El texto bíblico de Colosenses
4: 6 recomienda a todos que seamos asertivos en nuestra manera de manera de
hablar, especialmente en nuestras respuestas: “Sean siempre amables e
inteligentes al hablar, así tendrán una buena respuesta para cada pregunta que
les hagan”.
La asertividad nos ayuda a la hora de tener que tomar decisiones por nuestras propias convicciones y no dejarnos llevar por la presión de grupo.
En la escuela los jóvenes enfrentan presiones muchas veces de los propios compañeros para hacer algo negativo como fumar cigarrillos, consumir drogas, alcohol, ser parte de una pandilla o tener relaciones sexuales libres.
Para estas situaciones sugiero tener en cuenta tres pasos que pueden ayudar para enfrentar estas tentaciones que podrían meterlos en problema.
Jorge Arévalo
La asertividad nos ayuda a la hora de tener que tomar decisiones por nuestras propias convicciones y no dejarnos llevar por la presión de grupo.
En la escuela los jóvenes enfrentan presiones muchas veces de los propios compañeros para hacer algo negativo como fumar cigarrillos, consumir drogas, alcohol, ser parte de una pandilla o tener relaciones sexuales libres.
Para estas situaciones sugiero tener en cuenta tres pasos que pueden ayudar para enfrentar estas tentaciones que podrían meterlos en problema.
Paso 1. Hacer preguntas
El primer paso para resistirse
a la presión de los compañeros que incitan a cometer un hecho negativo, es
hacer preguntas como:
¿Por qué haríamos eso?
¿Por qué quieres ir allí?
¿Qué vamos a hacer?
Si el compañero dice “Oye,
vamos a robar algo en la tienda”, se debe hacerle la pregunta: ¿Por qué haríamos eso?
Esta pregunta se la debe hacer
una vez que se ha determinado que los compañeros quieren que tú hagas algo
malo, entonces será útil señalar lo que podría suceder, es decir, señalar la
consecuencia.
Paso 2. Decir lo que podría suceder
Luego de hacer las pregunta
vamos al segundo paso: “Decir lo que podría suceder”, esto es algo como: “Eso
es un delito”, “la policía podría detenernos”, “podríamos ir a la cárcel y no
deseamos eso”
Cuando tú dices lo que podría
suceder, indicas cuales son las
consecuencias exactamente y evitarás que tanto ellos como tú se metan en
problemas.
Como puedes darte cuenta las
preguntas y el decir lo que podría suceder va confrontando al compañero o al
grupo que te proponen lo malo. Hasta este segundo paso has mostrado que no la
tendrán fácil contigo. Sabes protegerte, y lo haces de manera inteligente y
clara. Ahora estás listo para avanzar al tercer paso:
Paso 3. Sugerir otro camino que sea positivo y constructivo
Una vez que usted haya
mencionado el problema y dicho lo que podría suceder, es útil indicar una
tercera cosa que podrías hacer, se trata de sugerir otro camino, otra
alternativa.
Por ejemplo, si el compañero
te dice “Vamos a robar en la tienda”, luego de hacerle la pregunta ¿Por qué
haríamos eso? Y señalarle las consecuencias: “Podrían atraparnos”, “podrían
llevarnos a la cárcel”, entonces como tercer
paso, usted sugiere otro camino: “Oye, por qué
mejor no jugamos un partido de fútbol” (esto es un camino nuevo, positivo
y constructivo para todos).
Para que quede claro, si el
compañero o grupo te proponen fumar un cigarrillo:
“Vamos a fumar un cigarrillo”
usted podría decir: “¿Por qué haríamos eso?”, “Podríamos ser atrapados en el
vicio”, “Mejor vamos jugar futbol”.
“Vamos a robar”. Usted
responde: “¿Por qué haríamos eso?, “¿Podríamos ser atrapados”, “Mejor vamos a
buscar trabajo”
“Vamos a pertenecer al grupo
de pandillas de la cuadra”. “¿Por qué deseas eso?”, “¿Podríamos poner en
peligro nuestras vidas”, “Mejor estudiemos en el Instituto”
“Vamos a golpearlo hasta
herirlo”. “¿Por qué haríamos eso?”, “Podrían detenernos”, “mejor sirvamos en el
voluntariado de la escuela”.
Otras alternativas podrían
ser:
·
Practicar un juego de
video
·
Ir a entrenar
·
Ver una película
·
Ir a comer algo
“Si quieres ser sabio, aprende
a interrogar razonablemente, a escuchar con atención, a responder serenamente y
a callar cuando no tengas nada que decir”, Johann Caspar
“El sabio puede sentarse en un
hormiguero, pero sólo el necio se queda sentado en él”, Proverbio chino
Jorge Arévalo
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