martes, 21 de mayo de 2019

PERCY TORREJÓN, UN JOVEN CON VISIÓN


Con Percy Torrejón de Philadelfia Estados Unidos, nos conocimos por la década de los 90 cuando éramos líderes de nuestros grupos cristianos juveniles en Iquitos Perú, En ese entonces, éramos muy jóvenes pero a la vez apasionados por alcanzar nuestras metas de traer más jóvenes al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo y librarlos de los vicios de las drogas, pandillaje y cualquier otro flagelo que azota a los jóvenes en la actualidad.

Conscientes que la meta de impactar la juventud de la ciudad nos quedaba grande unimos nuestros esfuerzos de confraternizar nuestros grupos en ayunos y vigilias con el propósito de fortalecer el espíritu y la visión del trabajo y desarrollar estrategias efectivas que nos llevarían al cumplimiento de nuestros objetivos.

Fueron tiempos especiales del mover de Dios por la unidad de los jóvenes, nos conocíamos, nos hicimos amigos y aún desarrollábamos programas deportivos y concurso de talentos donde íbamos descubriendo y levantando más líderes.

Conformamos el Comité de líderes y pastores juveniles de la Amazonía Peruana y nuestro registro indicaba que éramos algo de 40 sociedades de jóvenes en el Comité que principalmente Percy  y yo representábamos ante el Comité de los Pastores.

Percy tenía unas características personales que gustaban e inspiraban a muchos:

Dotes de líder
Lideraba con pasión el grupo de jóvenes de su iglesia. Sus jóvenes le seguían a todos los programas que convocaba la Fraternidad y participaban con agrado.

Visión de trabajo
Una característica especial necesaria de los grandes líderes.

Entusiasmo
Visión no es suficiente si éste no va acompañado del entusiasmo que es la chispa que enciende el motor de cualquier máquina.

Espíritu de unidad
Para esfuerzos grandes tenemos que considerar hacer sinergia y potenciar nuestros logros

Desarrollador de otros líderes
Tenía ese tacto de reconocer liderazgo en otros y concederles espacios para que se desarrollen. No había celos en él.

Con agrado vuelvo a encontrarme con Percy en Filadelfia, Pensilvania, luego de casi tres décadas, en mi gira anual de conferencias por Norteamérica y me regocijo verle aún con el ímpetu juvenil para liderar la obra del ministerio.
Tengo unos días compartiendo enseñanzas con los miembros de su comunidad cristiana que también lleva el nombre de Filadelfia, (Filadelfia significa “amor fraternal”).

William Penn fue el inglés que hace dos siglos soñó con el experimento Filadelfia, que consistía en reunir en estas tierras a los que eran perseguidos por su fe en el continente de Europa.  La idea era hacer de esta tierra un refugio de tolerancia religiosa y sí que lo logró.
Pedí a Percy visitar en estos días algunos elementos símbolos de esta gloriosa libertad impregnada en su gente, sus leyes y cultura y observar por mí mismo sus resultados en todos los ámbitos.

Estoy contento que me haya recibido con agrado en su casa, es muy solícito en su atención, observo cada instante su espíritu de servicio y generosidad.  Tiene una madre que yo lo llamo mujer guerrera que es su principal intercesora espiritual.
Doy gracias a Dios por hombres como Percy, en especial cuando considero que como amazónico, originario de una tierra humilde, aislada en el país y con falta de oportunidades para su gente haya logrado sobreponerse y dar pasos de conquista en una tierra extranjera, poderosa y grande como es Estados Unidos.

Es un charapa que ha tenido que alzar vuelo para alcanzar otras alturas que es inusual en la mayoría de los jóvenes de la selva. Soy testigo que los padres de familia y los líderes de las iglesias lidian con el conformismo y pereza tanto intelectual como física que caracteriza a la gente.

Mi amigo Percy, es mi deseo que continúes conquistando y bendiciendo a las gentes de esta gran nación. Dios multiplique tus fuerzas. 
Jorge Arévalo

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