sábado, 28 de marzo de 2020

MI LISTA DE LOS NUNCA MÁS


En estos tiempos de cuarentena y de mucho cuidado de no recibir contagio alguno del coronavirus así como el creer a Dios por sus milagros financieros para que no nos falte nada en casa y su amparo sobre nuestros proyectos 2020 saco a luz nuevamente una lista de confesiones de la Palabra de Dios al cual lo denomino “Mi lista de nunca más”.

Nunca más confesaré temor o miedo, porque “Dios no me ha dado espíritu de temor, sino de amor, poder y dominio propio”, 2 Timoteo 1:7.

Nunca más confesaré soledad, porque Jesús dijo: “He aquí yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”, Mateo 28:20.

Nunca más confesaré dudas, porque su Palabra me asegura que: “Cualquiera que dijere a este monte, quítate y échate en el mar y no dudare en su corazón, lo que diga le será hecho”, Marcos 11.23.

Nunca más confesaré pobreza, porque en Cristo Jesús “soy prosperado en todas las cosas, así como en mi salud y como prospera mi alma”, 3 Juan 2

Nunca más confesaré que no tengo futuro, porque los planes que Dios tiene para mí “son planes de paz y no de mal para darme un futuro lleno de bienestar”, Jeremías 29:11

Nunca más confesaré que estoy solo y desprotegido, porque “el Ángel del Señor acampa a mi alrededor y me defiende”, Salmos 34:7

Nunca más confesaré odio, rencor, porque “el amor de Dios ha sido derramado en mi corazón por el Espíritu Santo que me ha sido dado”,  Romanos 5:5

Nunca más confesaré no puedo, porque “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”, Filipenses 4:13.

Nunca más confesaré necesidad, porque “Mi Dios suplirá todo lo que me falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús”, Filipenses 4:19.

Nunca más confesaré debilidad, porque “Jehová es la fortaleza de mi vida”, Salmos 27.1.

Nunca más confesaré maldición, «porque en Cristo estoy redimido de toda maldición de la ley al hacerse él maldición por mí», “Todas las bendiciones de Abraham me alcanzan en Cristo Jesús”, Gálatas 3:13,14


Nunca más confesaré preocupaciones del mañana, porque «echo sobre él toda ansiedad”, Salmos 55:22

Nunca más confesaré derrota, “Porque soy más que vencedor por medio de Jesucristo», Romanos 8:37

Nunca más confesaré enfermedad porque Jesús «llevó todas mis enfermedades y dolencias y por sus heridas sano soy», Isaías 53:5; 1 Pedro. 2:24


Jorge Arévalo

miércoles, 25 de marzo de 2020

DIGNO DE ADORAR


"Adórenme, pues yo soy su Dios. Yo los bendeciré con abundantes alimentos. Nunca dejaré que se enfermen, ni que mueran siendo jóvenes. Todas las mujeres de Israel podrán tener hijos, y todos sus hijos nacerán bien” (Éxodo 23:25-26).

Estas promesas fueron dadas al pueblo de Israel cuando fueron liberados de la esclavitud de Egipto. En Éxodo capítulo 8 versículo 1 vemos que Moisés llega a Faraón con el mensaje: “Deja ir a mi pueblo para que me adoren”. El Faraón resistió esta orden que venía de parte de Dios y sufrió las consecuencias de las plagas que ya conocemos.

La adoración es algo muy importante para Dios. El promete bendiciones especiales para aquellos que le adoran en espíritu y en verdad, son bendiciones financieras, de salud, de una larga vida y hijos sanos. 

Bendiciones financieras:
“Yo los bendeciré con abundantes alimentos”
En el tiempo de la crisis cuando falta para los alimentos es cuando más valoramos esta clase de promesas. Las promesas de provisión económica son para terminar con los días de las vacas flacas. 

Si eres un adorador debes creer que tu tiempo de crisis económica se está acabando, está viniendo sobre ti un incremento en tus finanzas, podrás ahorrar e invertir para tus propósitos de riqueza.

Bendiciones en tu salud.
“Nunca dejaré que se enfermen”
Esta promesa de salud divina es muy importante sobre todo en este tiempo de pandemia generalizada pues de nada sirve que tengas el dinero provisto si es que te falla la salud. Cuando Dios te bendice lo hace en forma completa. 

Toma esta palabra de Isaías 53: 5 que dice: “Por sus llagas fuisteis curados”. 

No hay mayor seguridad que reclamar tu sanidad por las heridas de Cristo, él dio su vida en la cruz para llevarse todas nuestras enfermedades y dolencias.

Confiesa que andas en sanidad y que Dios cumplirá todo su propósito en ti.

Los sueños de tu corazón se harán realidad porque todo lo que te ha sido prometido en la Palabra se cumplirá. 

