estética.
Analicemos la metáfora un poco más:

1.       Es el gusto por dotar de cierta animación a todos los seres inanimados. 
El objetivo principal es la sustituir lo abstracto por lo concreto. Por ejemplo:
-          El Alma. 
Se le otorgan muchas cualidades por su carácter espiritual. Por tal razón, el alma  posee sus propios sentidos (vista, oído, etc) o sus propias dolencias (avaricia, pasión, pecado)
“Como el cuerpo muere cuando le falta el alma, así el alma muere cuando pierde a Dios”

-          El corazón.
Se le da el papel de arca o morada donde habitan los pensamientos o incluso Dios mismo:
 “¡Oh, hombre!, tu corazón sea el arca de Dios llena de divinas riquezas…”

-          La Lengua
“Si no puedes domar tu lengua, recurre al Señor para que le ponga freno”

-          El Pensamiento 
“A veces, los malos pensamientos se asemejan a polillas o gusanos que carcomen los sentidos de nuestro cuerpo”

2.      Recursos a la personificación
En Agustín se puede ver la gran afición por dotar de cualidades humanas a todas aquellas carentes de animación. Ejemplos: 
a) Es la túnica rasgada de Cristo; 
b) Es la nave que, con Cristo como timonel, recoge en su navegar tanto a buenos como malos 
c) Es el huerto del Señor donde trigo y cizaña crecen juntos. Además, los mártires y las virtudes teologales como la fe, esperanza y caridad, ocuparán en su seno un lugar privilegiado.

3.      La comparación: metáfora reforzada. 
Aparece dentro de las metáforas. Agustín los empleaba para asegurarse que las personas incultas e indoctas entre su audiencia llegasen a comprender bien los conceptos de su predicación y así no se alejasen del camino. 
Entre sus comparaciones se destaca más a Cristo.
“Cristo simboliza al agricultor que siembra la Palabra de Dios o también al gran mercader que, a precio de su sangre, compra las almas de todo el género humano”.
Otra bella comparación es la que hace para referirse a la vejez: 
“No es más que una lámpara encendida a la que se le va consumiendo el aceite, algo que habrá que reponer si deseamos mantener encendida la llama”.

El écfrasis: 
Aparece dentro de las metáforas y comparaciones, su función es la de hacer más dinámico el discurso, de un tono y colorido distinto. Ayuda a describir de una forma viva a todos aquellos personajes que aparezcan. Por ejemplo, Agustín hace retratos del hombre avaro, del soberbio y aún de los propios mártires. La idea es que sus oyentes puedan tocar con sus propias manos y ver con sus propios ojos lo que el sermón está describiendo a través de las palabras.
Agustín, no duda en emplear toda clase de recursos en sus sermones y escritos. Su empeño se vería recompensado por el clamor del auditorio que con emoción le interrumpirán con aplausos y vítores que ciertamente él reprobaba.
 “Aún no lo dije todo, pronuncié de “dar”, y habéis prorrumpido en aplausos”

Jorge Arévalo
El uso de las metáforas, comparaciones y el écfrasis
Serie: Grandes oradores de la historia

viernes, 1 de marzo de 2019

AGUSTÍN, EL HÉROE DE LA RETÓRICA CRISTIANA PARTE 1


Aurelius Augustinus Hipponensis, del siglo IV  d. C, nació en Tagaste, la actual Argelia. Fue  el máximo pensador del cristianismo del primer milenio. Estudió Gramática y sobresalió en el estudio de las letras.  Desde muy joven se interesó en la literatura clásica griega y estaba dotado de una gran elocuencia. Además le agarró un gusto por el teatro.

La vida de Agustín tiene marcada dos tiempos, un antes y un después de su conversión al cristianismo, donde encontró su propósito de vida.

En cuanto a su afición por el pensamiento griego  al principio fue maniqueista, pero abandonó este pensamiento porque no satisfizo su corazón sediento por la verdad. El maniqueísmo aceptaba la existencia del bien y del mal, lo cual estuvo en desacuerdo, creía que el mal no es una realidad positiva. 

