sábado, 11 de abril de 2020

SEIS BENEFICIOS DE LA MUERTE DE CRISTO


Texto bíblico: Mateo 27: 15-56

Normalmente nos preguntamos ¿Por qué tuvo que morir Jesús en una horrenda cruz? Si él no hizo nada malo. Sin embargo, esa muerte expiatoria como la de un cordero sacrificado nos trajo por lo menos seis beneficios para nuestra salvación aquí en esta vida y en la venidera. Si puedes creer, puedes obtenerlo. Veamos: 


1.       Llevó nuestras enfermedades y dolencias

Mateo 27:34: “Le dieron a beber vinagre mezclado con hiel; pero después de haberlo probado, no quiso beberlo”

El texto dice que le dieron a beber vinagre mezclado con hiel pero después que lo hubo probado, no quiso beberlo.

Esto pasó en el gólgota  a la hora de la crucifixión.

El no quiso ningún sedante o droga para mitigar su dolor. La profecía de Isaías decía;

“Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados”.
Es la razón por la que creemos en la sanidad de nuestros cuerpos,  así como creemos en el perdón de los pecados.  La profecía declaraba que “… por sus llagas fuimos nosotros curados”

En las heridas de su cuerpo Jesús pagó  todas las enfermedades y dolencias de los hombres. Las buenas nuevas de la salvación de Cristo implican un evangelio completo.

Jesús rechazó beber el sedante porque quería pagar el precio de nuestra enfermedad. Si tan solo pudieras ver tus dolencias y enfermedades en su cuerpo allí sobre la cruz del calvario, si pudieras ver a Jesús llevando  la maldición de la enfermedad y sufriendo en tu lugar y tú estando  libre y sano, lo serás. Esta revelación es poderosa.

No veas la enfermedad en tu vida, mira el cuerpo herido de Cristo, en cuanto a ti, dale las gracias por la salud, dale las gracias por la sanidad. Declara “Soy sano por sus llagas”.



2.      Llevó nuestra humillación y vergüenza

Mateo 27:35 dice: “Cuando le hubieron crucificado, repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes, para que se cumpliese lo dicho por el profeta: Partieron entre sí mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes”

El texto declara que repartieron entre si sus vestidos, quitándole sus ropas, le desnudaron.  Esto quiere decir, que lo humillaron, lo avergonzaron al exponer su desnudez.

El Señor permitió esta humillación  porque estaba llevando nuestras vergüenzas de todos los delitos y pecados que hemos cometido.

Efesios 2: 4-5 dice: “Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos),

La paga de nuestros pecados es la muerte. Hay pecados que si son traídos a la luz son una vergüenza, nos esperaría sólo el desprecio, la humillación y la soledad. Pero las buenas nuevas del evangelio es que Jesús ya llevó en su cuerpo esta vergüenza.

“Porque la paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro”, Romanos 6:23

El Señor derramó su sangre en la cruz para limpiar nuestra alma, para darnos perdón y cubrir la deshonra. El quiere darte vida nueva y salvación de tus pecados si lo aceptas hoy en tu corazón.


3.      Murió para salvar nuestra alma del infierno

Mateo 27:44 dice: “Lo mismo le injuriaban también los ladrones que estaban crucificados con él”

De estos dos ladrones crucificados al lado de Jesús uno de ellos le imploró: “Señor, acuérdate de mí, cuando vengas en tu reino”, al cual Jesús le respondió: “Hoy mismo estarás conmigo en el paraíso”.

Jesús reveló la existencia de un paraíso celestial.

¿A donde van las almas de los que mueren?. Esto sigue siendo un misterio para la ciencia.

Algunas religiones tienen un vislumbre de la existencia de la vida después de la muerte, pero ninguna tiene una doctrina tan clara como el cristianismo acerca del paraíso celestial.

Jesús fue muy claro cuando se refirió sobre lo real que es el paraíso.

Pablo el apóstol tuvo una experiencia espiritual que no supo cómo explicar si lo experimentó estando con el cuerpo presente o sin él, pero el hecho  es que fue a parar en el mismo paraíso y lo que vio y oyó allí lo dejó anonadado que simplemente exclamó: “Estar con Cristo es muchísimo mejor”

Estar con Cristo en el paraíso es muchísimo mejor que la vida aquí en la tierra que está lleno de aflicciones, problemas y maldades.

