sábado, 23 de junio de 2018

LOS BENEFICIOS DE LEY DE LA GENEROSIDAD

«No te niegues a hacer el bien a quien es debido, cuando tuvieres poder para hacerlo. No digas a tu prójimo: Anda, y vuelve, y mañana te daré, cuando tienes contigo qué darle», Proverbios 3.27-28

Este proverbio nos habla de la ley de la generosidad. De ser generosos con el prójimo. De no negarnos hacer el bien a quién de veras lo necesita si tenemos el poder para hacerlo.

Alguien notó que en nuestro tiempo se exalta como valores supremos la comodidad, el éxito personal, la riqueza material y que la generosidad parece ser lo único que verdaderamente vale la pena en esta vida.

«Ante la posibilidad de salvar a alguien, lo demás no cuenta»,  (A. Frank)

«El alma generosa será prosperada; y el que saciare, él también será saciado», Proverbios 11:25


Definición de la generosidad.

Generosidad se refiere a la inclinación a dar y compartir por sobre el propio interés  o la utilidad.  La persona generosa piensa en repartir aquello que tiene con otros menos afortunados. Su conducta se basa en reconocer las necesidades del prójimo y tratar de satisfacerlas en la medida de sus posibilidades.

La generosidad toca a nuestras puertas especialmente en momentos en que una o más personas caen en desgracia o cuando suceden desastres naturales. Los esfuerzos de ayuda proporcionada voluntariamente serán bien valorados. La generosidad no sólo es dinero, puede también ser tiempo o trabajo. 

Al reflexionar sobre esta virtud, encontramos que la vida del ser humano está llena de oportunidades para servir y hacer un bien al prójimo. El vivir con la conciencia de entrega a los demás, nos ayuda a descubrir lo útiles que podemos ser en la vida de nuestros semejantes, alcanzando la verdadera alegría y la íntima satisfacción del deber cumplido con nuestro interior.

«Si podemos hacer a alguien más alegre y feliz, deberíamos hacerlo en cualquier caso», (H. Hesse)

«Pero el generoso pensará generosidades,  y por generosidades será exaltado», Isaías 32:8


Otras maneras de cultivar la generosidad

Abrace a alguien que lo necesita
Todos compartimos la experiencia de la vida, y sabemos que hay ratos en que no nos sentimos al 100 por ciento. Una sonrisa o un abrazo puede hacer toda la diferencia, y usted está en la posición de poder brindarle ese apoyo a alguien más.

«La generosidad humana es un reflejo del amor de Dios», Doménico Cieri

Haga una donación
Dinero, tiempo, trabajo o cosas materiales pueden ser donadas. Haga una búsqueda de qué y dónde se necesita, y dónelo con amor y desprendimiento.

«La generosidad es el único egoísmo legítimo», Anónimo


Perdone una deuda para siempre
Suelte resentimientos y pensamientos que lo aten a alguien con quien usted ya no quiere estar vinculado. Si hay una deuda que le amarga la vida, olvídela y libere las emociones que lo estancan.

«La venganza es un placer que sólo dura un momento. La generosidad es un sentimiento que alegra eternamente» (F. Rückert)


Beneficios del generoso

Será exaltado
«Pero el generoso pensará generosidades, y por generosidades será exaltado», Isaías 32:8

Será prosperado
«El alma generosa será prosperada; y el que saciare, él también será saciado», Proverbios 11:25

Tiene una cosecha generosa
«Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente;  y el que siembra generosamente, generosamente también segará», 2 Corintios 9:6

Atesora un buen fundamento para su porvenir
«A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos.  Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos  atesorando para sí buen fundamento para lo por venir…», 1 Timoteo 6:17-18

Del libro “Destinados al éxito”
Por Jorge Arévalo

viernes, 22 de junio de 2018

CÓMO GANAR MEDIANTE LA LEY DEL USO DE LOS TALENTOS

En el libro de Mateo 25: 14 al 29 Jesús enseña sobre la parábola de los talentos. Se trata de tres empleados a quiénes su amo les confió dinero antes de salir a un viaje.  A uno le dio cinco  mil monedas, a otro dos mil, y al tercero mil.

