Las potencias europeas y
Estados Unidos en particular le deben su desarrollo en parte a la reforma del
protestantismo del siglo XVI, especialmente al calvinismo. Había una clara
diferencia entre la enseñanza económica de la iglesia católica que agrupaba
gente más para los trabajos del campo y cosecha, mientras que los calvinistas enfatizaban
el comercio, el intercambio y la ciencia.
El economista y filósofo alemán del siglo XIX Max Weber en la tesis de su libro “La ética protestante y el espíritu del capitalismo” afirma que el elevado nivel de vida experimentada en el viejo continente y América del Norte era porque el discipulado bíblico del calvinismo protestante contenía temas como:
El economista y filósofo alemán del siglo XIX Max Weber en la tesis de su libro “La ética protestante y el espíritu del capitalismo” afirma que el elevado nivel de vida experimentada en el viejo continente y América del Norte era porque el discipulado bíblico del calvinismo protestante contenía temas como:
·
Acumulación de capital
·
Esfuerzo
·
Inversión
·
Ahorro
·
Prosperidad
·
Maximización de
ganancias
Mientras que los católicos
ponían énfasis en la pobreza como medio de aprobación ante Dios mal
interpretando el pasaje bíblico del joven rico y la enseñanza de Jesús acerca
del peligro de las riquezas. Durante toda la edad media el catolicismo había
considerado la riqueza como un pecado y la prosperidad como algo negativo.
Aquí el pasaje de Marcos 10:
17-23:
El Joven Rico
“Cuando
Jesús salía para irse, vino un hombre corriendo, y arrodillándose delante de Él,
Le preguntó: “Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?” Jesús le
respondió: “¿Por qué Me llamas bueno? Nadie es bueno, sino sólo uno, Dios. Tú
sabes los mandamientos: ‘No mates, no cometas adulterio, no hurtes, no des
falso testimonio, no defraudes, honra a tu padre y a tu madre.’”
“Maestro,
todo esto lo he guardado desde mi juventud,” dijo el hombre. Jesús,
mirándolo, lo amó y le dijo: “Una cosa te falta: ve y vende cuanto tienes y da
a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; entonces vienes y me sigues.” Pero
él, afligido por estas palabras, se fue triste, porque era dueño de muchos
bienes”
Peligro de las Riquezas
“Jesús,
mirando en derredor, dijo a Sus discípulos: “¡Qué difícil será para los que
tienen riquezas entrar en el reino de Dios!” Los discípulos se asombraron de
Sus palabras. Pero Jesús respondiendo de nuevo, les dijo: “Hijos, ¡qué difícil
es entrar en el reino de Dios! Es más fácil para un camello pasar por el ojo de
una aguja, que para un rico entrar en el reino de Dios.”
En otro capítulo veremos con
más detalle la interpretación de este pasaje.
Los calvinistas tenían una exégesis
diferente del texto y consideraban que las riquezas eran una señal de que todo
iba bien con Dios. Las bendiciones fluían hacia los que ponían en práctica los
principios del reino.
Pero el problema bíblico no es
el dinero, sino el “amor al dinero”. Y en esto pueden pecar no sólo los ricos
sino también los pobres, sino cómo se explica que algunos sin trabajo y sin negocios
alcanzan la prosperidad económica. ¿Acaso no lo consiguen por medios ilícitos como las drogas,
extorsiones, delincuencia, corrupción política, u otros medios?
El texto es de1 Timoteo 6: 10
“porque raíz de todos los
males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la
fe, y fueron traspasados de muchos dolores”
Entonces el
problema no es el dinero, sino como lo podemos ver claramente, es el amor al
dinero, la raíz de todos los males, el cual dice: “codiciando algunos…”
Weber afirma que
los calvinistas veían con desagrado la ostentación del lujo que era común en
los palacios aristocráticos y en el papado de la iglesia. Lo ostentación de
lujo, los placeres carnales y el ocio era pecado de inmoralidad y ciertamente hasta
vulgar, por lo tanto, no se consentía en
los calvinistas, sin embargo, la austeridad y una vida sin hedonismo era bien
vista.
El calvinista
debía ser rico, pero temeroso de Dios, próspero pero a través de las ganancias
honestas y justas que eran producto de su ética del trabajo. Tenían la visión de
dejar herencia a los hijos y los hijos de los hijos como dice Proverbios
13: 22:
“El bueno
dejará herederos a los hijos de sus hijos;
Pero la riqueza del pecador está guardada para el justo”
Pero la riqueza del pecador está guardada para el justo”
Pero el justo
trabajador, no ocioso.
“¿Has visto
hombre solícito en su trabajo? Delante de los reyes estará;
No estará delante de los de baja condición”
No estará delante de los de baja condición”
El
capitalismo que empezaba a surgir con fuerza nos afirma Weber no sólo requirió de la invención de la máquina a vapor sino de capitales
acumulados para comprar propiedades, maquinaria, materia prima, contratar
empleados, etc. Y esto lo hacían en su mayoría los protestantes.
Finalmente, Voltaire, el filósofo
francés llegó a mirar con simpatía a los
calvinistas que se instalaban en sus tierras, a pesar de ser enemigo de la religión,
porque por sobre todo amaba ver una Francia próspero.
Los evangélicos en general en
el Perú y en la América Latina necesitamos recuperar y practicar esta ética del
calvinismo primitivo respecto de la prosperidad, donde estaba inserto el trabajo,
esfuerzo, ahorro, inversión y ganancias maximizadas, completando de esta manera
la repetida y única fórmula de los apóstoles de este siglo diezmo +ofrendas + primicias = prosperidad.
Continuará...
Jorge Arévalo
ETICA DE PROSPERIDAD CALVINISTA
Nueva Serie: “Principios de
Prosperidad”
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