Mateo 4:4 “El respondió y dijo: Escrito está:
No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de
Dios”.
Desde mi adolescencia la Palabra de Dios contenido en la Biblia ha sido mi alimento espiritual preferido. Cada palabra revelada, cada mandamiento y promesa divina continúa hoy siendo fortaleza y dirección para mi alma necesitada.
Hace algunos años la palabra de Dios trató el temor que me dominaba. Hubo momentos en que literalmente el miedo me paralizaba y provocaba en mí pensamientos compulsivos y estrés muy desgastante. Fue en estas circunstancias cuando más acudía a esta bendita Palabra que me inspiraba con cada lección de fe del Maestro y apaciguaba mi agobiada alma con sus grandes promesas de amor y cuidado.
Desde mi adolescencia la Palabra de Dios contenido en la Biblia ha sido mi alimento espiritual preferido. Cada palabra revelada, cada mandamiento y promesa divina continúa hoy siendo fortaleza y dirección para mi alma necesitada.
Hace algunos años la palabra de Dios trató el temor que me dominaba. Hubo momentos en que literalmente el miedo me paralizaba y provocaba en mí pensamientos compulsivos y estrés muy desgastante. Fue en estas circunstancias cuando más acudía a esta bendita Palabra que me inspiraba con cada lección de fe del Maestro y apaciguaba mi agobiada alma con sus grandes promesas de amor y cuidado.
¿Qué es la Palabra de Dios?
Es el libro de las edades. Por siglos ha sido
ayuda para todos los hombres. En sus Palabras hay vida, dirección, inspiración,
fuerza y sabiduría. Ha marcado el arte, la filosofía, la ciencia, el gobierno,
la economía, la educación, los derechos humanos y demás componentes esenciales
de la vida en sociedad como la familia.
Razón tiene Isaías el profeta al declarar:
“Sécase la hierba, marchítase la flor; más la
palabra del Dios nuestro permanece para siempre”, Isaías 40: 8
Es el pan de vida
Ningún libro de la historia ha sido fuente de
vida espiritual para los hombres como la Biblia. Es el alimento más nutritivo del
que el alma en necesidad pueda aprovechar para saciarse y la encontramos disponible
en todas partes.
Jesús nos la puso como la comida necesaria de
cada día.
“Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre,
sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”, Mateo 4: 4
Es la luz en medio de la oscuridad
Cuántas veces nos encontramos como en oscuridad
de túnel y sentimos que la vida nos abruma, que necesitamos del consejo sabio y
del amor que abriga, es entonces cuando la Palabra de Dios se convierte en la lámpara
de salvación que hace que veamos la luz al final de la gruta.
“Lámpara es a mis pies tu palabra
Y lumbrera a mi camino”, Salmos 119: 105
Y lumbrera a mi camino”, Salmos 119: 105
Es una
bendición para los que lo leen
La Palabra de Dios es de tremenda bendición para aquellos
que lo escudriñan, cada texto es una sabiduría para llevarnos a otros niveles.
Podemos encontrar en sus provechosas enseñanzas una guía segura para el éxito y
prosperidad en cada área de la vida. Además que nos permite encontrar nuestro
propósito en el mundo.
“Nunca
se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche
meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está
escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien”,
Josué 1:8
“Maestro, ¿cuál es
el gran mandamiento en la ley? Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo
tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y
grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a
ti mismo”, Mateo 22: 36-40
·
La
Palabra de Dios trae esperanza
·
Nos
proporciona conocimiento acerca de la vida eterna
·
Sus
promesas brindan protección a la vida
·
Nos
enseña amar y perdonar
·
Estimula
nuestra fe
·
Purifica
el alma
·
Sobre
todo nos revela al Salvador Jesucristo
Tal cual lo enseñó
Jesús, la vida del hombre no consiste en los bienes que posee, sino en amar y
obedecer la Palabra de Dios. Podemos construir una vida segura de paz y bendición
sobre sus fundamentos.
La Palabra de Dios es
nuestro maná del cielo necesario para atravesar los desiertos y valles que nos
enseña a conquistar, a ser vencedores y a pensar
como reyes.
Jorge Arévalo
LA PALABRA COMO ALIMENTO
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