La economía alcanza su máximo beneficio en las naciones del mundo cuando va acompañado de una ética cristiana. Una ética reformada de preferencia calvinista que incluye otros factores más allá de una fe sin obras, no en el sentido de la salvación del alma sino del bienestar económico. Entre los beneficios que puede contener esta ética están:
·
Gente con mentalidad productiva. Según Max
Weber, autor del libro “ética cristiana y el espíritu del capitalismo”, el protestantismo ponía énfasis en la productividad
del trabajo duro, inteligente y honesto, que al mismo tiempo aceptaba los adelantos
científicos y tecnológicos de la época. Esto hacía que la economía de un país
crezca.
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Gente que ahorra e invierte. Se entendía que de
esta manera se aseguraba mayores ingresos en el futuro.
·
Gente que se preocupa por su posteridad y procura
dejar a sus hijos un mejor país que el que recibió.
·
La formación del carácter, que hará que la
gente no robe. Stephen Mc Dowel en su libro “Liberando las naciones” nos indica
que cada año se pierden miles de millones de soles en los negocios por el robo
de los mismos empleados.
Creatividad
e inventos
Los principios del evangelio imparten ideas y da creatividad al hombre para aumentar su bienestar
material.
Conocemos por la historia que pensadores cristianos como Tomás
de Aquino, reformadores como Lutero, filósofos como John Locke y Francis Bacon,
economistas como Adan Smith, e inventores como Benjamín Franklin, hicieron su
aportación para un mundo libre y sentaron las bases para su desarrollo aprovechando
el progreso de la ciencia y tecnología.
Mejores
herramientas
Estas conquistas y aportaciones lo consiguieron gracias a
que su mundo respiraba libertad. Solo en este contexto las ideas del hombre
transforman, crean y producen mejores herramientas.
Es con mejores herramientas que el hombre comienza a
aumentar su productividad de trabajo. Productividad que equivale a riqueza.
Esto conlleva a poder ofrecer productos con menor precio y de mejor
calidad.
La fórmula del progreso según Mc Dowell es:
R.N. + E.H x H = B.M.H
Significa Recursos Naturales + Energía Humana x Herramientas = Bienestar
material del hombre
Lo fundamental de las libertades económicas
El reverendo americano Charles Wolfe,
declaró que las libertades en un país deben incluir “la libertad del pueblo de poseer sus
propiedades, de escoger su
propia ocupación, de conservar el fruto de su trabajo, de comprar y vender en
el mercado libre, donde los salarios y los precios no son determinados por mandatos del gobierno, sino por
el intercambio voluntario entre
hombres y mujeres libres.”
Libertades económicas que derivan en libertades
políticas
La introducción de libertades
económicas en una nación aunque sea monárquica absolutista, o dictadura militar
dará como consecuencia libertades políticas en el tiempo, tal como sucedió en
Chile. Para que ese país sea la más rica de Latinoamérica es porque es la más
libre de todas. A pesar de haber sido precedidos por gobiernos comunistas y
militaristas como la de Allende y Pinochet, en el presente se aseguran que sus fundamentos
políticos y económicos sean las liberales.
Aunque resulte paradójico, las
libertades conquistadas en el siglo de las luces procedieron de filósofos
cristianos no católicos. Pensadores que estaban contra la religión esclavista
más no contra las verdades del evangelio. Luego vinieron los renegados y ateos.
Verna Hall, autor cristiano de los Estados Unidos hablando
del rol del estado afirmó que “las políticas
de cualquier gobierno deben promover y proteger las libertades económicas”, sólo
de esta manera podrán eliminar la pobreza y traer la prosperidad a sus pueblos.
Uno de los principios de la Fundación para la Educación Cristiana
en la América declara:
“La forma de gobierno que ha demostrado proteger mejor la
vida y la propiedad es una república federal cristiana constitucional”. Bajo
esta forma se equilibran los tres poderes del gobierno y evitan la tiranía”.
Pensamiento que concuerda con el modelo de gobierno de una República Constitucional
de respeto a los derechos individuales y a las instituciones.
Jorge Arévalo
La ética cristiana en la economía y política
Serie: “Sueños de prosperidad”