El primero y el segundo invirtieron el dinero  y lo multiplicaron, el tercero en cambio no hizo nada sino que guardó el dinero. A su regreso el amo les pidió cuentas a los tres. Al primero y al segundo que le rindieron ganancias el amo los alabó y les recompensó con más debido a que fueron proactivos. El problema fue con el tercero que no hizo nada con el dinero confiado, no hizo uso de sus talentos para ganar y multiplicar.  

De esta confrontación del amo con su tercer empleado quiero extraer cuatro principios que podrán ayudarnos a que el presente año sea el año de nuestro más grande crecimiento.


Invierte tu talento

«Por último, llegó el empleado que había recibido mil monedas, y dijo: “Señor, yo sabía que usted es un hombre muy exigente, que pide hasta lo imposible. Por eso me dio miedo, y escondí el dinero bajo tierra. Aquí le devuelvo exactamente sus mil monedas”. El hombre le respondió: “Eres un empleado malo y perezoso. Si sabías que soy muy exigente, ¿por qué no llevaste el dinero al banco? Así, al volver, yo recibiría el dinero que te di, más los intereses", Mateo 25:26.

Jesús está enseñando aquí  la importancia de invertir el talento. Los talentos se traducen como ideas, recursos, habilidades  o capacidades. Dios no nos trajo a este mundo para ser inútiles o improductivos sino al contrario, para ser más que productivos.  

Mi esposa y yo somos padres de tres hermosos hijos, y nos hemos dado  cuenta de sus habilidades y talentos desde que eran muy pequeños y tratamos de buscar la manera de apoyarles a cada uno de ellos en su desarrollo personal dirigiéndolos hacia el uso de sus talentos.  

Dios quiere que usemos los talentos que se nos confió para alcanzar nuestra prosperidad en todas las cosas.  No se debe esperar vivir todos nuestros años sólo en la dependencia. Se debe forjar nuestro destino en base al emprendimiento de nuestras mejores ideas. Por ejemplo, conozco a muchas personas mayores, que han trabajado todos sus años en algún sector del estado, han sacrificado todas sus ideas y energías para que hoy sólo reciban una miserable pensión. Debieron invertir sus ideas y sus pocos recursos también en hacer negocios personales. Su estándar de vida y la de sus hijos sería mejor en este tiempo.

Dios quiere que tengamos mentalidad de conquista. Él nos llama a ser cabeza y no cola, empleadores y no empleados. Gente con capacidad e iniciativa propia.

Deuteronomio 8:18 dice: «Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas…»   


Ponte metas muy altas

El empleado sabía que su amo era exigente y pedía hasta lo imposible. “Señor, yo sabía que usted es un hombre muy exigente, que pide hasta lo imposible», Mateo 25:24. 

La razón por la que Dios nos desafía con sueños grandes que parecen imposibles, es para sacar lo mejor de cada uno de nosotros. Dios nos creó con poder y excelencia. Por tal razón él exige y pide hasta lo imposible para que no nos conformemos con tan poco en la vida.  El presente año debe ser un año de caminar con metas importantes, metas altas que nos lleven a un nivel más alto.

En Marcos 9:23 Jesús dice: «Si puedes creer, al que cree todo le es posible»


Vence el miedo

El empleado le dijo a su amo: “Señor, yo sabía que usted es un hombre muy exigente, que pide hasta lo imposible. Por eso me dio miedo, y escondí el dinero bajo tierra. Aquí le devuelvo exactamente sus mil monedas”, Mateo 25.25.

El miedo puede paralizar cualquier inversión y por ende el desarrollo personal.  Todo hombre que desea prosperar debe arriesgar, no se puede menos que eso. Hay que dar el paso con valor y coraje. Dios está contigo y te respaldará.

Josué 1:9 declara: « Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.»


Renuncia a toda forma de pereza

«El hombre le respondió: “Eres un empleado malo y perezoso. Si sabías que soy muy exigente, ¿por qué no llevaste el dinero al banco? Así, al volver, yo recibiría el dinero que te di, más los intereses.”, Mateo 25:26

Hay pereza física pero también existe la pereza mental.  Muchos hombres en el mundo se han desarrollado tremendamente no debido a su fuerza física sino a su mente. Hicieron trabajar su mente y crearon su propia riqueza.

