sábado, 13 de junio de 2020

NO TEMAS, YO ESTOY CONTIGO Y TE BENDECIRÉ




Génesis 26: 24

El contexto de este versículo gira alrededor del proyecto de Isaac de abrir los pazos de Abraham su padre que los filisteos habían clausurado a la muerte de éste.

El primer pozo que abre lo llamará Esek, que significa enemistad, pues los filisteos reclamaron el agua de este pozo, diciendo: “el agua es nuestra”

los pastores de Gerar riñeron con los pastores de Isaac, diciendo: El agua es nuestra. Por eso llamó el nombre del pozo Esek, porque habían altercado con él”

Esek significa contención.

Cuando decidas empezar con tu emprendimiento puede que no estés exento de problemas o altercados. Gente que reclame tu lugar en el mercado, que se pongan envidiosos  con tu éxito y comiencen a contender contigo.

El éxito en el comienzo de su proyecto le anima a Isaac a abrir otro pozo

Y abrieron otro pozo, y también riñeron sobre él; y llamó su nombre Sitna”

Sitna significa enemistad.

Los Gerarditas vuelven a contender con él, continúan con su envidia, cólera e infamia a causa de su éxito en encontrar pozos de aguas vivas donde sus oponentes solo veían aguas estancadas. Isaac, era un hombre de paz y sabía que la bendición del Dios de su padre estaba con él dondequiera que iba.

Isaac se apartó de allí, se fue a un lugar lejos de sus contendientes y abrió otro pozo, pero esta vez tuvo tranquilidad.

Y se apartó de allí, y abrió otro pozo, y no riñeron sobre él; y llamó su nombre Rehobot, y dijo: Porque ahora Jehová nos ha prosperado, y fructificaremos en la tierra”

Rehobot significa: “lugares anchos y espaciosos”

El Señor estaba dándole el éxito a Isaac con todos los pozos de agua que abría. Con excepción de sus rivales, su vida y su casa era próspera, su producción estaba al ciento por uno.

Ahora su negocio se encontraba en un buen lugar, libre de contiendas. Dios le había dado paz y le bendijo con mucho más que a sus contrincantes.

Hasta aquí se puede ver algunos principios y cualidades de un exitoso. Por un lado está su buen carácter, pues prefiere la paz a las peleas, su perseverancia, que es la gran cualidad de los grandes y está su sencilla fe en Dios. Esa fe que le lleva a lograr lo imposible, que le lleva a hacer declaraciones positivas como:

“… fructificaremos en la tierra”

Isaac como todo buen emprendedor que gusta de los éxitos decide continuar dando pasos. Ahora se extiende a un nuevo pueblo, Berseeba.


Y de allí subió a Beerseba”

En este nuevo lugar tiene una visión de Dios, el texto dice: 
“24 Y se le apareció Jehová aquella noche, y le dijo: Yo soy el Dios de Abraham tu padre; no temas, porque yo estoy contigo, y te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia por amor de Abraham mi siervo. Y edificó allí un altar, e invocó el nombre de Jehová, y plantó allí su tienda; y abrieron allí los siervos de Isaac un pozo”.
En este contexto es que Dios se le revela y le dice: “No temas, porque yo estoy contigo, te bendeciré y te multiplicaré…”
Isaac ya había tenido malas experiencias con los oponentes de sus primeros pozos, ahora él estaba en un nuevo lugar y puede que pensaba que podía ocurrir lo mismo, o que lo ganado en Rehobot se pierda. Pero Dios está con el emprendedor que depende de Él y le envía su Palabra: “No temas, yo estoy contigo”. “Yo tengo un pacto con Abraham tu padre de bendecir a toda su descendencia”
Esta misma verdad nos enseña Pablo en el Nuevo Testamento, en Gálatas 3: 13-14 dice: 
 “Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero, para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu”.