Bendiciones de una vida larga
“ni que mueran siendo jóvenes”
Dios habló a su siervo Abraham que le concedería una vida larga: 

“Y tú vendrás a tu padres en paz, y serás sepultado en buena vejez” (Génesis 15:15).
El apóstol Pablo también dijo en Gálatas 3: 13- 14, que Cristo recibió la maldición de nuestros pecados para que la bendición que Dios le dio a Abraham (de una vida larga), alcance a los gentiles.
Amado, levanta el ánimo, porque largo camino aún te resta. Reevalúa tu proyecto de vida y confía. 


Bendiciones de hijos sanos
“Todas las mujeres de Israel podrán tener hijos, y todos sus hijos nacerán bien”
Esta bendición es para nuestros hijos. Dios promete que nacerán sanos y vivirán sanos. Ellos son benditos por su gracia y continuarán con nuestro legado de ser igualmente bendición a las familias de la tierra. Son valientes y conquistadores.  

En conclusión, no dejes de adorar a Dios, por que en hacerlo está tu exaltación y victoria en esta vida. 


Jorge Arévalo

lunes, 23 de marzo de 2020

OCHO PODEROSAS CREENCIAS CRISTIANAS PARA HACER FRENTE A LA PANDEMIA


Existen creencias que producen temor y debilitan el sistema inmunológico así como las hay de aquellas que de por si lo fortalecen ante cualquier ataque de virus. 

Cuando tienes una buena creencia tu corazón entra en paz, el temor y la ansiedad se disipan. Entras en un estado de luz que te libera de las cadenas de oscuridad  que turban el alma. 

Ahora  ¿cuáles son estas buenas creencias?

Como creyente en Cristo,  tengo respuestas bíblicas para alcanzar la victoria sobre el temor. Estas respuestas tienen el poder de lograr que una vida angustiada entre en el reposo y la tranquilidad del espíritu y tiene como fin fortalecer las defensas del cuerpo. Veamos:

 
1. Creencia en que la salud física es la voluntad de Dios para todos.


“Amado yo deseo que seas prosperado en todas las cosas y que tengas salud, así como prospera tu alma”, (3 Juan 2)

Esta creencia permite a uno agradecer a Dios cada día por la salud, las fuerzas, la vida misma y nos permite visualizarnos como hombres y mujeres sanos.

La confesión positiva de esta verdad es la siguiente:

“He sido curado por las heridas de su cuerpo,  en la cruz Jesús llevó mis enfermedades y sufrió mis dolores y por sus llagas estoy sano”.

La base escritural de esta verdad bíblica es 1 Pedro 2: 24 e Isaías 53: 5. 

Una creencia correcta respecto a la sanidad divina tiene el poder de inmunizarnos contra la enfermedad.

Este pensamiento se hace más fácil de asimilar cuando tenemos  una relación personal con Jesús y cuando llegamos a amarlo aún sin haberlo visto. 

Su perfecto amor en nosotros echa fuera todo temor.


2. La creencia en que nuestra confianza en Dios no será defraudada.

Pedro dijo en su carta: 
“Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros” (1 Pedro 5: 7)


Esto significa que venimos a Dios en oración y le entregamos toda carga que nos agobia y descansamos en la fe de su promesa. Él lo hará. 


3. La creencia en su Soberanía e Omnipotencia


Es la creencia que Dios está en control y que nada escapa a sus manos. Él cumplirá su propósito en nuestras vidas.

Nuestra declaración es: “Somos inmunes e inmortales hasta que Dios haya cumplido todo su propósito en mí”.


4. La creencia en la vida eterna


Esta creencia permite enfrentar al temor con valentía  y en especial el temor a la muerte, conociendo que éste ha sido conquistado por Cristo y que nosotros tenemos vida eterna en El. 

Jesús dijo: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto? , (Juan 11: 25-26)

5. La creencia en que Dios no nos ha dado espíritu de temor sino de poder, de amor y de dominio propio,  2 Timoteo 1:7

6. La creencia en que como discípulos de Cristo hemos recibido toda autoridad espiritual para hollar serpientes y escorpiones y sobre toda fuerza del enemigo, Lucas 10:19
Esta autoridad delegada reside en Su Poderoso Nombre y como sus embajadores aquí en la tierra tenemos el permiso para usarlo. Pedro y Juan hicieron caminar a un cojo en el nombre de Jesús. 

“Pedro, con Juan, fijando en él los ojos, le dijo: Míranos. Entonces él les estuvo atento, esperando recibir de ellos algo. Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda. Y tomándole por la mano derecha le levantó; y al momento se le afirmaron los pies y tobillos; y saltando, se puso en pie y anduvo; y entró con ellos en el templo, andando, y saltando, y alabando a Dios. Y todo el pueblo le vio andar y alabar a Dios”, Hechos 3: 4-9


7. La creencia en su Presencia fiel
Isaias 41:10  dice: “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia”. 

Mateo 28: 20b : “y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”

8. La creencia en Su misericordia 
Esta creencia te permite entregarte a él con una confianza absoluta en que si todo a tu alrededor falla su misericordia no lo hará. 
Por su misericordia no somos consumido, por cuanto él es un Dios que se compadece del débil, de los que somos polvo y ceniza y perdona y nos encamina hacia nuevas oportunidades, Salmos 103. 