Para Agustín el maniqueísmo apoyaba la pasividad del bien ante el mal.  

Gracias a su amigo Símaco, Prefecto de Roma llegó a ser nombrado Magister Rhetoricae de Milán y principal orador imperial para disputar en oratoria directamente con el obispo Ambrosio. Fue precisamente este obispo que le hizo conocer los escritos de Plotino y las epístolas del apóstol Pablo con los cuales se convirtió al cristianismo.

Una vez convertido  a la fe de Cristo, predicó y escribió incansablemente, polemizó con todos aquellos que iban en contra de la doctrina y del pensamiento cristiano, entre los que estaban los donatistas, arrianos, pelagianos, priscilianistas, académicos y los propios maniqueos.

Más tarde creó su propia escuela de retórica en Cartago, con el cual se propuso a formar en las artes de la elocuencia y retórica a los nuevos predicadores cristianos para que difundan con eficacia la Palabra de Verdad al mundo.

¿En qué consiste la filosofía agustiniana?
Aquí les presento algunos de sus más importantes interrogantes:

¿Por qué existe el mal en el mundo?
El problema del mal siempre le fascinó al obispo Agustín, haciéndose las siguientes preguntas: ¿Por qué existe el mal? ¿Por qué Dios siendo bueno permite que sucedan cosas malas? 
Sus respuestas son en base a estos razonamientos:
Dios no creó el mal, porque Dios es perfecta bondad, por lo tanto, el mal no existe. El mal es propiamente la ausencia de Dios.

Pero nos preguntamos nosotros, si el mal no existe, ¿que son esas cosas como guerras, asesinatos, robos, violaciones que vemos en las noticias?

Para Agustín simplemente el mal no existe, sino que es la ausencia de Dios. Así como el frío no existe en sí mismo porque es la ausencia del calor, o así como la oscuridad es ausencia de la luz, así también el mal, es sencillamente la ausencia del bien, la ausencia de Dios.


Este razonamiento nos lleva a otras preguntas:
¿Cómo puede Dios permitir que exista su ausencia en el mundo? ¿Cómo podría Dios hacer que no exista más que la bondad?

Bueno, Dios no ha creado máquinas, o robots de los hombres,  o una especie de zombis, entonces,  ¿Cómo es que se hace ausente el bien en el mundo? Agustín afirma que el bien se ausenta en el momento en que una persona desobedece a Dios.

¿Y por qué Dios permite que los hombres sean desobedientes?  Porque Dios nos creó como seres racionales, pensantes, capaces de distinguir entre el bien y el mal y poder elegir entre ambos, es decir, nos creó con el libre albedrío.

Agustín también filosofó de la predestinación y del pecado original, temas de los cuales es el principal exponente del pensamiento cristiano.

De la salvación enseñaba que el hombre salvo evidenciaba su predestinación al cielo con la obediencia del bautismo, la recepción de la gracia divina y con el obedecer los mandamientos.

En cuanto a los eventos de la naturaleza en los cuales el hombre no ejerce ningún control como los terremotos, sunamis, sequías, epidemias, etc., que nosotros los interpretamos como malos o como castigos divinos, y que no tienen nada que ver con la desobediencia del ser humano, Agustín pensaba que estos eventos sucedían es para que surja un bien mayor. Las tragedias tienen esa capacidad de unirnos. Por ejemplo en un desastre natural las personas van a mostrar su solidaridad con los afectados.

Conciliación entre fe y razón
Agustín relacionó la fe con la razón. La fe es el impulso inicial, pero la fe sin el razonamiento puede dar lugar a herejías. Para el Obispo, la fe exige que el cristiano haga trabajo intelectual. Aunque la fe siempre será el centro. Si llegara a suceder una disputa entre la fe y la razón, la fe lleva toda las de ganar debido a que contiene la autoridad de la Palabra de Dios. 
El Señor, con sus palabras y acciones, ha exhortado aquellos que ha llamado a la salvación a tener fe en primer lugar. Pero a continuación, hablando del don que debía dar a los creyentes, no dijo: «Esto es la vida eterna: que crean», sino: «Esto es la vida eterna: que te conozcan a ti, único Dios, y a aquel que tú has mandado, Jesucristo».