Si tú crees en Jesús, la vida eterna te espera, cuando mueres te espera el paraíso como morada. En ese paraíso o cielo de Dios no hay más muerte, ni enfermedad ni dolor, sólo paz y regocijo por la presencia de Dios.  ¿Quieres asegurar tu alma para el paraíso? Si tú le entregas tu corazón a Cristo tu nombre estará inscrito desde ya en el libro de la Vida.


4.      Llevó para siempre nuestro rechazo

Mateo 27:46: “Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”

El sentimiento de rechazo es el peor sentimiento que pueda padecer el hombre, el dolor del menosprecio es peor que el dolor físico. Jesús llevó tu rechazo, tu soledad y el sentimiento del  desamparo de Dios en la cruz. El sabe lo que es sentirse abandonado totalmente por su padre.

Hoy puedes venir a Jesús y ser libre del rechazo. 

Jesús dice en Mateo 11: 28  Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”

Si vienes a Cristo él te librará del sentimiento de estar solo y de no tener el amor de alguno en este mundo.

Jesús te recibe, él te acepta. El salmista comprendió esta verdad cuando dijo  en el Salmo 27. 10:  “Aunque mi padre y mi madre me dejaran, con todo mi Dios me recogerá”

Entrega tu abandono a Cristo y recibe su amor y su presencia. El Estará contigo todos los días de tu vida hasta el fin del mundo. 


5.      Murió para establecer nuestra relación con Dios

Mateo 27-50-51  “Mas Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó el espíritu. Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron”

El velo del templo se partió en dos. 

Ese velo que separaba e lugar santo del santísimo donde estaba el arca símbolo de la presencia de Dios fue roto a la muerte de Jesús.

En el Antiguo Testamento no había acceso directo al trono de la gracia de Dios, solo un hombre, el sumo sacerdote, una vez al año podía entrar a al lugar santísimo, el lugar de su presencia.

Pero ahora ese velo no existe, fue roto  por la cruz de Cristo, ahora no hay nada que nos separe de Dios.

Cualquiera que ha recibido a Cristo y ha recibido el perdón de sus pecados puede entrar a ese lugar santísimo de su presencia. 

En oración podemos venir a él y en el nombre de Cristo pedir por nuestras necesidades y recibir de su gracia y misericordia, recibir de su ayuda y amparo. No estamos más solos. Tenemos a Dios de nuestro lado. 

Tú puedes conocer a Dios y experimentar en tu vida el poder de su presencia y recibir la respuesta a tus oraciones si tú le crees a Cristo.

La muerte de Cristo en la cruz tiene el poder de darnos libertad ante Dios y experimentar la comunión de su presencia.

Jesús es nuestro sacrificio expiatorio, en él alcanzamos la paz de Dios en nuestros corazones.



6.      La esperanza de la resurrección 

Mateo 27:52-54 “y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron; y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de él, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos. El centurión, y los que estaban con él guardando a Jesús, visto el terremoto, y las cosas que habían sido hechas, temieron en gran manera, y dijeron: Verdaderamente éste era Hijo de Dios.

Cuando Jesús murió hubo un terremoto, en los cementerios alrededor se abrieron los sepulcros y muchos santos que habían muerto se levantaron y aparecieron vivos en Jerusalén, es decir, su muerte no pasó desapercibido por ninguno. Estos acontecimientos, como el velo del templo que se partió en dos,  el terremoto, y los muertos resucitados no fueron sino eventos extraordinarios.

La resurrección es la gran verdad del cristianismo, algo que los filósofos de todos los tiempos les cuesta aceptar. Es la esperanza de los que creen en Cristo. Pablo dijo en 1 Tesalonicenses 4: 16-17: “Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor”

Esta es nuestra gran esperanza. 

En Juan 11: 25-26 Jesús declara: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?


Resumen

Tú, ¿crees esto? ¿Que sólo Cristo es tu esperanza de vida, que él es tu Salvador que murió para llevar tus enfermedades y pecados, tu humillación y vergüenza, que tiene el poder para salvar tu alma así como quitar el rechazo y la soledad de tu corazón?

El quiere darte la vida abundante que necesitas, quiere llenar tu corazón de alegría y gozo. El quiere darte de su paz. Esa paz que sobrepasa todo entendimiento.

Si tú crees esto, y aun no has recibido a Cristo en tu corazón has esta oración de fe donde quiera que te encuentres, en tu casa, en una cama del hospital, entrégale tu vida, pídele perdón por tus pecados y que salve tu alma.


