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Isaías 60 es uno de los clásicos capítulos de la Biblia que anuncia redención, bendiciones sin par, alegría, júbilo, restitución, para el pueblo de Dios condenado al exilio babilónico por muchos años, pero ahora gracias a un decreto de Ciro, rey de Persa, ellos vuelven a su tierra y ven la gloria de Dios retornando a su templo en ruinas y que ahora será restaurado a pesar aún de cierta oposición de algunos enemigos pero que finalmente la gracia de Dios les da la victoria y el templo queda restablecido, los muros de Jerusalén levantados y el culto y la alabanza a Dios entre el pueblo renovado.  Recuerdo de muy joven que este glorioso cántico de júbilo y restauración del profeta Isaías se nos hacía confesar una y otra vez de manera personalizada por el pastor de nuestra iglesia convirtiéndose de esta manera en uno de los capítulos emblema de mi fe. Veámoslo con detalle: 1.       1 Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti. El pr

Es un Salmos que por muchos años lo he confesado como un anhelo de mi vida. El verme libre de consejos malos, caminar en la verdad de su Palabra y ver prosperada mi vida en todo aspecto continúa siendo aún mi oración de cada día. El Salmo 1 revela la clave para hacer realidad estos deseos y es la misma que Dios le dio al guerrero Josué y dice: “en la ley de Jehová está su delicia y en su ley medita de noche y de día”. Meditar en la Palabra de Dios todo tiempo es el secreto, es la clave para ser próspero aquí en la tierra en todo sentido de la Palabra. Veámoslo con más detalle: 1.       1 Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, El no andar en consejo de personas de quienes no se les atribuye moral alguna, o tienen una moral construida en contraposición abierta y rebelde a la Palabra de Dios como puede ser el caso de los nihilistas (nihilismo es una filosofía que propone el rechazo de todos los principios religiosos y morales

Cuando despedimos a algún ser amado por razones de viaje, o cumplimiento de alguna misión, el Salmos 121 inmediatamente viene a la mente de muchos. Es conocido también como el salmo del viajero. En ella se nos da detalles del cuidado especial de Dios en nuestra vida y camino. Veámoslo versículo por versículo:  1.       1 Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro?  Aquí parece que hay un signo de temor, angustia e incertidumbre en el salmista, pues, se deduce por su necesidad de buscar amparo. Seguro que analiza alternativas pero en el versículo siguiente va a concluir en una sola. ¿Cuántas veces tú y yo nos hemos encontrado en situaciones sin salida, buscamos alternativas y no la encontramos y es entonces cuando levantamos nuestra mirada al cielo.  2.       2  Mi socorro viene de Jehová, Que hizo los cielos y la tierra Dios es la respuesta a todas nuestras necesidades grandes y pequeñas, apremiantes o no. Dios que hizo los cielos y la tierra es el socorr

Salmos 91 es uno de los Salmos clásicos al igual que el 23, donde uno se puede apreciar la protección especial de Dios sobre nuestra vida. Este Salmo una vez le dediqué a una de mis hermanas cuando luchaba con las presiones de su alma una de esas malas noches en su casa. Le recomendé abrir la Biblia en este capítulo y leerlo en voz alta, lo hizo y la opresión se fue. Pudo descansar tranquila sintiendo la paz de Dios en el ambiente de su hogar. Revisemos su contenido:  1.       “ 1 El que habita al abrigo del Altísimo      Morará bajo la sombra del Omnipotente” Aquí la palabra clave es “habitar”, es decir, llevar una vida de comunión con Dios a través de la oración y Su Palabra. El resultado es la protección de Dios.  2.       2  Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en quien confiaré.  Es hermoso alabar a Dios con las más bellas palabras que puedes encontrar en el alma, palabras que demuestran tu confianza en él. “Tú eres mi esperanza, mi castillo, e

Es quizás el Salmo más conocido y predicado de todos. Lo escuchamos generalmente en los velatorios o cortejos fúnebres. Es usado para consolar los corazones tristes de personas o familias que perdieron un ser querido. El Salmos 23 escrito por el rey David es un salmo de consolación y esperanza, pero es algo más que eso. Puedes ver descrito en este Salmo algunas cualidades notables de Dios que nos permiten conocer más de Él y tomar fuerzas para continuar adelante en la vida y buscar la victoria en toda circunstancia de este mundo. Veamos como el Salmista nos ayuda a ver a Dios más allá de un simple consuelo para la otra vida. 1.    “J ehová es mi pastor; nada me faltará.  Dios como proveedor. El salmista confía en la provisión para todas sus necesidades, estás incluyen: amor, protección, fortaleza y recursos, lo cual está seguro que Dios le suplirá.     2.    “En lugares de delicados pastos me hará descansar;  Junto a aguas de reposo me pastoreará” Dios como paz para el alma

Las promesas de Deuteronomio 28: 1-14 fueron dadas por Dios al pueblo de Israel en la reiteración de su pacto después de los 40 años de peregrinación por el desierto. Estas promesas eran condicionales dadas sólo si se obedecían las palabras del pacto. Pero qué relación tienen estas promesas en cuanto a nosotros los cristianos. El apóstol Pablo afirma en Gálatas 3:13-14 que “Cristo nos rescató de la maldición de la ley al hacerse maldición por nosotros, pues está escrito: «Maldito todo el que es colgado de un madero. Así sucedió, para que, por medio de Cristo Jesús, la bendición prometida a Abraham llegara a las naciones, y para que por la fe recibiéramos el Espíritu según la promesa. ”. Si Cristo quitó la maldición de la ley de todos los que en las naciones creen en él (esto te incluye a ti y a mí), entonces no queda sino sólo las bendiciones que le fueron prometidas a Abraham y sus descendientes que incluye también la de este pasaje de Deuteronomio. Nosotros los creyentes en Cri