En conclusión, cree para entender.

En cuanto a la felicidad
Identifica a la felicidad no con lo que uno puede encontrar en las cosas de este mundo o en sí mismo, sino con la contemplación de Dios. La felicidad está en buscar a Dios, encontrarlo y descansar en Él.  
“Nos hiciste, Señor, para Ti, y nuestro corazón estará inquieto hasta que descanse en Ti”

La ética social
Agustín tenía también una ética social, condenaba las riquezas injustas y la falta de solidaridad con los desfavorecidos.
Las riquezas son injustas o porque las adquiriste injustamente o porque ellas mismas son injusticia, por cuanto tú tienes y otro no tiene, tú vives en la abundancia y otro en la miseria”

Respecto a la paz
El obispo defendió el bien de la paz y buscó promoverla. 
“Acabar con la guerra mediante la palabra y buscar o mantener la paz con la paz y no con la guerra es un título de gloria mayor que matar a los hombres con la espada”.

En el próximo capítulo veremos los elementos técnicos empleados en la oratoria agustiana como la metáfora, la comparación, el paralelismo, la rima y otros, así como el bosquejo de su discurso.

Jorge Arévalo
Agustín, el héroe de la retórica cristiana 
Parte 1
Serie: Grandes oradores de la historia

jueves, 28 de febrero de 2019

FRASES QUE MOTIVAN Y DESCRIBEN A LA ORATORIA


He recopilado un número importante de frases y citas sobre la oratoria. Las he encontrados en páginas como de Nacho Tellez, un Professional Speaker Trainer y en otras páginas más. Frases que nos hablan acerca de lo necesario que es aprender a expresarnos bien, elaborar un buen discurso, ser conciso, tener estrategias para captar la atención de la gente, practicar antes de exponer el tema, valentía para salir a hablar, control sobre los nervios, elaborar discursos interesantes, aprender a hacer la pausa, manejar el silencio, etc. Sé que serán de utilidad para motivarte a desarrollar la habilidad para la oratoria y de esta manera puedas comunicar de manera eficaz toda la información valiosa que tienes para tu público.  A continuación las frases:

