Hebreos 11: 1
"Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve"
Es decir, que lo
que esperas para mañana, lo consideras un hecho hoy, eso quiere decir que lo
tienes que evidenciar con tus acciones.
Si crees, actúa como si lo que
esperas para mañana o algún día lo tuvieras hoy. Ejemplos:
Hebreos 11: 17-19 “Por la fe Abraham, cuando fue probado,
ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía su unigénito,
habiéndosele dicho: En Isaac te será llamada descendencia; pensando que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos,
de donde, en sentido figurado, también le volvió a recibir”
La fe madura llevó
a Abraham a ofrecer a Isaac su único hijo en sacrificio para Dios. En esta
etapa de su vida su obediencia era
perfecta, pero su fe también era perfecta. El padre de la fe pensaba, que
“Dios es poderoso para levantar aún de entre los muertos”. Estaba decidido,
pensaba que Dios le devolvería su hijo levantándole de los muertos. El padre de
la fe estaba seguro que recibiría su
milagro. Su hijo no podía quedar entre los muertos. Su fe era certeza y sólo
Dios pudo detenerlo de lo que ya había decidido hacer. 9 siglos más tarde
9 siglos más tarde la Biblia registra un primer profeta que replicó la fe de Abraham y logra resucitar un muerto.
1 Reyes 17: 18-24 nos habla de la resurrección del hijo de la viuda de Sarepta
“Y ella dijo a Elías: ¿Qué tengo yo contigo, varón de
Dios? ¿Has venido a mí para traer a memoria mis iniquidades, y para hacer morir
a mi hijo? El le dijo: Dame acá tu hijo. Entonces él lo tomó de su regazo, y lo
llevó al aposento donde él estaba, y lo puso sobre su cama. Y clamando a
Jehová, dijo: Jehová Dios mío, ¿aun a la viuda en cuya casa estoy hospedado has
afligido, haciéndole morir su hijo? Y se
tendió sobre el niño tres veces, y clamó a Jehová y dijo: Jehová Dios mío, te ruego
que hagas volver el alma de este niño a él. Y Jehová oyó la voz de Elías, y el alma del niño volvió a él, y
revivió. Tomando luego Elías al niño, lo trajo del aposento a la casa, y lo
dio a su madre, y le dijo Elías: Mira, tu hijo vive”
Elías había adquirido
la mentalidad de Abraham, al igual que él pensaba que Dios es poderoso para
levantar aún de los muertos. Y a
partir de esta resurrección el devolver
la vida a los muertos se volvió un milagro normal entre los hombres de fe.
En la Escritura se lee de 7 de ellas:
·
El
hijo de la mujer sunamita por Eliseo, 2 Reyes 4: 32ss;
·
La
hija de Jairo por nuestro Señor, Mateo 9: 18ss
·
El
hijo de la viuda de Nain, Lucas 7: 11ss
·
Lázaro,
Juan 11: 38
·
Tabita,
Hechos 9: 36, por Pedro
·
Eutico,
por Pablo, Hechos 20: 7
La resurrección de
los muertos se volvió un milagro normal entre los milagros y se lograba por la
fe. La fe es la
certeza de lo que se espera.
Si Dios puede
levantar cuerpos sin vida, entonces con más razón puede sanar las dolencias o
enfermedades de un cuerpo con vida. Porque si lo más difícil que no tiene alma
lo hace, ¿cómo no podría hacerlo con un cuerpo con vida?
Jorge Arévalo
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