El factor mental es importante para cambiar nuestra vida, para hacerla más productiva, más inteligente en obtener las riquezas. La clase de pensamientos que anidemos en nuestra mente determinará la calidad de nuestra vida en todas las áreas, física, emocional y financiera.
Por
tal motivo, es fundamental cuidarla y protegerla. En las guerras antiguas y
modernas los soldados siempre llevan puesto un casco para proteger la cabeza.
Igualmente debemos de hacer con nuestra mente, protegerlo y renovarlo de
conceptos que no permiten que veamos y consigamos mayores cosas.
A la
pregunta ¿Qué es lo q más deseas en la vida? Napoleón Hill nos aconseja seis
pasos que debemos dar para hacer realidad lo que deseamos. Estos pasos son
principios que funcionan para toda área, veamos en cuanto a las finanzas:
1.
Determine la
cantidad exacta de dinero que desea.
Este
primer principio es elemental, muchas veces no recibimos porque pensamos en un
todo, sin definir las partes. Sucede con la oración, toda petición debe ser
hecha específicamente para que sea eficaz. Hill nos dice que no basta con
decir: «Quiero mucho dinero», debe ser específico en cuanto a la cantidad. Eso
quiere decir, que debemos de detenernos para pensar primero. Pensar en lo que
realmente queremos y luego ser constante en ello.
2.
Determine con
exactitud lo que se propone dar a cambio del dinero que desea.
Este
consejo es muy sabio. Aquí se aplica la ley de la siembra y la cosecha. No se
recibe algo por nada. Si queremos recibir hay que dar primero. ¿Qué vas a dar a
cambio para conseguir ese dinero? ¿Darás un producto? ¿Ofrecerás un servicio
para mejorar la vida? Determine entonces que bien o servicio usted va a prestar
y por lo que esperará su remuneración.
3.
Establezca un
plazo determinado en el que te propongas poseer el dinero que deseas.
Esto
se llama planificación, establecer objetivos y metas de cómo ir haciendo
realidad aquello que te has propuesto. ¿Cuánto es lo que tú determinas que sean
tus ingresos por mes, o por año? Establece el tiempo límite para cada pequeña
meta que te lleve a conseguir tu principal objetivo que es a obtener una
fortuna neta.
4.
Crea un plan de
acción para llevar a cabo tu deseo, y empiece de inmediato, sin que importe si
te hayas preparado o no.
Muchos
esperan por ser perfectos, y que sus cosas estén alineadas perfectamente para
dar el primer paso. El perfeccionismo muchas veces no ayuda para el
crecimiento. Las cosas excelentes se logran a través de una constante. Los
hombres ricos tuvieron que ser flexibles hasta que tuvieron la capacidad de
presentar su obra maestra. Crea un plan de acción en que te pongas a trabajar
de inmediato. Ve ganando mercado, tiempo y recursos.
5.
Escriba la
declaración clara y concisa de la cantidad de dinero que te propusiste adquirir
y lo que el tiempo límite que determinaste para esta adquisición.
Este
punto es importante. En mi caso yo aprendí a tenerlo todo por escrito, me es
más fácil revisarlo, no olvidarme de nada. Las cosas más importantes como mi
visión hasta lo tengo diseñado y puesto en forma de pantalla en mi laptop, en
mi Tablet y en el móvil. Cada vez que hago uso de estos aparatos, mi visión y
proyectos aparecen de inmediato frente a mis ojos. El texto bíblico de Habacuc
2: 2 dice: “Y Jehová me respondió, y dijo: Escribe la visión, y declárala en
tablas, para que corra el que leyere en ella”. El sagrado texto instruye:
Escribe tu visión y decláralo.
6.
Lea su
declaración en voz alta, dos veces al día, una vez antes de acostarse, y otra,
al levantarse.
Mientras
lee, vea, sienta y piense que ya tiene su dinero. La declaración diaria es la
más importante de todas. El confesar con tu boca creyéndolo en tu corazón y
luego asumir que ya es un hecho, que ya lo tienes, que ya lo sientes. Empieza a
caminar en esa convicción viendo en lo espiritual lo que tus ojos naturales aún
no ven, pero que tú estás seguro que lo recibiste. Eso es andar en fe.
Todos
los hombres que han conseguido grandes cosas en este mundo no estaban exentos
de este ingrediente tan necesario como lo es la fe. Hebreos 11: 1 “Es la
certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”. La fe te
permite ver lo que otros no ven, porqué están en lo natural, en cambio tú estás
en la dimensión del espíritu, de la fe, de lo invisible que gobierna lo
visible.
Tu fe
es esa mano que se extiende al ámbito celestial para traer tus bendiciones al
ámbito de la tierra y hacer realidad lo que has creído. Conforme a tu fe será
hecho enseñó Jesús el nazareno. Entonces, haz declaraciones sin temor.
Jorge Arevalo
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