Cualquier forma de pereza no agrada a Dios. La Biblia enseña que cada noche debemos de pensar en lo que hemos hecho y evaluarnos (Salmos 4:4).  Yo creo que uno de las razones para ser más productivos y determinar no perder el tiempo en cosas que no contribuyen a nuestro desarrollo personal es librarnos de una mentalidad de pobreza. 

Proverbios 13:4 dice: «El alma del perezoso desea, y nada alcanza; Mas el alma de los diligentes será prosperada»

Del libro “Destinados al éxito”
Por Jorge Arévalo

jueves, 21 de junio de 2018

CÓMO OPERAR LA LEY DE LOS MILAGROS A NUESTRO FAVOR

Jesús dijo en Marcos 11:22-23 «…Tened fe en Dios. Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho».

Los milagros existen. Jesús enseñó de una ley de milagros que garantiza la realización de cosas imposibles. Estoy seguro que cada uno de nosotros que está siendo desafiado para cosas grandes en el presente año necesita de esta ley  para verlas acontecer en su vida.  

A continuación tres ingredientes para hacer operar la ley de los milagros:

Habla la palabra
 «Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte…»

La palabra hablada en cualquiera de sus formas positiva o negativa siempre tiene el poder de realizar lo que dice. Proverbios 12:18 revela que las palabras pueden curar como herir. “Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada, pero la lengua de los sabios es medicina”.

Es la razón por la que debemos pensar cuidadosamente en cómo usar las palabras.  Jesús la empleó para sanar enfermos, liberar endemoniados, limpiar leprosos, dar vista a los ciegos, hacer oír al sordo, multiplicar los panes, calmar los vientos y tempestad así como resucitar a los muertos.

El centurión romano cuando mandó llamar a Jesús para sanar a su criado, dijo: «Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra, y mi criado sanará», Mateo 8:8.  Este centurión reconocía la autoridad del Señor sobre toda enfermedad y dolencia, reconocía que por su palabra su criado moribundo podía sanar aun estando a una distancia de kilómetros.

Este mismo poder en las palabras las tenemos en nuestra lengua, Jesús nos dio autoridad para hablar a toda montaña de dificultad y ordenarle que se vaya de nuestro camino y lo hará.

En Marcos 16: 17-18 Jesús dijo: «Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios… sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán». Para echar los demonios y sanar a los enfermos en Su Nombre se necesita hablar la palabra. El milagro está en la boca. La palabra hablada con fe es el primer ingrediente de la ley de los milagros.


No dudes en tu corazón
“Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón…»

Un segundo ingrediente para la operación de la ley de los milagros es no dudar en el corazón. El apóstol Santiago dice: ...el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor», Santiago 1:6-7.

La duda es el arma de Satanás para robarte lo que Dios te dio. Toda la felicidad, comunión, paz, gozo y bendiciones abundantes  que Adán y Eva disfrutaban en el huerto lo echaron a perder cuando dieron lugar a la duda en sus corazones.

La duda es el principal enemigo de la fe y puede volver  inoperante la ley de los milagros. Jesús fue tentado tres veces para dudar de la palabra de Dios durante su ayuno de cuarenta días. Pero guardó su corazón y no dio le dio cabida e inmediatamente comenzó su ministerio público operando bajo la ley de los milagros.

La duda no tiene ningún sustento sólido, la fe en cambio, se basa en la Palabra de Dios y en una historia de miles de años llenos de testimonios de milagros.

Según la traducción al lenguaje actual Marcos 11:23-24 dice así: «Les aseguro que, si tienen confianza y no dudan del poder de Dios, todo lo que pidan en sus oraciones sucederá. Si le dijeran a esta montaña: Quítate de aquí y échate en el mar, así sucedería. Sólo deben creer que ya está hecho lo que han pedido».


Perdona todo lo malo que otra persona te haya hecho
«Cuando oren, perdonen todo lo malo que otra persona les haya hecho. Así Dios, su Padre que está en el cielo, les perdonará a ustedes todos sus pecados», Marcos 11: 25-26 (TLA).

En el mismo contexto del pasaje que estamos explicando se encuentra el tercer ingrediente importante para la operación de la ley de los milagros: El perdón.

Sin perdón no hay milagros. Las amarguras, resentimientos, celos, envidias y cosas por el estilo son solo impedimentos. Usted no moverá montaña alguna sino perdona en su corazón.  Los milagros divinos no consisten solo de palabras y de fe, no es magia, emanan de un corazón lleno de perdón, y limpio de toda rencilla.