 Oración: 

“Señor Jesús, te entrego mi vida, confieso que soy un pecador y que necesito tu perdón. Yo reconozco que tú eres el hijo de Dios y el Salvador del mundo. Ven a morar a mi corazón, to te acepto y te recibo. Gracias Padre en el nombre de Jesús. Amén”.


Jorge Arévalo

viernes, 10 de abril de 2020

10 ENSEÑANZAS DE LA ÚLTIMA CENA DE JESÚS


Texto: Juan 13-17
En la última cena encuentro por lo menos 10 lecciones o enseñanzas que Cristo dio para sus discípulos y para todas las generaciones:


Enseñanza 1  El servicio 

Juan 13: 6-7 vemos que Jesús lava los pies de los discípulos 

A Pedro le costó entender que su Maestro hiciera una tarea de esclavo. Pedro aun no había entendido la enseñanza de Jesús que para ser un  líder debía ser un siervo. Esto no es una enseñanza agradable para aquellos líderes que les cuesta servir a los que están bajo su dirección.

Los evangelios muestran que “Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.”, Marcos 10:45

En Lucas 4: 18 él vino:

·         Para dar buenas nuevas a los pobres;

·         a sanar a los quebrantados de corazón;

·         pregonar libertad a los cautivos,

·         Y vista a los ciegos;

·         a  poner en libertad a los oprimidos


Si tú crees estar en esta lista déjame decirte que Jesús vino para servirte a ti. El vino para traer salvación a tu vida.


Enseñanza 2 El mandamiento nuevo e incondicional

Juan 13:34 dice:  “Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.”

Amar a otros no era un nuevo mandamiento en si, pues Levítico 19.18 del Antiguo Testamento hablaba de esto. Lo nuevo, lo revolucionario en cuanto a este nuevo mandamiento fue que Jesús dijo que amemos a otros de la misma manera en que él nos amó.

¿Cómo es este nuevo amor? ¿Como nos amó Cristo? Sin duda nos amó a pesar de... todos nuestros pecados. Nos amó con un amor incondicional.

Pedro entendió este amor y por eso estaba seguro que a pesar de que le había negado tres veces, si él le pedía perdón, Jesús le perdonaría. Judas en cambio no alcanzó a comprenderlo. Luego de haberle traicionado, se suicidó pensando que todo estaba acabado para él. 

Apocalipsis 3.20 dice: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo”

 Esto me recuerda al ladrón en la cruz que le dijo: “Señor acuérdate de mi cuando vengas en tu reino”. Jesús le contestó: “Hoy mismo estarás conmigo en el paraíso”.

Su amor es tan grande que aun si en el último momento de tu vida tú oras a él y le pides que te perdone y salve tu vida, él lo hará. 

Juan 3:16  “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna "


Endeñanza 3  La vida eterna. 

Jesús tiene promesas de vida eterna

Juan 14: 2-3  “En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis”

Pocos versículos de la biblia describen la vida eterna, pero estos pocos están llenos de promesas." Voy pues, a preparar, lugar para vosotros", y " vendré otra vez". 


Por estas promesas podemos aguardar con expectativa la vida eterna. Jesús ha prometido la vida eterna a todo aquel que cree en él. 

¿Hay vida después de la muerte?. Jesús y no la ciencia afirma que sí. 

La vida no acaba con nuestros años en este mundo.

 Jesús dijo en Juan 6: 47: “De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna.". 



Endeñanza 4    Jesus es el Camino 

Todos los caminos llegan a Roma dice un dicho. Eso era verdad. Pero si nos preguntamos ¿Por cuál camino llegamos al cielo?

Juan 14:4-6 Nos responde que solo hay un camino, no dos, ni tres. Hay muchas religiones en el mundo, miles, tal vez millones, y todas nos hablan de Dios. Sí, pero no significan que sean el camino.

Jesús dijo: “Yo soy el Camino, la verdad y la vida, nadie viene al Padre sino por mí”

Jesús es el único camino. No hay dos, o más, solo uno.  Pablo enseñó: “Solo hay un Dios y Padre de todos y solo hay un solo señor Jesucristo” 

Hechos 4.12 “Porque no hay otro nombre a los hombres bajo el cielo en que podemos ser salvos”

El día que yo acepté a Cristo u mi vida dio un giro de 180 grados fue el día que escuché la Palabra de Hechos 16:31: “Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo tú y tu casa”


Enseñanza 5  ¿Cómo podemos conocer a Dios?

