En estos tiempos de cuarentena y
de mucho cuidado de no recibir contagio alguno del coronavirus así como el creer
a Dios por sus milagros financieros para que no nos falte nada en casa y su
amparo sobre nuestros proyectos 2020 saco a luz nuevamente una lista de
confesiones de la Palabra de Dios al cual lo denomino “Mi lista de nunca más”.
Nunca más
confesaré temor o miedo, porque “Dios no me ha dado espíritu de temor, sino de
amor, poder y dominio propio”, 2 Timoteo 1:7.
Nunca más
confesaré soledad, porque Jesús dijo: “He aquí yo estoy con vosotros todos los
días hasta el fin del mundo”, Mateo 28:20.
Nunca más confesaré
dudas, porque su Palabra me asegura que: “Cualquiera que dijere a este monte,
quítate y échate en el mar y no dudare en su corazón, lo que diga le será
hecho”, Marcos 11.23.
Nunca más
confesaré pobreza, porque en Cristo Jesús “soy prosperado en todas las cosas,
así como en mi salud y como prospera mi alma”, 3 Juan 2
Nunca más
confesaré que no tengo futuro, porque los planes que Dios tiene para mí “son
planes de paz y no de mal para darme un futuro lleno de bienestar”, Jeremías
29:11
Nunca más
confesaré que estoy solo y desprotegido, porque “el Ángel del Señor acampa a mi
alrededor y me defiende”, Salmos 34:7
Nunca más
confesaré odio, rencor, porque “el amor de Dios ha sido derramado en mi corazón
por el Espíritu Santo que me ha sido dado”, Romanos 5:5
Nunca más
confesaré no puedo, porque “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”,
Filipenses 4:13.
Nunca más confesaré necesidad, porque “Mi Dios suplirá todo lo que me falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús”, Filipenses 4:19.
Nunca más
confesaré debilidad, porque “Jehová es la fortaleza de mi vida”, Salmos 27.1.
Nunca más confesaré maldición, «porque en Cristo estoy redimido de toda maldición de la ley al hacerse él maldición por mí», “Todas las bendiciones de Abraham me alcanzan en Cristo Jesús”, Gálatas 3:13,14
Nunca más confesaré preocupaciones del mañana, porque «echo sobre él toda
ansiedad”, Salmos 55:22
Nunca más confesaré derrota, “Porque soy más que vencedor por medio de Jesucristo», Romanos 8:37
Nunca más confesaré enfermedad porque
Jesús «llevó todas mis enfermedades y dolencias y por sus heridas sano soy»,
Isaías 53:5; 1 Pedro. 2:24
Jorge Arévalo
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