Hay una frase de William Shakespeare que dice: “El perdón cae como lluvia suave desde el cielo a la tierra. Es dos veces bendito; bendice al que lo da y al que lo recibe”

El perdón completa los ingredientes necesarios para la operación de la ley de los milagros en y a través de su vida.

Del libro “Destinados al éxito”
Por Jorge Arévalo

miércoles, 20 de junio de 2018

LOS SORPRENDENTES RESULTADOS DE LA LEY DE LA PERSEVERANCIA



Texto: «Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá»

Jesús está enseñando en este pasaje sobre la ley de la perseverancia. Perseverancia en la oración a Dios y perseverancia como principio de vida que nos sirve para recibir, hallar y abrir puertas de bendición para nuestras vidas.

Jesús no dijo: Pide una vez y para, busca una vez y detente, llama una vez y suspende. Jesús fue claro y dijo: insiste en pedir, persevera en buscar, persiste en llamar hasta que la puerta se abra. 

La ley de la perseverancia no está dada para gente de mentalidad perdedora, temerosa y vacilante, sino para gente esforzada y valiente, para aquellos que están decididos a alcanzar victorias en la vida, obtener grandes metas y llegar a ser triunfadores en el mundo. A continuación las tres llaves de la perseverancia:


      1. Seguir pidiendo
 «Sigue pidiendo y recibirás lo que pides…», Mateo 7: 7a (NTV).

Normalmente nada obtenemos en la vida con sólo pedir una vez. Marcos 10.47-49, nos dice del ciego Bartimeo, que  oyó pasar a Jesús por el camino y comenzó a dar voces pidiendo misericordia para recobrar la vista. En este pasaje dice que recibió lo que pidió.

A Cristóbal Colón cientos de  veces le dijeron «NO» a su petición de ayuda. Pero nunca se desalentó. La gente se reía de él, algunos le tenían lástima porque iba de un sitio a otro pidiendo ayuda económica para su viaje. Pero él fue perseverante hasta que recibió lo que pedía.

«La peor derrota de una persona es cuando pierde su entusiasmo», H.W. Arnold

“Pídeme y te daré a conocer secretos sorprendentes que no conoces acerca de lo que está por venir”, Jeremías 33:3


2. Seguir buscando
«…sigue buscando y encontrarás», Mateo 7:7b

Jacob el engañador luchó toda la noche con un ángel buscando su bendición: «No te soltaré si antes no me bendices». Y  consiguió lo que buscaba, se convirtió en Israel, (Príncipe con Dios).  El ángel le preguntó: « ¿Cómo te llamas?», «Jacob», respondió. El añadió: «En adelante no te llamarás Jacob, sino Israel, porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido», Génesis 33:22-29

Abraham Lincoln (1809 – 1865), el hombre que tuvo mil caídas,  pero que de cada una de ellas se levantó y prosiguió adelante perseverando. Lincoln fracasó en los negocios, cayó en bancarrota, fue derrotado para la Legislatura de 1832, fue vencido en las elecciones de 1836 y en las parlamentarias de 1843, 1846, 1848 y 1855. Se postuló sin éxito en su aspiración a la Vicepresidencia en 1856, y en 1858 fue derrotado en las elecciones para el Senado.

En 1860 cuando se postuló para Presidente, un periodista le pregunto: ¨ ¿Señor Lincoln, usted no se cansa de fracasar? Usted ha perdido más de 10 elecciones, ¿Qué le hace pensar que usted puede ganar esta elecciones? El señor Lincoln le contestó pausadamente: ´´Para mí esos reveces electorales no han sido fracasos, han sido resultados no deseados. Yo estoy llamado por Dios a conseguir la igualdad del hombre por eso voy a ganar esta elección y voy a cambiar esta nación”. Su perseverancia le dio el premio, en ese mismo año fue elegido Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica.

El secreto del éxito es vivir la ley de la perseverancia.