¿Es acaso a través de la naturaleza? Sí. ¿A través de su creación el hombre? Sí, pero nada más inconfundible que conocerlo a través de Cristo mismo. Jesús dijo:

Juan 14.8-9 “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre”.

El que puede conocerme a mí, puede conocer a Dios. 

¿Porque? Porque Jesús es la imagen visible más clara, es la imagen tangible del Dios Viviente, del Creador del Cosmos.

Es lo que enseñó Pablo el apóstol también en Colosenses 1:15:


Enseñanza 6   Tus deseos, tus peticiones deben ser conocidas por Dios

Juan 14:13 dice Jesús que " Todo lo que pidieres al Padre en mi nombre, lo haré".

El hombre no debe andar afanoso, o cargado, debe dar a conocer a Dios sus deseos, sus peticiones y esto a través de la oración. Esto es muy importante. Las leyes que hizo Dios en el Universo son reales. Lo que desees según la voluntad de Dios te será concedido, si tú oras a Él. 

Romanos 10.17 dice: “Todo aquel que invocarse el nombre del Señor será salvo”

Invoca por tu salvación, por liberación, por refugio. Dios es refugio para el pobre, para el desamparado, para la viuda, él es Padre del huérfano. No le temas pedir a él. “Clama a mí y yo te responderé”, dice su promesa.

Toda petición al Dios Creador debe ser hecha solo en el nombre de Jesús. No en nombre de otros intermediarios.

Pablo enseña que no hay otro mediador entre Dios y los hombres, sino solo Jesucristo hombre. 

Romanos 10.9-10 dice: “Si confesares con tu boca que Jesús es el Señor y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos serás salvo…"


Enseñanza 7  Jesús habló de un Consolador que nos guiará a toda verdad. 

Juan 14:16 “Yo rogare al Padre y os dará otro Consolador... el espíritu de verdad"

El mundo trata de oír a Dios en su interior, o en su conciencia, pero esa voz que nos guía a toda verdad viene no de nosotros mismos sino del Espíritu Santo, que es la tercera persona de la Trinidad. 

No entremos en misticismos, hay un Espíritu Santo real que vive en nosotros los creyentes y que nos da de su poder para vencer el temor. Y podemos estar en comunión con él. Jesús dijo que el Espíritu Santo  nos redarguye de pecado, Juan 16:8

Pablo dijo que “Todos somos pecadores, no hay un solo justo en la tierra”, Romanos 3.23

“Por cuánto todos pecaron, todos son destituidos de la gloria de Dios”,  “Mas somos justificados gratuitamente mediante la redención que es en Cristo Jesús”.

Si tú reconoces tu pecado, él te perdona, limpia y redime. Nuestra alma es redimida no por cosas corruptibles como oro o plata sino con la preciosa sangre de Cristo.  Si tú puedes aceptar a Cristo esta noche, salvo serás. 


Enseñanza 8 Solo en el encontramos una vida de propósito. 

Jesús dijo Juan 15.5 “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos... El que permanece en mí y yo en el este lleva muchos frutos.. Porque separados de mi nada podéis hacer”

Nuestra vida tiene un propósito en la tierra. Precisamente por eso es que escoger una vida de violencia, de delincuencia, drogas, alcohol o lo que sea no lleva a ningún lado. Solo unido a Cristo podemos dar frutos, es decir, nuestra misión verdadera para la que hemos nacido tendrá significado.

Solo Jesús es la respuesta. El solo nos satisface. 

Juan 1:12 dice: “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, Dios les dio la potestad de ser hechos sus hijos”.


Enseñanza 9 Jesús vino para darnos paz

Juan 16:33 “Estas cosas he hablado para que en mi tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción, pero confiad, yo he vencido al mundo”.

Jesús venció el temor, temor a la enfermedad, a las circunstancias negativas,. Él ha vencido al mundo. Si podemos agarrarnos por fe de sus promesas estaremos confiados, habrá paz en medio de esta pandemia. Y venceremos por la fe en él. 


Enseñanza 10 Jesús dio su vida voluntariamente por mi 

Lucas 22:42 Jesús oró en el huerto: “Padre no se haga ni voluntad sino la tuya”

Es lo que enseña el Nuevo Testamento que el justo murió por los injustos para llevarnos a Dios. ¿Quien osara morir por un malo, pecador?, tal vez alguno por uno bueno, pero solo Cristo lo hizo por los pecadores como nosotros.

