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Mostrando entradas de abril 12, 2020

EL VIVE

El texto de Romanos 10: 9-10 declara:  “ Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación” Para ser salvo se requiere dar dos pasos: Primero, confesar a Jesús como el Señor de tu vida y Segundo creer en el corazón que Dios le levantó de los muertos, es decir, que Cristo ha resucitado, que está vivo. En 1 Corintios 15: 3-8, al apóstol Pablo da a conocer lo que son las buenas nuevas del evangelio:   “Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; y que apareció a Cefas, y después a los doce. Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen. Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstol

MÁS QUE UN MAESTRO

Texto: Juan 19:38-39 “Después de todo esto, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, pero secretamente por miedo de los judíos, rogó a Pilato que le permitiese llevarse el cuerpo de Jesús; y Pilato se lo concedió. Entonces vino, y se llevó el cuerpo de Jesús. También Nicodemo, el que antes había visitado a Jesús de noche, vino trayendo un compuesto de mirra y de áloes, como cien libras” Unas horas luego de la crucifixión y muerte de Jesús, el texto afirma que José de Arimatea que era un discípulo de Jesús, un discípulo secreto pero que al fin estaba dando la cara ante la ausencia de sus futuros apóstoles, fue a solicitar a Pilato que le permitiese llevar el cuerpo de Jesús para ser sepultado a lo que el gobernador aceptó no sin antes asegurarse que efectivamente Jesús estaba muerto. Pero el texto dice que José de Arimatea no estaba sólo también estaba con él Nicodemo, uno de los principales fariseos, que era otro de los discípulos secretos de Jesús,   que hacía un ti