Encontrados en Proverbia
1.
¿Qué
cosa más grande que tener a alguien con quien te atrevas a hablar como contigo
mismo?
2.
La
verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio.
3.
Cuando
mejor es uno, tanto más difícilmente llega a sospechar de la maldad de los
otros.
4.
Estos
son malos tiempos. Los hijos han dejado de obedecer a sus padres y todo el
mundo escribe libros.
5.
La
confidencia corrompe la amistad; el mucho contacto la consume; el respeto la
conserva.
6.
La
justicia no espera ningún premio. Se la acepta por ella misma. Y de igual
manera son todas las virtudes.
7.
Es
una necedad arrancarse los cabellos en los momentos de aflicción, como si ésta
pudiera ser aliviada por la calvicie.
8.
El
amor es el deseo de obtener la amistad de una persona que nos atrae por su
belleza.
9.
El
que seduce a un juez con el prestigio de su elocuencia, es más culpable que el
que le corrompe con dinero
10. Este es el primer precepto de la
amistad: Pedir a los amigos sólo lo honesto, y sólo lo honesto hacer por ellos.
11. No hay nada tan increíble que la
oratoria no pueda volverlo aceptable.
12. En cuanto a la adversidad,
difícilmente la soportarías si no tuvieras un amigo que sufriese por ti más que
tú mismo.
13. No basta con alcanzar la
sabiduría, es necesario saber utilizarla.
14. Mi conciencia tiene para mí más
peso que la opinión de todo el mundo.
15. Si cerca de la biblioteca tenéis
un jardín ya no os faltará de nada.
16. Recuerdo incluso lo que no
quiero. Olvidar no puedo lo que quiero.
17. Cuanto mayor es la dificultad,
mayor es la gloria.
18. La amistad comienza donde
termina o cuando concluye el interés.
19. No logran entender los hombres
cuán gran renta constituye la economía.
20. Si quieres aprender, enseña.
21. No todo error debe calificarse
de necedad.
22. Un hogar sin libros es como un
cuerpo sin alma.
23. Las enemistades ocultas y
silenciosas, son peores que las abiertas y declaradas.
24. Nada resulta más atractivo en un
hombre que su cortesía, su paciencia y su tolerancia.
25. Humano es errar; pero sólo los
estúpidos perseveran en el error.
26. Todas las cosas fingidas caen
como flores marchitas, porque ninguna simulación puede durar largo tiempo.
27. El buen ciudadano es aquel que
no puede tolerar en su patria un poder que pretende hacerse superior a las
leyes.
28. Quien contempla a un verdadero
amigo, es como si contemplara a otro ejemplar de sí mismo.
29. Si queremos gozar la paz,
debemos velar bien las armas; si deponemos las armas no tendremos jamás paz.
30. Para ser libres hay que ser
esclavos de la ley.
31. Nadie que confía en sí, envidia
la virtud del otro.
32. Son siempre más sinceras las
cosas que decimos cuando el ánimo se siente airado que cuando está tranquilo.
33. Pensar es como vivir dos veces.
34. Los deseos del joven muestran
las futuras virtudes del hombre.
35. La vida de los muertos perdura
en la memoria de los vivos.
36. Hay que atender no sólo a lo que
cada cual dice, sino a lo que siente y al motivo porque lo siente.
37. No saber lo que ha sucedido
antes de nosotros es como ser incesantemente niños.
38. Si hacemos el bien por interés,
seremos astutos, pero nunca buenos.
39. Las vanas pretensiones caen al
suelo como las flores. Lo falso no dura mucho.
40. Los deseos deben obedecer a la
razón.
41. Difícil es decir cuánto concilia
los ánimos humanos la cortesía y la afabilidad al hablar.
42. Si quieres ser viejo mucho
tiempo, hazte viejo pronto.
43. Las leyes callan cuando las
armas hablan.
44. La sola idea de que una cosa
cruel pueda ser útil es ya de por sí inmoral.
45. Es preferible ser viejo menos
tiempo que serlo antes de la vejez.
46. La vida feliz y dichosa es el
objeto único de toda la filosofía.
47. La falsedad está tan cercana a la
verdad que el hombre prudente no debe situarse en terreno resbaladizo.
48. No hay nada hecho por la mano
del hombre que tarde o temprano el tiempo no destruya.
49. No hay hombre de nación alguna
que, habiendo tomado a la naturaleza por guía, no pueda llegar a la verdad.
50. Todas las acciones cumplidas sin
ostentación y sin testigos me parecen más loables.
51. Nada hay más injusto que buscar
premio en la justicia.
52. Me avergüenzo de esos filósofos
que no quieren desterrar ningún vicio si no está castigado por el juez.
53. Las leyes se han hecho para el
bien de los ciudadanos.
54. La necedad es la madre de todos
los males.
55. La naturaleza misma ha impreso
en la mente de todos la idea de un Dios.
56. La libertad sólo reside en los
estados en los que el pueblo tiene el poder supremo.
57. La ley no ha sido establecida
por el ingenio de los hombres, ni por el mandamiento de los pueblos, sino que
es algo eterno que rige el Universo con la sabiduría del imperar y del
prohibir.
58. El que sufre tiene memoria.
59. El egoísta se ama a sí mismo sin
rivales.
60. A pesar de que ya soy mayor,
sigo aprendiendo de mis discípulos.
61. Los hombres sabios nos han
enseñado que no sólo hay que elegir entre los males el menor, sino también
sacar de ellos todo el bien que puedan contener.
62. Donde quiera que se esté bien,
allí está la patria.
63. Es bueno acostumbrarse a la
fatiga y a la carrera, pero no hay que forzar la marcha.
64. No hay cosa que los humanos
traten de conservar tanto, ni que administren tan mal, como su propia vida.
65. La naturaleza ha puesto en
nuestras mentes un insaciable deseo de ver la verdad.
66. La ley suprema es el bien del
pueblo.
67. La ley es, pues, la distinción
de las cosas justas e injustas, expresada con arreglo a aquella antiquísima y
primera naturaleza de las cosas.
68. La fuerza es el derecho de las
bestias.
69. La ciencia que se aparte de la
justicia más que ciencia debe llamarse astucia.
70. Cuanto más alto estamos, más
debemos bajarnos hacia nuestros inferiores.
71. No hay absurdo que no haya
pasado por la cabeza de algún filósofo.
72. Si las leyes fueran constituidas
por los hombres, o por las sentencias de los jueces, serían derechos matar,
robar, adulterar, etcétera.
73. Preferiría la paz más injusta a
la más justa de las guerras.
74. Por conservar la libertad, la
muerte, que es el último de los males, no debe temerse.
75. No solamente es ciega la
fortuna, sino que de ordinario vuelve también ciegos a aquellos a quienes
acaricia.
76. No entiendo por qué el que es
dichoso busca mayor felicidad.
77. Mis libros siempre están a mi
disposición, nunca están ocupados.
78. Nada perturba tanto la vida
humana como la ignorancia del bien y el mal.
79. El tiempo es una cierta parte de
la eternidad.
80. ¡Oh, dulce nombre de la
libertad!
81. La evidencia es la más decisiva
demostración.
82. La naturaleza quiere que la
amistad sea auxiliadora de virtudes, más no compañera de vicios.
83. La honradez es siempre digna de
elogio, aun cuando no reporte utilidad, ni recompensa, ni provecho.
84. Es propio de los necios ver los
vicios ajenos y olvidar los propios.
Comentarios
Publicar un comentario