Otros elementos útiles para la victoria: 
·         El poder de la oración y la meditación diaria 
·         El ejercicio respiratorio consciente para controlar de manera física la ansiedad. 
·         Pensamientos positivos que proyecten a un futuro lleno de esperanza, Filipenses 4: 8
·         Las confesiones de poder, Proverbios 18: 21

Si racionalizamos estas creencias nuestra mente estará protegida y venceremos todo temor. Nuestro corazón estará guardado por su paz. 

Jorge Arévalo

domingo, 22 de marzo de 2020

LA FE EN TIEMPOS DEL CORONAVIRUS


Esta situación de la pandemia saca a luz el temor, el miedo a que las cosas que estamos viviendo avancen de mal en peor en todo el país.

El temor es algo con el tenemos que lidiar siempre, temor al desamparo, la soledad, la falta de dinero, la enfermedad, el apocalipsis y otros más.

No hay mejor recomendación que pueda darte en estos momentos que buscar tu tranquilidad por sobre todas las cosas. Buscar la paz del espíritu y conseguir serenar tu mente  para poder ver de una manera clara cuáles son tus posibilidades reales de salir victorioso de esta crisis.

La fe puede ayudar mucho en este propósito.


No está mal oír las noticias que casi en su totalidad resaltan sólo las consecuencias graves del coronavirus y no los avances en las investigaciones para la cura, por algo será.

Pero ante toda esta sequia de informes positivos y tranquilizadores debemos aprender a ver las pequeñas nubes de victoria, aunque al comienzo sean del tamaño de la palma de una mano y confiar en que se vienen las soluciones.

Esta es la hora en que necesitamos fortalecer la fe

Fe en nuestra victoria de toda adversidad, fe en la genialidad del hombre para encontrar soluciones rápidas a cualquier limitación.

No olvidemos que estamos en otros tiempos, tiempos de mayor conocimiento, tecnología y ciencia.

Fe en nuestra salud y prosperidad.


Según el Salmos 8 de la Biblia, Dios ha puesto toda su creación y leyes a disposición de los hombres para usarlas en nuestro beneficio. De acuerdo a Su Palabra el Todopoderoso ha puesto todo bajo nuestros pies. Podemos andar en control.

El hombre es como un rey, como un conquistador en su espíritu, por lo tanto, no debe alarmarse ante las malas noticias, no necesita desesperarse bajo ninguna situación, peor aún, no necesita robar o matar para su supervivencia. Solo necesita hacer uso de su fe y su genialidad.

El conocimiento de la verdad nos señala un mundo de posibilidades donde el fracaso no existe, la impotencia no cuenta, y las limitaciones vienen a ser solo ilusiones. Jesús de Nazaret lo enseñó de esta manera:  Todas las cosas son posibles para el que cree”.

El hombre es vulnerable sí, pero valiente también, inteligente y sobre todo creativo para salir de las dificultades,  la razón es porque está hecho a la imagen del Creador.

Esto nos diferencia de los animales.

El uso racional que podemos darle a nuestra mente en el entendimiento de cómo funcionan las cosas en la creación nos puede llevar a ver y entrar a un mundo de nuevas posibilidades.

Bajo cualquier escenario de crisis la oración y meditación en la Palabra del Señor es la mejor respuesta y tal vez por poco que pueda parecer, la fe en ti mismo.

En estas circunstancias debemos de reír,  gozar y procurar disfrutar. Hay quienes recomiendan que a estas alturas no debemos hacerlo o debemos reír menos, pero al contrario de todo, los expertos en el estudio del alma y la Biblia misma afirman  que “El corazón alegre constituye buen remedio”, de modo pues, que hay que alegrarse más.


De esta manera estás protegiéndote a ti mismo, dando ánimo a tu familia y fortaleciendo tu sistema inmunológico.

Sácale provecho a la cuarentena fortaleciendo los lazos familiares y aprendiendo cosas nuevas. Tenemos disponibles libros, internet, y la propia televisión para aumentar nuestros conocimientos.


Dejemos que el gobierno haga su parte, para bien o mal de nosotros mismos, aún no se sabe. Pero nuestra vida y el modo en que queremos vivirla no debe depender nunca de agentes externos. Tú y yo somos dueños de nuestro destino y confiemos en Dios que su amor es eterno y su fidelidad es hasta los  cielos. 


Jorge Arévalo

ALINEA TU CONFESIÒN A LA PALABRA DE DIOS

  Descubrí claramente el poder de la palabra cuando el texto bíblico de Hebreos 4: 12 llamó mi atención acerca de sus efectos. Literalmente ...