"No son los golpes ni las caídas las que hacen fracasar al hombre; sino su falta de voluntad para levantarse y seguir adelante.«, Anónimo

“Más si desde allí buscares a Jehová tu Dios, lo hallarás, si lo buscares de todo tu corazón y de toda tu alma”, Deuteronomio 4:29


3.       Seguir llamando 
«…sigue llamando, y la puerta se te abrirá», Mateo 7:7c

Las mejores cosas de la vida la obtienen aquellos que han adquirido el hábito de seguir luchando ante la adversidad, los que no se han dejado vencer ni se permitieron perder su fe.

El profeta Elías tenía carácter para perseverar. En una ocasión, luego de derrotar a los profetas de Baal en el monte Carmelo, oró por que terminara la sequía de 3 años y medio que había venido sobre la tierra. Fue tan perseverante en su oración, persistió siete veces en llamar a Dios que abriera los cielos para su pueblo. A la séptima los cielos se abrieron, 1 Reyes 11: 41-46.

Thomas Alba Edison (1847- 1931), explotó más de 5 mil bombillos, para desarrollar la primera bombilla, hasta que la puerta del éxito se le abrió.  Si se hubiera rendido en la 4,999, no hubiera alcanzado la meta. 

La perseverancia significa no desanimarse, las montañas se moverán y las puertas se le abrirán a los perseverantes.

"Solo triunfa en el mundo quien se levanta y busca a las circunstancias, creándolas si no las encuentra», George Bernard

“¡Alegres son los que me escuchan,  y están atentos a mis puertas día tras día, y me esperan afuera de mi casa!”, Proverbios 8:34 (NTV)

Del libro “Destinados al éxito”
Por Jorge Arévalo

martes, 19 de junio de 2018

EL PODER DE LA LEY DE LA UNIDAD

Lucas 11: 17 «Mas él (Jesús), conociendo los pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado; y una casa dividida contra sí misma, cae»

La unidad es una ley del reino de Dios. La división es un principio malévolo. Alguien dijo: Dios suma y multiplica, satanás resta y divide.

La división en un reino o una familia sólo provoca su caída y asolamiento.  Una de las máximas más famosas de Nicolás Maquiavelo (1469- 1527, filósofo italiano), es: «divide y reinarás», donde él sugiere que la mejor manera de conquistar el poder es sembrar intriga entre quienes gobiernan para luego lograr que se dividan.

Donde no hay  unidad el mejor de los proyectos fracasa,  donde no hay unidad ningún plan puede prosperar.


1. La unidad es una fuerza muy poderosa.

Nada es imposible para un pueblo unido. Eclesiastés dice: «más valen dos que uno», porque sacan más provecho de lo que hacen. Además, si uno de ellos se tropieza, el otro puede levantarlo. Pero ¡pobre del que cae y no tiene quien lo ayude a levantarse!, 4: 9-10

Jesús lo demostró cuando levantó un equipo unido de 12 apóstoles (a excepción de Judas),  que transformaron el mundo de aquel entonces.

En la construcción de la torre de Babel,  el Señor ratificó este principio: «He aquí el pueblo es uno, y todos éstos tienen un solo lenguaje; y han comenzado la obra, y nada les hará desistir ahora de lo que han pensado hacer», Génesis 11: 5.  Lo que el Señor dijo fue que no hay nada imposible para un grupo que está unido. 


2. Se debe cuidar la motivación del corazón

En el caso de los hombres de Babel no tenían una buena motivación para su proyecto. La intención era de rebelarse contra el mandato de Dios. El Señor había ordenado a todos los hombres en ese entonces que poblaran la tierra, pero los de babel estaban en contra de este mandato. Ellos querían sólo poder y fama. Dios descendió y confundió su lengua esparciéndolos por sobre la faz de la tierra.

El afán de poder, fama o lucro nunca debe ser la motivación para la ejecución de un proyecto importante. Jesús enseñó que si quieres ser la persona (u organización), más importante puedes alcanzarlo, pero deberás mantener tus motivaciones sanas. En Lucas 9:47 Jesús dice: “Porque el más humilde de todos es el más importante”.