·         “El que sabe pensar pero no sabe expresar lo que piensa está al mismo nivel del que no sabe pensar”, Pericles
·         Mi ambición es decir en diez frases lo que otros dicen en un libro”,  Nietzsche
·         Si quieres que hable durante una hora estoy listo hoy. Si quieres que hable durante unos minutos necesitaré unas semanas para prepararme”,  Mark Twain
·         Puedes ver si un hombre es listo por sus respuestas. Puedes ver si un hombre es sabio por sus preguntas”, Desconocido
·         Siempre hay tres discursos por cada discurso que das: el que practicaste, el que diste y el que te hubiese gustado dar”,  Dale Carnegie
·         Todo gran orador fue un mal orador en sus inicios”, Ralph Waldo Emerson
·         “Nadie se ha quejado nunca de que un discurso sea demasiado corto”, Ira Hayes
·         El cerebro humano empieza a funcionar cuando naces y no se detiene hasta que sales a hablar en público”, George Jessel
·         Preparar una presentación sin el público en mente es como escribir un discurso de amor empezando con: “A quién le pueda interesar”, Ken Haemer
·         Los hombres sabios hablan porque tienen algo que decir, los necios lo hacen porque tienen que decir algo”, Platón
·         Hablas correctamente cuando tu lengua puede transmitir el mensaje de tu corazón”, John Ford
·         “El éxito de tu presentación vendrá dado no por el conocimiento que transmitas sino por el que reciba el público”, Lily Walters
·         Si tú no sabes qué quieres conseguir con tu presentación, tu audiencia tampoco lo sabrá”, Harvey Diamond
·         La palabra exacta puede ser efectiva pero no existe ninguna palabra tan efectiva como la acertada pausa”,  Mark Twain
·         “Da un discurso cuando estés enfadado y harás el mejor de los discursos de entre los que te arrepientas”, Laurence Peter
·         “Las palabras que digas hoy deberían ser suaves y tiernas pues puede que mañana debas tragártelas”, Desconocido
·         “Si no puedes resumir tu idea en 10 palabras no tienes idea”,  Seth Godin
·         Piensa como un hombre sabio pero comunícate con el lenguaje de la gente”, William Butler Yeats
·         La simplicidad es la mayor de las sofisticaciones”,  Leonardo da Vinci
·         A través de la imagen veo la realidad. A través de la palabra la entiendo”, Sven Lidman
·         Un discurso no debería tener párrafos innecesarios ni un párrafo frases innecesarias ni una frase palabras innecesarias”,  William Strunk Jr.
·         Si necesitas muchas palabras para expresar lo que tienes en mente, piénsalo más”, Dennis Roth
·         “Los que cuentan historias gobiernan la sociedad”,  Platón
·         El mundo está hecho de historias no de átomos”, Muriel Rukeyser
·         “Los discursos que no conducen a alguna manera de acción más vale no pronunciarlos”, Thomas Carlyle
·         “Es un hombre elocuente el que puede tratar los temas de carácter humilde con delicadeza; las cosas grandes, de manera impresionante, y las moderadas, con templanza”, Cicerón.
·         “La dicción no debe ser rápida ni apresurada, y por lo tanto, ininteligible, sino pausada y lenta”, Michael Faraday
·         “La elocuencia es la pintura del pensamiento”, Blaise Pascal
·         “El discurso elocuente no es de boca a oreja, sino de corazón a corazón”,  William Jennings
·         “Orador es aquel que dice lo que piensa y siente lo que dice”, William Jennings
·         “Lo que más caracteriza la oratoria y la distingue esencialmente de la poesía, es la subordinación del pensamiento y de la palabra a un fin práctico”,  José Coll
·         “Hablar oscuramente lo sabe hacer cualquiera; con claridad, muy pocos”, Galileo Galilei

miércoles, 27 de febrero de 2019

EL ARTE DE CITAR TEXTOS



Winston Churchill hablando de recitar citas afirmó: 
"Las citas, cuando quedan esculpidas en nuestra memoria, nos
sugieren pensamientos originales; además, despiertan en nosotros
el  deseo de leer a los autores de los cuales han sido tomadas."
De igual manera un compatriota suyo el escritor Benjamín Disraelí hablando del arte de citar textos se refirió: 
"El arte de citar textos exige en la práctica mayor habilidad de cuanto
pueda creer quien no ve otra cosa, en la cita, que un extracto."
Las citas o frases enriquecen el discurso, le dan profundidad. De acuerdo a la idea o el tema se recomienda buscar citas, recitarlas, sacar de ellas principios o pensamientos que hagan reflexionar a la audiencia y lo lleven a aplicar en sus vidas. 
El apóstol Pablo usó citas en su discurso a los atenientes, de acuerdo a su público citó a dos importantes filósofos y poetas griegos: Epiménides  de Cnosos, y Fenómenos de Arato: 
“Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos”  y “Porque linaje suyo somos”.
Por esta razón, he recopilado 18 frases y citas más importantes de Demóstenes, el primer gran orador de nuestra lista, que pueden serte de utilidad cuando prepares un tema. Disfrútalo:

