Lucas 11: 17 «Mas él (Jesús), conociendo los pensamientos de ellos, les
dijo: Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado; y una casa dividida
contra sí misma, cae»
La unidad es una ley del reino de Dios. La división es un principio
malévolo. Alguien dijo: Dios suma y multiplica, satanás resta y divide.
La división en un reino o una familia sólo provoca su caída y asolamiento.
Una de las máximas más famosas de Nicolás Maquiavelo (1469- 1527,
filósofo italiano), es: «divide y reinarás», donde él sugiere que la mejor
manera de conquistar el poder es sembrar intriga entre quienes gobiernan para
luego lograr que se dividan.
Donde no hay unidad el mejor de los proyectos fracasa, donde
no hay unidad ningún plan puede prosperar.
1. La unidad es una fuerza muy poderosa.
Nada es imposible para un pueblo unido. Eclesiastés dice: «más
valen dos que uno», porque sacan más provecho de lo que hacen. Además, si
uno de ellos se tropieza, el otro puede levantarlo. Pero ¡pobre del que cae y
no tiene quien lo ayude a levantarse!, 4: 9-10
Jesús lo demostró cuando levantó un equipo unido de 12 apóstoles (a
excepción de Judas), que transformaron el mundo de aquel entonces.
En la construcción de la torre de Babel, el Señor ratificó este
principio: «He aquí el pueblo es uno, y todos éstos tienen un solo lenguaje; y
han comenzado la obra, y nada les hará desistir ahora de lo que han pensado
hacer», Génesis 11: 5. Lo que el Señor dijo fue que no hay nada imposible
para un grupo que está unido.
2. Se debe cuidar la motivación del corazón
En el caso de los hombres de Babel no tenían una buena motivación para
su proyecto. La intención era de rebelarse contra el mandato de Dios. El Señor
había ordenado a todos los hombres en ese entonces que poblaran la tierra, pero
los de babel estaban en contra de este mandato. Ellos querían sólo poder y
fama. Dios descendió y confundió su lengua esparciéndolos por sobre la faz de
la tierra.
El afán de poder, fama o lucro nunca debe ser la motivación para la
ejecución de un proyecto importante. Jesús enseñó que si quieres ser la persona
(u organización), más importante puedes alcanzarlo, pero deberás mantener tus
motivaciones sanas. En Lucas 9:47 Jesús dice: “Porque el más humilde de todos
es el más importante”.
3. En la unidad está la bendición de Dios
Salmos 133:1-3 habla de la unidad entre los hermanos, y dice así: “¡No
hay nada más bello ni más agradable que ver a los hermanos vivir
juntos y en armonía! Es tan agradable ver esto como oler el buen
perfume de los sacerdotes, perfume que corre de la cabeza a los
pies. Es tan agradable como la lluvia del norte que cae en el
monte Hermón y corre a Jerusalén, en el sur. A quienes viven
así, Dios los bendice con una larga vida” (TLA)
Que hermoso se ve una familia unida, es una bendición en la comunidad.
Lo mismo se puede decir de una iglesia, organización, escuela, municipio, etc.
Cuando hay unidad se puede sentir en el ambiente, en la atmósfera. La gente que
visita un hogar en armonía no quiere salir de ella, se queda más tiempo, porque
siente que se fortalece, siente que se llena de paz. Un lugar así cuenta con la
gracia de Dios y todos sus miembros son bendecidos con una larga vida según
esta promesa.
Del libro “Destinados al éxito”
Por Jorge Arévalo
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