3. En la unidad está la bendición de Dios

Salmos 133:1-3 habla de la unidad entre los hermanos, y dice así: “¡No hay nada más bello ni más agradable que ver a los hermanos vivir juntos y en armonía! Es tan agradable ver esto como oler el buen perfume de los sacerdotes, perfume que corre de la cabeza a los pies. Es tan agradable como la lluvia del norte que cae en el monte Hermón y corre a Jerusalén, en el sur. A quienes viven así, Dios los bendice con una larga vida” (TLA)

Que hermoso se ve una familia unida, es una bendición en la comunidad. Lo mismo se puede decir de una iglesia, organización, escuela, municipio, etc. Cuando hay unidad se puede sentir en el ambiente, en la atmósfera. La gente que visita un hogar en armonía no quiere salir de ella, se queda más tiempo, porque siente que se fortalece, siente que se llena de paz. Un lugar así cuenta con la gracia de Dios y todos sus miembros son bendecidos con una larga vida según esta promesa.

Del libro “Destinados al éxito”
Por Jorge Arévalo

lunes, 18 de junio de 2018

LA REMUNERACIÓN, EL TEST Y LOS BENEFICIOS DE LA HUMILDAD

«Riquezas, honra y vida son la remuneración de la humildad y del temor de Jehová», Proverbios 22:4

Este pasaje nos indica que la humildad nos permitirá tener tres clases de premios en la vida: Riquezas, honra y vida. Riquezas es igual a prosperidad material, honra  es igual a la prosperidad espiritual y vida larga es igual a la salud. Tres premios que necesitamos tenerla en nuestras manos para alcanzar total felicidad en la tierra.

Lo que es

La humildad es la característica que define a una persona modesta, alguien que no se cree mejor o más importante que los demás en ningún aspecto. Es la ausencia de soberbia como Benjamín Franklin dijo: «Ser humilde con los superiores es un deber; con los iguales, una cortesía; con los inferiores, nobleza».

La humildad es el mayor valor de un hombre y lo demuestra generalmente cuando ha alcanzado una victoria. No se da crédito a sí mismo. Proverbios 27: 2 dice: “Alábate el extraño, y no tu propia boca; El ajeno, y no los labios tuyos”.

Es necesario aprender la humildad en nuestra vida porque si no aprendemos humildad, aprenderemos la humillación. Mateo 23: 12 afirma: «Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».


Lo que no es

La humildad no es debilidad. No es demostración de humildad que un hombre tenga un concepto de sí mismo menor que el que debe tener, aunque hacer eso pudiera desconcertarlo.  Spurgeon dijo:  «Humildad es tener una opinión justa de uno mismo».

El apóstol Pablo también declaró: «Dios en su bondad me nombró apóstol, y por eso les pido que no se crean mejores de lo que realmente son. Más bien, véanse ustedes mismos según la capacidad que Dios les ha dado como seguidores de Cristo».


El test de la humildad

·         ¿Consiento pensamientos de engreimiento, vanidad y auto-suficiencia, tales como:    “qué bueno(a) soy”, “qué bien hice esto”, “qué capaz soy”. 

·         ¿Me doy yo mismo aprobación y reconocimiento?

·         ¿Hablo siempre de mí y de mis cosas?

·         ¿Me molesto ante críticas, ataques y humillaciones?

·         ¿Acepto y reconozco mis faltas cuando soy corregido o creo yo tener la razón?

·         ¿Trato de llamar la atención con mi supuesta “sabiduría”


Los beneficios de la humildad

·         Guía a la honra
«…quien quiera recibir honores debe empezar por ser humilde», Proverbios 15:33

·         Conduce a la sabiduría
«El orgulloso termina en la vergüenza, y el humilde llega a ser sabio», Proverbios 11:2

·         Libra de peleas
«La gente orgullosa provoca peleas; la gente humilde escucha consejos», Proverbios 13:10

·         Libra de humillaciones
«El orgulloso será humillado, y el humilde será alabado»,  Proverbios 29:23

·         Termina en honra
«El orgullo acaba en fracaso; la honra comienza con la humildad», Proverbios 18:12


El gato con botas

El molinero del reino, deja únicamente en herencia al pequeño de sus hijos un gato. Los otros dos hermanos corren mejor suerte, pero éste lejos de abandonar al gato, le escucha. El gato le dice que si confía en él, le consigue un par de botas y un saco, saldrán de la pobreza. La valentía y astucia, bien entendida del gato le llevará a conocer al rey, y el hijo pequeño del molinero, a partir de ahora será llamado Marqués de Carabás, conocerá a la princesa y se casará con ella.