1.      Las oportunidades pequeñas son el principio de las grandes empresas.
2.      Los grandes sucesos dependen de incidentes pequeños.
3.      Si quieres ser feliz enteramente solo, jamás lo conseguirás.
4.      Estás al descubierto en tu vida y en tu conducta, en tus actuaciones públicas y en tus abstinencias.
5.      Haz que tus familiares te reverencien más que te teman, pues el amor sigue a la reverencia, más el odio al temor.
6.      El hombre que piensa que debe su nacimiento sólo a sus padres esperará hasta que llegue su natural y destinado final; el que es hijo de su nación está dispuesto a morir antes que verla esclavizada, y vigilará esos agravios e indignidades, que en la sujeción al bien común se ve impulsado a soportar, como más aterradores que la propia muerte.
7.      Sólo pensad: en el momento en que este tribunal se levante, cada uno de ustedes andará a casa, unos más rápido, otros con más calma, sin ansiedad, sin mirar por encima del hombro, sin miedo a que él vaya a ir corriendo contra un amigo o enemigo, un hombre grande o uno pequeño, fuerte o débil, o nada por el estilo. ¿Y por qué? Porque en su corazón conoce y confía, y ha aprendido a confiar en el Estado, en que nadie le acosará o insultará o agredirá.
8.      Cuando una batalla está perdida, solo los que han huido pueden combatir en otra.
10.  Necesitamos dinero, sin dinero nada de lo que debería ser hecho podrá hacerse.
11.  Un rico sin liberalidad es como un árbol sin frutos
13.  ¿Por qué creemos lo que creemos?
14.  Estamos dispuestos a creer aquello que anhelamos.
15.  No hay nada más fácil que el autoengaño. Ya que lo que desea cada hombre es lo primero que cree.
17.   “Jamás debe borrarse el beneficio recibido de la memoria del que lo recibió; pero el que lo hizo debe, a su vez, olvidarlo; si el uno ha de mostrarse agradecido, el otro tiene que ser generoso. Divulgar jactanciosamente los favores, es casi echarlos en cara.”
18.  El que no hace un esfuerzo para ayudarse a sí mismo, no tiene derecho a solicitar ayuda a los demás



Jorge Arévalo
EL ARTE DE CITAR TEXTOS
Serie: Grandes oradores de la historia

lunes, 25 de febrero de 2019

LA PREPARACIÓN DEL ORADOR Y DEL DISCURSO




En el libro De Oratore Cicerón nos presenta una guía sobre cómo debe ser el orador perfecto. Una obra publicada en el año 46 a. C. y en el cual podemos apreciar algunas pautas que debemos tomar en cuenta a la hora de preparar y presentar nuestros discursos ante una asamblea, organización u otro grupo. El público merece de nosotros los conferencistas una clara exposición, entendible y convincente.

Cicerón en su respuesta a su amigo Lucio Bruto declara que la oratoria no tiene sólo un estilo, sino varias. Y habría que saber que estilo se va aplicar según cada el momento, circunstancia o clase de público.

Estilos
Según Cicerón, existen tres estilos.
El estilo grandilocuente, que es del modo profundo en el pensamiento, elegante en la palabra, serio y que mueve los ánimos. Por lo general son los discursos largos y abundantes como judiciales y políticos,  aunque algo que se debe procurar es no abusar del tiempo libre que te puedan dar. Un axioma a tomar en cuenta es que “lo mucho ofende mucho más que lo poco”.

El segundo estilo, es el sencillo y sobrio, de una exposición clara, concisa, no abundante. Estos son los discursos demostrativos. Se puede apreciar en los predicadores americanos.
Y el tercero, es el intermedio, un estilo punto medio entre las dos anteriores, de un hablar fluido, sencillo pero profundo en el pensamiento a la vez. Se le disfruta en las conferencias de índole motivador.   

El orador perfecto domina estos tres estilos y hablará según sea la situación y el escenario.

Estudios
El orador perfecto para Cicerón debe profundizar sobre filosofía. La filosofía es de un pensar amplio, puede incluir hasta los temas divinos. Cicerón al contrario de la corriente creía que el orador debe aún aprender sobre derecho civil.

En los tiempos modernos diría yo que el orador debe poder enfocar su tema también desde el punto de vista de la sociología, psicología, teología y economía, es decir, debe ser un estudioso continuo de las ciencias y disciplinas para que tenga un contenido enriquecedor y profundo. 

Contenido del discurso
Primero el tema
Para los nuevos en la materia de la oratoria, se debe escoger un tema que sea de su dominio o de su campo y  que tenga experiencia en ello. El mejor discurso será del que conozca muy bien, esto de por sí apaciguará los nervios y llevará al orador a hablar de manera apasionada. 