Porque nos amó hasta el final. Su vida la dio por nosotros voluntariamente.

Así como el entregó su vida por ti, puedes tu hacer lo mismo. Dios ha estado hablando a tu corazón diciéndote que le entregues tu vida, tu corazón, tu alma. El quiere darte una vida nueva, él quiere venir y ser tu Señor. 

Puedes conseguirlo a través de esta oración 

"Padre, en el nombre de Jesús, yo reconozco que soy pecador, y que tú has venido a este mundo para dar tu vida por mí y salvarme. Hoy te acepto como mi Señor y Salvador"


Jorge Arévalo

domingo, 5 de abril de 2020

PENSAMIENTOS DE GRANDEZA


Las Escrituras de la Biblia registran grandes confesiones de hombres de fe que se rehusaron a mirar con los ojos naturales las imposibilidades de una victoria pero que al fin y al cabo lo alcanzaron, sí, ellos experimentaron los milagros que esperaban,  alcanzaron los éxitos que creyeron, y esto debido a que no se dejaron amilanar ante situaciones adversas, sino que creyeron en su triunfo.

Hombres que no dieron lugar en su mente a pensamientos de derrota, pensaban en grande, lo creían y lo confesaban así.  No tenían duda en sus corazones, no tenían temor, fueron audaces en su fe y resultaron ser más que vencedores y dejaron un legado para las generaciones.  

Esta clase de tiempo que vivimos es ocasión de levantarnos con el mismo espíritu de fe, es ahora el tiempo para fluir en los mismos pensamientos de grandeza de estos hombres de fe de la Biblia, hombres fieles a Dios que fueron llenados de las maravillas de su gracia y favor que operó en sus vidas, aunque muchos no calificaban, pero nada impidió que lo lograran y que se convirtieran en grandes leyendas. 

Tal es el caso de David que peleó con el gigante Goliat, más gigante fueron sus pensamientos que la fuerza y el tamaño de su adversario, literalmente estas fueron sus palabras:

“Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado. Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel. Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza; porque de Jehová es la batalla, y él os entregará en nuestras manos”, 1 Samuel 17: 45- 47

Si como iglesia actuáramos en este mismo espíritu de fe de David,  en este mismo pensamiento de victoria, podemos decir al coronavirus que ha venido a nosotros no para derrotarnos, sino sólo para provocarnos. Este virus maligno sólo está logrando provocar a los escuadrones del Dios Viviente en todo el mundo y será vencido por el poder de nuestra fe y en el nombre de Jesucristo.

No le tememos, ni a sus consecuencias económicas, políticas o sociales. Somos más que vencedores en Cristo. Nuestra provisión está asegurada, nuestra prosperidad está garantizada por las grandes promesas de nuestro Dios.

Nuestro año  2020 no terminará en desgracia, al contrario terminará siendo un año de ver la buena voluntad de Dios realizada sobre nuestra vida y sobre nuestra casa.


Josué y Caleb también son ejemplos de mantenerse firme en una mentalidad de grandeza.

Ellos no se intimidaron ante las noticias alarmantes y negativos de sus compañeros espías que al ver a los gigantes de la tierra prometida dijeron: “No podremos con ellos, nos comerán como a pan, somos pequeños, como langostas”. Josué y Caleb en cambio dijeron:

“No seáis rebeldes contra Jehová, ni temáis al pueblo de esta tierra; porque nosotros los comeremos como pan; su amparo se ha apartado de ellos, y con nosotros está Jehová; no los temáis”, Números 14:9

Pensamientos de grandeza como la de estos hombres, es lo que necesitamos desarrollar en tiempos difíciles. Dejemos que nuestra mente se adapte a la forma de pensar de aquellos que  conquistan, no de los que se debilitan o desesperan en medio de las batallas, sino de los que crecen, de los que se fortalecen en fe, de los que aumentan sus fuerzas como las del búfalo y avanzan contra todo, victoriosos en las arenas del campo de batalla.

Mis bendiciones a tí


Jorge Arévalo

ALINEA TU CONFESIÒN A LA PALABRA DE DIOS

  Descubrí claramente el poder de la palabra cuando el texto bíblico de Hebreos 4: 12 llamó mi atención acerca de sus efectos. Literalmente ...