Amado hermano, la bendición de Abraham te ha alcanzado en Cristo y te alcanza en este día. Esta misma bendición que persiguió y alcanzó a Isaac donde quiera que iba también es tuya. 
No temas, de empezar hoy, Dios abre tus ojos para que veas las fuentes de aguas generadores de ingresos para tu economía. Él está contigo.
El texto termina diciendo que Isaac edificó su altar de adoración allí, plantó con seguridad su tienda, volvió a cavar la tierra, volvió a encontrar aguas vivas y levantó un nuevo pozo. 
Esto me hace pensar a los ricos petroleros, el agua era el equivalente al oro negro de nuestros tiempos. Isaac era un hombre próspero y rico. 
Deja que en tu pobreza Dios renueve tu mente, abra tus ojos y veas que tú no eres la excepción entre los hijos de Dios, eres tan amado como lo fue Isaac. Para ti también es la promesa, por lo tanto, no temas. 
En medio de esta crisis económica puedo decir que: “No  morirás, sino que vivirás y contarás las grandes obras de Dios sobre tu vida”. La idea del emprendimiento surge ahora, y el favor y bondad de Dios te asegurarán un buen inicio. 
2020 no es el peor de los años, como Isaac declaramos:
“… fructificaremos en la tierra”


Jorge Arevalo

viernes, 12 de junio de 2020

UNA ORACIÓN MODELO BAJO EL NUEVO PACTO




La dispensación que nos toca vivir a los creyentes del siglo XXI  es la del Nuevo Pacto. No estamos bajo ningún otro. Y esta verdad nos debe llevar a cambiar la manera de pensar acerca de importantes temas como el de la oración.

Muchos creyentes entre los que me incluyo no hemos sido enseñados a orar según el modelo del nuevo pacto. Hebreos 13: 20-21 nos lo revela. En lugar de pedir como se acostumbra debemos reclamar, pero un momento, no es el reclamo de protesta que conocemos, sino el de recordarle a Dios que él ha hecho pacto con nosotros, que tiene un compromiso no sólo de palabra sino de juramento con los de su pueblo.

Bajo este nuevo pacto apelamos a su justicia más que a la maravillosa gracia con la cual nos atrajo a la salvación.

El trato de Dios de favorecer a sus hijos es ahora más que una condición de gracia, es una condición de justicia.

El pacto es una situación legal que obliga a Dios a darnos todo aquello que Cristo ha logrado para nosotros en la cruz del calvario. Un modelo de oración de pacto lo encontramos en Hebreos 13: 20-21:


“Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno,  os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén”

En esta oración se apela a la sangre del nuevo pacto para afirmar:


  • Que Dios nos haga aptos en toda obra buena
  • Para que hagamos su voluntad
  • Para que él haga en nosotros lo que es agradable

La oración de fe se fundamenta en el pacto de la sangre de Cristo derramada por nosotros. Cuando nos acercamos al trono de la gracia de Dios podemos decir así: “Padre, te pido de acuerdo a lo estipulado en tu pacto”.

El pacto tiene términos muy claros y tenemos el derecho de pedir de acuerdo a esos términos que se resumen en tres cosas importantes:



  • Purificación
  • Vida y Poder
  • Conocimiento interior



Tres grandes bendiciones en Cristo


Purificación:

“Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”, 1 Juan 1:9


“Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo”, 1 Juan 2: 1-2

Vida y Poder

“El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”, Juan 10: 10

“He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará”, Lucas 10: 19


Conocimiento interior

“Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados por Dios. Así que, todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de él, viene a mí”, Juan 6:45

“Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber. Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber”, Juan 16: 13-15

Jorge Arévalo

miércoles, 10 de junio de 2020

NO TEMAS, DIOS HA OIDO LA VOZ DE TUS RUEGOS




Génesis 21: 17 – 20 cuenta la historia de Agar y su hijo Ismael: “Y oyó Dios la voz del muchacho; y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo, y le dijo: ¿Qué tienes, Agar? No temas; porque Dios ha oído la voz del muchacho en donde está. Levántate, alza al muchacho, y sostenlo con tu mano, porque yo haré de él una gran nación. Entonces Dios le abrió los ojos, y vio una fuente de agua; y fue y llenó el odre de agua, y dio de beber al muchacho”

Agar y su hijo Ismael habían sido echados de la casa de Abraham, ahora estaban perdidos por el desierto, se les había acabado las provisiones del pan y del agua. Agar puso al muchacho a la sombra de un arbusto y se alejó un poco de él porque decía: “No veré cuando el muchacho muera”. Pero Ismael alzó su voz y lloró. Y oyó Dios la voz del muchacho y llamó a Agar y le dijo: ¿Qué tienes, Agar? No temas.