La introducción
La introducción tiene el propósito de captar la atención del público. A veces uno suele enfrentarse a una audiencia que está distraída, esto ocurre generalmente cuando se va a hablar a jóvenes. Con una llamativa introducción preparas tu público para oír con atención el tema. Puedes contar una buena historia, una anécdota, un anuncio del periódico o hacer una pregunta que incite a pensar. 

Cuerpo o contenido
El tema a compartir debe ser dividido en puntos y sub puntos, dando claridad a lo que se necesite a través de ejemplos, frases, citas. 
Las ideas deben ser bien argumentadas, sólidas, de fuentes confiables. 
Cicerón sugiere darle fuerza al mensaje a la hora que se argumenta, esto se logra exponiendo las falacias y debilitándolas con bases sólidas. Esto apasionará al público. 
Yo sugiero en este punto que el tema se desarrolle respondiendo a tres preguntas concretas: ¿Qué es?, ¿Por qué? y ¿Cómo?
¿Qué? Responde a la idea del tema, el concepto. 
¿Por qué? Responde a la necesidad o importancia de lo que se está hablando. 
¿Cómo? Se da a conocer las propuestas, recomendaciones o estrategias.

Conclusión
La conclusión es como el aterrizaje del mensaje. Debe ser preciso, reflexivo, que apele al corazón y las emociones de la gente. La conclusión debe llamar a la acción y a la puesta en práctica del tema que se trató.

El movimiento y postura del orador
Según sea el escenario el orador debe poder moverse, si tiene un púlpito por lo general mucho de su tiempo estará detrás de él, en posición erguida, sin ir para ningún lado, sólo ayudándose con las manos y gestos. De lo contrario, podrá moverse libremente aunque con moderación, direccionándose a su audiencia a los lados izquierda y derecha, acercándose aunque no mucho. 
Cuidar de no mover demasiado el cuello. Debe procurar ser expresivo y que el público interprete sus sentimientos. Cuando la oración es elevada las manos deben levantarse, y si es bajo, las manos igualmente deben estar en esa posición.

Modo de voz
El cambio de voz es importante, se debe pronunciar en tono agudo en las partes fuertes, tono bajo en las calmadas, tonos graves en los puntos misteriosos o de revelación. Los cambios de voz debe están acordes al sentimiento que se quiera producir en la audiencia.

La elocuencia
Cicerón recomienda dominar la actuación y  que el arte de la palabra esté presente con metáforas, por ejemplo:

''Los campos tienen sed''
''Las mieses están alegres''
''La vegetación es lujosa''

En cuanto a las narraciones, que sean más de las familiares que las de historia. 
Para hablar de manera convincente el orador debe expresar enojo cuando esté hablando de algo grave y serio, y tristeza cuando esté de lamento. 
Los temas deben ser excitantes y producir sentimientos en el auditorio.

Los mejores oradores para Cicerón: 
Cicerón considera a los mejores oradores de su tiempo a:  

  • Pericles, por su estilo grave en la oratoria
  • Lisias, por su prudencia en sus palabras 
  • Tucídetes, por su excelencia al narrar batallas
  • Jenofonte, por su estilo dulce
  • Isócrates, por su capacidad de expresar sentencias y escritos retóricos.



Tres Consideraciones para puntualizar: 
Lo que se dice,  se requiere más prudencia que elocuencia
Cómo lo dice, aquí debemos ser asertivos, tomar en cuenta la susceptibilidad del público. Los puntos del mensaje deben estar en orden: argumentos más sólidos al principio,  los más débiles después.  
Cuándo lo dice, para no caer de impertinente. Cada tema en su momento y lugar.

Iremos ahondando más en cuanto a la forma de los discursos y estilos conforme vamos conociendo a los próximos oradores de nuestra lista.

