“B ienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad” (Mateo 5: 5) La mansedumbre según muestra Jesús es la tercera vía para alcanzar la felicidad. En la promesa de la mansedumbre están implícitas todas las bendiciones de Dios para la vida. El total de las bendiciones aquí en la tierra son alcanzadas por aquellos que han trabajado en el desarrollo de su carácter. La mansedumbre es un fruto del espíritu. Lo más glorioso que se pueda destacar en un ser humano es cuando ha adquirido el poder de controlarse así mismo. El proverbio dice: “Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte; y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad” (Proverbios 16: 32). Moisés, el gran libertador de Israel siendo aún joven y perteneciente a la nobleza faraónica no pasó la prueba del carácter. Un día vio a un egipcio maltratar a un hermano israelita y explotó en ira acabando con él. Esto le costó la huida al desierto y cua