No temas porque Dios ha oído la voz del muchacho
No temas, porque Dios ha oído la voz del muchacho en donde está. El mismo mensaje es para ti hoy, Dios te dice: “No temas, porque yo he oído tu voz”.

De repente te encuentras en una situación en que tus provisiones se acabaron, perdiste el empleo, tus ingresos que generabas ahora no los puedes producir, la realidad de la pandemia ha afectado gravemente tu economía, y has sido reducido hasta la mendicidad, pero aún te queda una esperanza, un milagro de Dios que salve tu vida, tu economía y como Ismael alzas tu voz en oración y te quebrantas de impotencia ante su presencia y ruegas por misericordia.
Entonces Dios que oye la oración del que se humilla abre tus ojos para que veas, no tus ojos naturales, el milagro va dirigido a los ojos de tu mente que los tienes cerrados a causa de una pobre educación financiera, de una mentalidad asistencialista y de miseria. Dios las abre para que veas la fuente de agua, una fuente que siempre ha estado ahí, que la tenías tan cerca pero no lo podías ver y que la hubieras podido aprovechar para llenar tus odres de agua y no tener que andar diciendo: “Creo que nos vamos a morir” “Creo que mis hijos y yo moriremos de hambre”.
Dios que es rico en misericordia viene a ti y te dice: “No temas, yo soy tu proveedor”.
La historia de Agar e Ismael concluye: “Entonces Dios le abrió los ojos, y vio una fuente de agua; y fue y llenó el odre de agua, y dio de beber al muchacho
Dios tiene esa fuente de provisión para ti. Ora y cambia tu confesión. En lugar de estar diciendo: “No tengo”, Puedes decir: “El Señor es mi proveedor”, “Dios gracias, mis ojos están abiertos y puedo ver las oportunidades de recursearme y los tengo frente a mí”, “Dios gracias, porque me has dado una mente prodigiosa y creativa para generar dinero”.
La fe en Dios es lo que marcará la diferencia en tus circunstancias.  La mujer de flujo de sangre que necesitaba un milagro, cuentan los evangelios que se decía a sí misma: “Si tan solo tocare el borde de su manto será sana”, lo repetía una y otra vez: "Si tocare el borde del manto de Cristo seré sana". 

Esta mujer había probado con toda clase de medicinas y cada vez estaba peor. Pero puso su fe en Dios y decía continuamente: “Si tocare el borde de su manto seré sana”, y ¿sabes qué?, lo logró, alcanzó a tocar el manto de Jesús y recibió su milagro, fue sana.
No temas, el Señor es tu proveedor en tus necesidades. Sea lo que necesites, él abre tus ojos ahora para que veas la fuente de tu provisión para que tú y tus hijos vivan coman, vistan y vivan su propósito en este mundo.

Jorge Arevalo

martes, 9 de junio de 2020

NO TEMAS, YO SOY TU ESCUDO


El temor es un enemigo que debemos derrotar para siempre en nuestra vida. No debemos permitir que nos robe más de nuestras bendiciones. Los años que nos toca vivir en esta tierra debemos vivirla con la abundancia de su paz, de su victoria y de su prosperidad en todas las cosas. Este es el tiempo para armarnos de fe y de valor. Dios ha dispuesto nuestra victoria. Somos más que vencedores.

Génesis 15: 1 “Después de estas cosas vino la palabra de Jehová a Abram en visión, diciendo: No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande”

Abraham acababa de derrotar a un ejército confederado de 5 reyes y él tenía razones para temer una revancha. Pero Dios viene a él y le dice: “No temas, Abram; yo soy tu escudo”.


Dios es el escudo protector del creyente

Una de las razones más poderosas para no andar en temor, es que Dios mismo es nuestro escudo.  “Yo soy tu escudo”.

El escudo era el arma para cubrir el cuerpo del guerrero. Figuradamente significa que Dios nos cubre, nos protege. En el Salmos 121 dice que es sombra a nuestra mano derecha, es esa sombra que nos cubre de cualquier inclemencia.  

En 1 Samuel 17:7, 41 vemos que las personas distinguidas tenían su escudero, siempre iban acompañados de éstos. Nosotros somos para Dios personas distinguidas, pues somos sus hijos en Cristo, y él se constituye en un escudero para nosotros.    