Algunos refranes: 
“El que sabe pensar pero no sabe expresar lo que piensa está al mismo nivel del que no sabe pensar”, Pericles
“Preparar una presentación sin el público en mente es como escribir un discurso de amor empezando con: “A quién le pueda interesar”, Ken Haemer

Jorge Arévalo
La preparación del orador y del discurso
Serie: Grandes oradores de la historia

domingo, 24 de febrero de 2019

84 FRASES DE CICERÓN


Encontrados en Proverbia

1.      ¿Qué cosa más grande que tener a alguien con quien te atrevas a hablar como contigo mismo?

2.      La verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio.

3.      Cuando mejor es uno, tanto más difícilmente llega a sospechar de la maldad de los otros.

4.      Estos son malos tiempos. Los hijos han dejado de obedecer a sus padres y todo el mundo escribe libros.

5.      La confidencia corrompe la amistad; el mucho contacto la consume; el respeto la conserva.

6.      La justicia no espera ningún premio. Se la acepta por ella misma. Y de igual manera son todas las virtudes.

7.      Es una necedad arrancarse los cabellos en los momentos de aflicción, como si ésta pudiera ser aliviada por la calvicie.

8.      El amor es el deseo de obtener la amistad de una persona que nos atrae por su belleza.

9.      El que seduce a un juez con el prestigio de su elocuencia, es más culpable que el que le corrompe con dinero

10.  Este es el primer precepto de la amistad: Pedir a los amigos sólo lo honesto, y sólo lo honesto hacer por ellos.

11.  No hay nada tan increíble que la oratoria no pueda volverlo aceptable.

12.  En cuanto a la adversidad, difícilmente la soportarías si no tuvieras un amigo que sufriese por ti más que tú mismo.

