Las potencias europeas y Estados Unidos en particular le deben su desarrollo en parte a la reforma del protestantismo del siglo XVI, especialmente al calvinismo. Había una clara diferencia entre la enseñanza económica de la iglesia católica que agrupaba gente más para los trabajos del campo y cosecha, mientras que los calvinistas enfatizaban el comercio, el intercambio y la ciencia. El economista y filósofo alemán del siglo XIX Max Weber en la tesis de su libro “La ética protestante y el espíritu del capitalismo” afirma que el elevado nivel de vida experimentada en el viejo continente y América del Norte era porque el discipulado bíblico del calvinismo protestante contenía temas como: · Acumulación de capital · Esfuerzo · Inversión · Ahorro · Prosperidad · Maximización de ganancias Mientras que los católicos ponían énfasis en la pobreza como medio de aprobación ante Dios mal interpretando el pasaje bíblico del jove