La fe es el escudo que repele el ataque del maligno

Pablo en Efesios 6 enseña que la fe es el escudo del creyente, dice que sobre todo debemos tomar el escudo de la fe, con que podemos apagar o cancelar todos los dardos de fuego del maligno, Efesios 6: 16. 

Por un lado tenemos a Dios mismo como nuestro escudo protector y por otro lado tenemos nuestra fe que es igualmente un escudo que nos protege de los dardos de fuego del maligno, que los hace rebotar.


El escudo es símbolo del galardón del creyente

En el Antiguo Testamento el escudo también pasó de ser de arma defensiva a significar emblema de gloria, de honor y de pertenencia.

El rey Salomón mandó hacer escudos de oro como símbolo de sus riquezas y prosperidad y los colocó en su casa.

1 Reyes 10: 16-17 dice: “Hizo también el rey Salomón doscientos escudos grandes de oro batido; seiscientos siclos de oro gastó en cada escudo. Asimismo hizo trescientos escudos de oro batido, en cada uno de los cuales gastó tres libras de oro; y el rey los puso en la casa del bosque del Líbano”

Dios le dijo a Abram: “No temas, Yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande”. Abraham había rechazado los galardones del rey de Sodoma, él pudo haberse hecho más rico con los despojos de su enemigo, pero Dios le dice que “no tema” porque su galardón es en sobre manera grande.

El escudo pasa de ser un arma protector para la vida de Abram para venir a ser un símbolo de honor, gloria y prosperidad que Dios le daría.  

Jesús también da una promesa directa a sus discípulos en Marcos 10: 29 - 30  “De cierto os digo que no hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por causa de mí y del evangelio, que no reciba cien veces más ahora en este tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, con persecuciones; y en el siglo venidero la vida eterna.”

Entonces, cuando Dios dice: No temas: “Yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande”, nos está diciendo que no tenemos de que preocuparnos de los ataques del enemigo, sólo debemos mantenernos firmes en la fe de la Palabra de Dios y estaremos a salvo. Asimismo debemos estar firmes, confiados en que él como escudo ha dispuesto provisión, prosperidad y exaltación para todos los que creemos en él.

Jorge Arevalo

domingo, 7 de junio de 2020

USA LA PALABRA PARA RECHAZAR EL TEMOR


En el anterior artículo afirmé que Jesús usaba la palabra para sanar y liberar, el fundamento para esta afirmación está en Mateo 8: 16.17. Igualmente nosotros podemos usar la palabra de nuestro testimonio como arma para rechazar el temor en nuestra vida.

El temor es uno de los enemigos más sutiles, nos roba la paz del corazón, nos impide que conquistemos nuestros sueños, pues tiene el efecto de paralizarnos. El temor puede impedir que disfrutemos de una vida de calidad.

Declara: “Por la Palabra Dios estoy a salvo del temor”.

Isaías 54: 14 dice: “Con justicia serás adornada; estarás lejos de opresión, porque no temerás, y de temor, porque no se acercará a ti”


La vara de poder

En éxodo 4 vemos que Dios llamó a Moisés para ir a Egipto y decirle a Faraón que deje libre a su pueblo, Moisés le dijo a Dios: “No me creerán, ni oirán mi voz y Dios le respondió: “¿Qué tienes en tu mano? Y Moisés respondió: “Una vara”. Dios entonces le dijo: “Por esta vara te creerán”. 

Ya conocemos la historia de la vara de Moisés y los grandiosos milagros que produjo a favor de Israel.

Tú y yo poseemos el poder de la vara, que viene a ser una figura del nombre de Jesús. Todos los discípulos tenemos autoridad en este nombre y la podemos usar para reprender el temor y derrotarlo. 

Pedro en Hechos 3:6 la utilizó para llevar a cabo el milagro en el cojo de nacimiento. 

“Más Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda”.

¿Qué tienes en tu mano?

Es la misma pregunta que Dios te hace a ti ahora. Lo que tienes en tu mano es la vara de poder y de autoridad del nombre de Jesús que te ha sido dada. Es en este nombre que puedes echar fuera el temor de la enfermedad, la muerte y la pobreza. 

Declara:

 “En el nombre de Jesús echo fuera todo espíritu de temor de mi vida “.

“Temor te echo fuera, escrito está que no puedes acercarte mas a mí ". 

