Estando en los pueblos de la Amazonía
uno puede observar a los comuneros sacar diariamente de sus chacras productos de
su cultivo como la toronja, papaya, ají dulce, culantro y otros, productos que cosechan
en mínimas cantidades porque su siembra lo es igual.
Dos o tres bandejas pequeñas son traídas cada día al mercado y puestas a la venta. Al final de la jornada regresan a sus aldeas con el dinero ganado que no pasan de un promedio de 10 a 20 soles. Jornal que puedo imaginarme los deja complacidos.
Jorge Arévalo
Dos o tres bandejas pequeñas son traídas cada día al mercado y puestas a la venta. Al final de la jornada regresan a sus aldeas con el dinero ganado que no pasan de un promedio de 10 a 20 soles. Jornal que puedo imaginarme los deja complacidos.
Y esa misma rutina es la de
todos los días. Calculo que a fin de mes sus ingresos por la venta de sus
productos no suman ni un sueldo mínimo vital de 900 soles, pero tal parece que viven
tranquilos o resignados a esta realidad y al parecer no tienen ningún estímulo
para transformarlo.
El problema es con los niños, una
vez más como las anteriores generaciones no alcanzarán a tener un buen futuro
sobre todo por no haber contado con una mejor educación y mejores condiciones de
vida. Como todos saben estos pueblos no cuentan con el servicio de agua
potable, un producto tan básico para la salud y la vida.
Falta mucho por hacer en los
pueblos del Perú. Millones de niños nacen y crecen en estos ambientes precarios,
sin servicios elementales. Los padres no han explorado otros mundos, no tienen
conocimiento de las comunicaciones tecnológicas. Tal vez nunca sabrán que
vivieron en una edad atrasada y de pobre.za.
La verdad es que podrían tener
corriente eléctrica por más alejados que puedan estar de la urbe. Hoy existen los paneles solares. Podrían aumentar su cosecha si usaran sistemas
tecnificados de riego por goteo. Podrían mejorar sus
ingresos económicos al aumentar su producción con ayuda de mejores herramientas y máquinas.
En lugar de sembrar 2 ó 3 hectáreas
podrían hacerlo en 20 o 30 hectáreas del mismo producto. Podrían ofrecer no unos
cuantos kilos a los mercados sino que tuvieran
la capacidad de negociar con empresas grandes con las toneladas producidas. Soñar
no cuesta nada.
Además, si pudieran cambiar los
productos que siembran por el cual el mercado no les va a pagar mucho por productos
que tienen mayor precio y que se son exportables.
Por ejemplo, en lugar de emplear
meses de trabajo en la siembra del maíz por el cual sólo les pagarían 0.60 céntimos
por kilo, podrían criar paiches (pez
grande del amazonas que llega a pesar hasta 200 kilos), que les daría una rentabilidad mayor que tal
vez nunca soñaron. Sólo es cuestión de perspectiva y de querer ganar más.
Por kilo de paiche el mercado
exterior te paga hasta 40 dólares el kilo, es una gran diferencia con los céntimos
que reciben por el maíz. Pero debe haber un deseo profundo de transformar su realidad,
de lo contrario nunca cambiarán su suerte ni la de sus hijos.
Este pensamiento de hacer
dinero a través de una visión productiva dista mucho de la forma en que
generalmente han visto y aprendido sobre cómo hacerse ricos. Los ejemplos que tienen es la del comunero o campesino que se mete a la política, roba
y se hace millonario. O el que contrabandea con drogas. O los ejemplos de
aquellos que sólo esperan de su papá gobierno para que les alcance la ayudita
de la pensión 65 o de un vaso de leche.
Igualmente, pensar en asegurarse
un trabajo de por vida en una institución pública o privada, es decir, hacer
una carrera de obrero a largo tiempo no puede ser la ideal. Como es sabido los
salarios de países subdesarrollados como el nuestro son muy bajos.
Puedes haber entregado toda la
vitalidad de tu vida a un trabajo en algunas de estas instituciones y nunca
haber creado riquezas o puesto en práctica tus ideas emprendedoras. Pienso que
proyectarse a un trabajo de empresario es mejor y más satisfactorio que hacerse
de una carrera en el estado, el crecimiento del hombre de negocios no tiene
límite.
Especializarse en productos
que tienen mayor rentabilidad en el mercado internacional puede ser una manera
de alcanzar los sueños de prosperidad. Pensemos tan sólo en el fruto del camu
camu de la selva (un producto que contiene 20 veces más la vitamina C que el
limón), o el paiche del amazonas, pescado
sabroso y con mucha demanda en países como Estados Unidos y por el que te pagarían 100 veces
más.
Asimismo, el visionar con dar a los
productos un valor agregado, como puede ser el caso de la
madera, en lugar de venderlo como materia prima podrías hacerlo como muebles,
listo para la decoración de casas y departamentos. Te pagarían más por esto.
Que así sea
Jorge Arévalo
VISIÓN PRODUCTIVA
Serie: Sueños de prosperidad
Serie: Sueños de prosperidad
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