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ienaventurados los que tienen hambre y
sed de justicia, porque ellos serán saciados” (Mateo 5:6).
Jesús enseñó que el camino de la
felicidad es tener un sentido de justicia. Son felices los que desarrollan un
hambre o una conciencia por las necesidades del mundo.
Bill Wilson, un hombre conocido como el pastor
de los niños de la ciudad de New York, vio la necesidad de ayudar a estos
muchachos de las calles y darles un discipulado en los principios de la moral
cristiana para que en el futuro sean hombres de bien, contribuyendo de esta manera
a la paz y la convivencia pacífica de su comunidad al prevenir que en el mañana
la delincuencia avance y al contrario de las cosas, New York sea una ciudad
tranquila.
Luego de muchos años de trabajo Bill
tiene un ministerio de niños muy grande, su atención llega a sobrepasar los 200,000
infantes semanales. Uno de sus más destacados administradores en este trabajo es
un querido amigo mío, el pastor Tony Lara a quién acabo de visitar el año
pasado para ver in situ todo este loable esfuerzo.
Se puede decir que Bill y los líderes de
su equipo trabajan con un sentido de justicia, de hambre y sed por apoyar en la
causa de los niños necesitados y de las calles de su ciudad, para ellos es la bienaventuranza de la que
habló Jesús: “Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán
saciados”.
Si de pronto cada uno de nosotros es consciente
de las necesidades de nuestro entorno tal vez podemos comenzar a ejercer igualmente
una justicia al estilo Bill o del mismo señor Jesucristo que hizo su ministerio
entre los leprosos, pobres, enfermos, menospreciados y desvalidos de Israel.
Paso a mencionar algunos problemas de
nuestra sociedad en el presente que
escapa de las manos del mismo gobierno donde nosotros podemos tener la
oportunidad de desarrollar esta clase de hambre y sed por hacer justicia:
Los niños escolares
víctimas del bullying
Según una encuesta del Instituto
Nacional e Informática (INEI) y el Ministerio de la Mujer y Poblaciones
Vulnerables (MIMP), en el Perú 75 de cada 100 escolares son víctimas de
violencia física y psicológica por parte de sus propios compañeros, esto es más
que preocupante debido a que el
resentimiento, la frustración, los deseos de venganza pueden surgir del corazón
de los niños afectados.
Los niños de las escuelas son un área
importante de misión dónde podemos ofrecer nuestra ayuda y servicio.
Adolescentes
embarazadas
Una investigación de la ONG Save the
children afirma que en el país actualmente 14 de cada 100 adolescentes son
madres y/o están embarazadas.
Los niveles más altos se reportan en la
selva con adolescentes que aún no tienen culminado la primaria donde las cifras
alcanzan hasta 38 de cada 100 de ellas.
“Dios, danos hambre y sed de justicia
por levantar ministerios que trabajen en la prevención del embarazo precoz en
el mundo”
Pandillaje juvenil
Según unos estudios sólo en Lima y
Callao cada año más de mil menores entre edades de 11,12 y 13 años se incorporan
a grupos de pandillas.
Existen pandillas vecinales, pandillas
que pertenecen a barras bravas y pandillas escolares. De todos ellos el 70,5% de
sus integrantes ya no estudian.
Hay más de 400 pandillas identificadas sólo
en Lima y que día a día están causando zozobra entre la población.
La escritura de Isaías 6:8 dice: ¿a
quién enviaré, y quién irá por nosotros?
Jóvenes en drogas
El nuevo estudio de Cedro afirma que el
consumo de marihuana se ha incrementado especialmente entre los jóvenes.
Un millón 189 mil peruanos han probado
esta droga y calculan que hay más de 100 mil adictos.
Las drogas es el camino sin retorno según
nos dice la ciencia. Sólo un milagro de Dios puede hacer volver del camino al
adicto y transformar su vida.
Se requiere que se levanten más
ministerios con suficiente hambre y sed de justicia por recuperar a los que han
caído vencidos por este flagelo.
VIH Sida
Hace unos meses MINSA ha dado la alerta
que en el Perú más de 70 mil personas tienen VIH y alrededor de 16 mil personas
viven con este mal sin saberlo.
La oferta de Jesús de premiar con la felicidad
a todo aquél que tiene hambre y sed de justicia por servir al prójimo en su
necesidad está dada.
La promesa bíblica es para todo aquel
que dispone su corazón para hacer algo, para aquel que levante una organización
sin fines de lucro o que desde el departamento
social de su institución decida ayudar a la gente en problemas. Este es el que
habrá encontrado el camino de la verdadera felicidad.
Jorge Arévalo
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