El humilde siempre acabará en honra porque lejos de abandonar al gato, le escucha.

Del libro: “Destinados al éxito”
Autor: Jorge Arévalo

domingo, 17 de junio de 2018

LA LEY DE LA VERDADERA GRANDEZA


Jesús les dijo: «Entre los paganos, los reyes gobiernan con tiranía a sus súbditos, y a los jefes se les da el título de benefactores. Pero ustedes no deben ser así. Al contrario, el más importante entre ustedes tiene que hacerse como el más joven, y el que manda tiene que hacerse como el que sirve, Lucas 22:25-26 (DHH).

Jesús enseñó que grandeza no equivale a tiranía. Muchos han equivocado el concepto. Creen ser grandes por sentarse a la mesa con súbditos sirviéndoles la comida y lavándoles los pies. 

Conozco gente en liderazgo de su organización que abusan del poder y son crueles con su gente, no les dejan hacer nada sin su permiso.  En el libro de Génesis vemos que Dios le concedió al hombre dominio sobre su creación pero este dominio no incluye sus semejantes sino sólo los recursos naturales como los animales, vegetales y minerales, para que lo transformen y  les sirva en la satisfacción de sus necesidades. 

El hombre que quiere ser grande  debe velar  por la vida, libertad y la búsqueda de la felicidad de su prójimo. Jesús nos mostró dos maneras de lograrlo según leemos en este pasaje:

1. A través de la humildad
«Pero ustedes no deberán ser como ellos. El más importante entre ustedes debe ser como el menos importante de todos…» vs 27ª (TLA)

Se requiere humildad para hacerse el menos importante de todos y servir a tu inferior. La arrogancia no te permite esto. Benjamín Franklin dijo: Ser humilde con los superiores es un deber; con los iguales una cortesía; con los inferiores, nobleza».

La humildad es la mejor prueba de que un hombre es verdaderamente grande. Por tal razón,  el apóstol Pablo enseñó: «Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo», Filipenses 2: 3.

El principio de la humildad no da lugar a tiranía sobre los demás. La humildad no es debilidad, sino fortaleza utilizada en el servicio.   

2. A través del servicio

«…y el jefe de todos debe servir a los demás», vs 27b (TLA)

El servicio es amor en ropa de faena. Jesús dijo: «Pues ¿quién es más importante, el que se sienta a la mesa a comer o el que sirve? ¿Acaso no lo es el que se sienta a la mesa? En cambio yo estoy entre ustedes como el que sirve».

Hay grandes hombres que hacen a todos los demás sentirse pequeños. Pero la verdadera grandeza consiste en hacer que todos se sientan grandes. Jesús nos enseñó con el ejemplo que la verdadera grandeza de un hombre está en servir a los demás y hacerles sentir que son grandes.

Siempre oí a mi suegro hablar un refrán: «El que no vive para servir no sirve para vivir».

Una historia habla de un cabo en el Valle de Fargo quien estaba dirigiendo a tres hombres que estaban tratando de levantar un tronco muy grande. Era muy pesado pero el cabo seguía adelante y adelante, "¡Muy bien gente, una, dos, tres, levanten!" Un hombre de los de alrededor se acercó y dijo al cabo, ¿Por qué no ayuda usted?   El cabo se levantó y respondió, "Señor, soy un cabo."   Sin decir más, el hombre se retiró y les ayudó a levantar el tronco y ponerlo en su lugar. Este hombre era George Washington.

En otra ocasión Washington estaba cazando zorros con un grupo de amigos. Uno de los campos por los que ellos pasaban estaba cercado con rocas. Cuando saltaba la cerca su caballo tiró unas de las rocas. Washington se paró inmediatamente, se bajó de su caballo, y puso las piedras que había tirado en su lugar. Uno de sus amigos dijo: "Tú eres un hombre demasiado importante para hacer cosas tan pequeñas." Él respondió gentilmente, "No, soy igual que todos."

La humildad y el servicio es la ley a la verdadera grandeza.

Del libro “Destinados al éxito”
Autor: Jorge Arévalo

ALINEA TU CONFESIÒN A LA PALABRA DE DIOS

  Descubrí claramente el poder de la palabra cuando el texto bíblico de Hebreos 4: 12 llamó mi atención acerca de sus efectos. Literalmente ...