Lucas 10: 19 afirma que Jesús nos dio autoridad para hollar serpientes y escorpiones, y toda fuerza del enemigo y nada nos dañará. 

El nombre de Jesús es la vara de tu autoridad en Él para que andes en victoria, viviendo como un vencedor, alejado de todo temor. 



La confianza en las promesas de Dios

Las promesas de Dios son nuestra confianza. Jesús habló en Mateo 7: 25

“Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca”

La vida de cada creyente está fundada sobre la roca de las promesas de Dios. Puede descender lluvia, venir ríos, soplar vientos y golpear contra ti y tu casa, pero tú no caerás. Tu corazón está asegurado con la paz y seguridad de las promesas de Dios.

Se dice que la palabra “no temas” se encuentra 365 veces en la Biblia, es decir, una para cada día del año”.  Me referiré sólo a los que se encuentran en el Pentateuco para que la hagas tuya:

Génesis 15: 1: “No temas, Abram, yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande”

Declara: “No temo, porque el gran Yo Soy es mi escudo y mi galardón es en sobremanera grande””

Génesis 26: 24  “Y se le apareció Jehová aquella noche, y le dijo: Yo soy el Dios de Abraham tu padre; no temas, porque yo estoy contigo, y te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia por amor de Abraham mi siervo

Declara: “No temo, porque Dios está conmigo, y me bendice y Él multiplica mi descendencia”

Éxodo 14: 13: “Y Moisés dijo al pueblo: No temáis; estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros; porque los egipcios que hoy habéis visto, nunca más para siempre los veréis”

Declara: “No temo, estoy firme y veo la salvación de Dios en mi vida, nunca más el temor tiene lugar en mi"

Números 21: 34: “Entonces Jehová dijo a Moisés: No le tengas miedo, porque en tu mano lo he entregado, a él y a todo su pueblo, y a su tierra; y harás de él como hiciste de Sehón rey de los amorreos, que habitaba en Hesbón”

Declara: “No tengo miedo, Dios ha entregado en mi mano todos mis enemigos. Yo tengo la victoria sobre todo temor”

Deuteronomio 1: 29: “Entonces os dije: No temáis, ni tengáis miedo de ellos”

Declara: “No tengo temor, ni le tengo miedo a nada”

Deuteronomio 20:1: “Cuando salgas a la guerra contra tus enemigos, si vieres caballos y carros, y un pueblo más grande que tú, no tengas temor de ellos, porque Jehová tu Dios está contigo, el cual te sacó de tierra de Egipto”

Declara: “No tengo temor, porque Dios está conmigo, él es más grande que mi enemigo, en él estoy seguro”.

Deuteronomio 31: 8: “Y Jehová va delante de ti; él estará contigo, no te dejará, ni te desamparará; no temas ni te intimides”

Declara: “Dios va delante de mí, él está conmigo, nunca me desampara, por tanto, no temo ni me intimido ante nada”

Apocalipsis 12:11 dice que tú has vencido por medio de la sangre del Codero y por la palabra de tu testimonio. 

Cada día declara esta palabra de fe en las promesas de Dios como un testimonio de que crees en tu victoria y que el temor es un enemigo derrotado en tu vida. 



La sangre de Jesús

Nos resulta muy familiar la historia de la pascua judía en Éxodo 12, es la historia de la liberación de la esclavitud. En el contexto de esta fiesta Dios ordena a su pueblo que se escondan en sus casas y que en los marcos de sus puertas y ventanas apliquen la sangre del cordero sacrificado.

Las casas de los judíos quedaron protegidas del ángel de la muerte, mientras que en las casas de los egipcios hubo mortandad, llanto y dolor por el fallecimiento de los primogénitos.

La gran enseñanza espiritual de este evento es que la sangre del cordero tiene el poder para protegernos y librarnos del peligro. 

La sangre de Jesús es la sangre que nos protege, cada día aplícala sobre tu vida.

Declara: “No temo, la sangre de Cristo me cubre, cubre mi vida, mi casa, mis finanzas, mis bienes y mi llamado”.

Mis bendiciones a ti.

Jorge Arevalo

ALINEA TU CONFESIÒN A LA PALABRA DE DIOS

  Descubrí claramente el poder de la palabra cuando el texto bíblico de Hebreos 4: 12 llamó mi atención acerca de sus efectos. Literalmente ...