13.  No basta con alcanzar la sabiduría, es necesario saber utilizarla.

14.  Mi conciencia tiene para mí más peso que la opinión de todo el mundo.

15.  Si cerca de la biblioteca tenéis un jardín ya no os faltará de nada.

16.  Recuerdo incluso lo que no quiero. Olvidar no puedo lo que quiero.

17.  Cuanto mayor es la dificultad, mayor es la gloria.

18.  La amistad comienza donde termina o cuando concluye el interés.

19.  No logran entender los hombres cuán gran renta constituye la economía.

20.  Si quieres aprender, enseña.

21.  No todo error debe calificarse de necedad.

22.  Un hogar sin libros es como un cuerpo sin alma.

23.  Las enemistades ocultas y silenciosas, son peores que las abiertas y declaradas.

24.  Nada resulta más atractivo en un hombre que su cortesía, su paciencia y su tolerancia.

25.  Humano es errar; pero sólo los estúpidos perseveran en el error.

26.  Todas las cosas fingidas caen como flores marchitas, porque ninguna simulación puede durar largo tiempo.

27.  El buen ciudadano es aquel que no puede tolerar en su patria un poder que pretende hacerse superior a las leyes.

28.  Quien contempla a un verdadero amigo, es como si contemplara a otro ejemplar de sí mismo.

29.  Si queremos gozar la paz, debemos velar bien las armas; si deponemos las armas no tendremos jamás paz.

30.  Para ser libres hay que ser esclavos de la ley.

31.  Nadie que confía en sí, envidia la virtud del otro.

32.  Son siempre más sinceras las cosas que decimos cuando el ánimo se siente airado que cuando está tranquilo.

33.  Pensar es como vivir dos veces.

34.  Los deseos del joven muestran las futuras virtudes del hombre.

35.  La vida de los muertos perdura en la memoria de los vivos.

36.  Hay que atender no sólo a lo que cada cual dice, sino a lo que siente y al motivo porque lo siente.

37.  No saber lo que ha sucedido antes de nosotros es como ser incesantemente niños.

38.  Si hacemos el bien por interés, seremos astutos, pero nunca buenos.

39.  Las vanas pretensiones caen al suelo como las flores. Lo falso no dura mucho.

40.  Los deseos deben obedecer a la razón.

41.  Difícil es decir cuánto concilia los ánimos humanos la cortesía y la afabilidad al hablar.

42.  Si quieres ser viejo mucho tiempo, hazte viejo pronto.

43.  Las leyes callan cuando las armas hablan.

44.  La sola idea de que una cosa cruel pueda ser útil es ya de por sí inmoral.

45.  Es preferible ser viejo menos tiempo que serlo antes de la vejez.

46.  La vida feliz y dichosa es el objeto único de toda la filosofía.

47.  La falsedad está tan cercana a la verdad que el hombre prudente no debe situarse en terreno resbaladizo.

48.  No hay nada hecho por la mano del hombre que tarde o temprano el tiempo no destruya.

49.  No hay hombre de nación alguna que, habiendo tomado a la naturaleza por guía, no pueda llegar a la verdad.

50.  Todas las acciones cumplidas sin ostentación y sin testigos me parecen más loables.

51.  Nada hay más injusto que buscar premio en la justicia.

52.  Me avergüenzo de esos filósofos que no quieren desterrar ningún vicio si no está castigado por el juez.

53.  Las leyes se han hecho para el bien de los ciudadanos.

54.  La necedad es la madre de todos los males.

55.  La naturaleza misma ha impreso en la mente de todos la idea de un Dios.

56.  La libertad sólo reside en los estados en los que el pueblo tiene el poder supremo.

57.  La ley no ha sido establecida por el ingenio de los hombres, ni por el mandamiento de los pueblos, sino que es algo eterno que rige el Universo con la sabiduría del imperar y del prohibir.

58.  El que sufre tiene memoria.

59.  El egoísta se ama a sí mismo sin rivales.

60.  A pesar de que ya soy mayor, sigo aprendiendo de mis discípulos.

61.  Los hombres sabios nos han enseñado que no sólo hay que elegir entre los males el menor, sino también sacar de ellos todo el bien que puedan contener.

62.  Donde quiera que se esté bien, allí está la patria.

63.  Es bueno acostumbrarse a la fatiga y a la carrera, pero no hay que forzar la marcha.

64.  No hay cosa que los humanos traten de conservar tanto, ni que administren tan mal, como su propia vida.

65.  La naturaleza ha puesto en nuestras mentes un insaciable deseo de ver la verdad.

66.  La ley suprema es el bien del pueblo.

67.  La ley es, pues, la distinción de las cosas justas e injustas, expresada con arreglo a aquella antiquísima y primera naturaleza de las cosas.

68.  La fuerza es el derecho de las bestias.

69.  La ciencia que se aparte de la justicia más que ciencia debe llamarse astucia.

70.  Cuanto más alto estamos, más debemos bajarnos hacia nuestros inferiores.

71.  No hay absurdo que no haya pasado por la cabeza de algún filósofo.

72.  Si las leyes fueran constituidas por los hombres, o por las sentencias de los jueces, serían derechos matar, robar, adulterar, etcétera.

73.  Preferiría la paz más injusta a la más justa de las guerras.

74.  Por conservar la libertad, la muerte, que es el último de los males, no debe temerse.

75.  No solamente es ciega la fortuna, sino que de ordinario vuelve también ciegos a aquellos a quienes acaricia.

76.  No entiendo por qué el que es dichoso busca mayor felicidad.

77.  Mis libros siempre están a mi disposición, nunca están ocupados.

78.  Nada perturba tanto la vida humana como la ignorancia del bien y el mal.

79.  El tiempo es una cierta parte de la eternidad.

80.  ¡Oh, dulce nombre de la libertad!

81.  La evidencia es la más decisiva demostración.

82.  La naturaleza quiere que la amistad sea auxiliadora de virtudes, más no compañera de vicios.

83.  La honradez es siempre digna de elogio, aun cuando no reporte utilidad, ni recompensa, ni provecho.

84.  Es propio de los necios ver los vicios ajenos y olvidar los propios.


ALINEA TU CONFESIÒN A LA PALABRA DE DIOS

  Descubrí claramente el poder de la palabra cuando el texto bíblico de Hebreos 4: 12 llamó mi atención acerca de sus efectos. Literalmente ...