¿Crees que la prosperidad es cuestión de suerte, de tener un talento especial o de estar en el lugar y momento correctos? El libro de Proverbios, con su sabiduría milenial, nos dice que la verdadera prosperidad no es un golpe de suerte, sino la consecuencia directa de las decisiones que tomas cada día.
Proverbios
10 nos revela tres pilares sobre los que se construye una vida de abundancia y
estabilidad, secretos tan simples como poderosos.
1.
La Prosperidad de la Integridad: Siembra Rectitud, Cosecha Bendición
En
un mundo donde a menudo se glorifica el "éxito a cualquier costo",
Proverbios 10 nos ofrece un claro contraste. Nos dice que "los tesoros
de maldad no serán de provecho; mas la justicia libra de muerte." (v.
2). Puedes acumular riqueza de forma deshonesta, engañando a otros o tomando
atajos, pero esa prosperidad es frágil. No tiene la capacidad de protegerte
cuando las cosas se ponen difíciles y, al final, se desvanece.
Por
otro lado, la prosperidad que nace de la integridad es un escudo. Es una
bendición que perdura y que te da la tranquilidad de vivir sabiendo que tus
manos y tu corazón están limpios. Si quieres que tu negocio, tus finanzas y tu
vida florezcan de manera sostenible, el primer paso es construir sobre el cimiento
inquebrantable de la honestidad.
2.
La Prosperidad de la Diligencia: La Mano que Trabaja, la Vida que Florece
En
la era del "trabajo inteligente, no duro", es fácil caer en la trampa
de la pereza. Proverbios 10 no deja lugar a dudas sobre las consecuencias de
este hábito. El sabio contrasta la mano "negligente" que empobrece
con la mano de los "diligentes" que enriquece (v. 4).
El
perezoso siempre tiene una excusa: "Un poco de sueño, un poco de dormitar,
un poco de cruzar las manos para dormir." (v. 10). Pero Proverbios nos
advierte que su destino es inevitable: "así vendrá tu necesidad como
caminante, y tu pobreza como hombre armado" (v. 11). La pobreza no llega
de a poco, sino que te asalta de repente.
La
prosperidad es el fruto de la diligencia. Es el resultado de la disciplina, el
trabajo arduo y la previsión. La verdadera seguridad financiera no se encuentra
en la suerte, sino en el esfuerzo constante y la planificación para el
futuro.
3.
La Prosperidad de la Palabra: La Boca que Construye, No Destruye
Finalmente,
Proverbios 10 revela un pilar de prosperidad que a menudo pasamos por alto: el
poder de nuestras palabras. "Manantial de vida es la boca del
justo" (v. 11).
¿Alguna
vez has notado cómo la gente que habla con sabiduría, que construye en lugar de
criticar, parece atraer la prosperidad en todas sus formas? Sus palabras son
como "plata escogida" (v. 20), valiosas, bien pensadas y llenas de
vida. Por el contrario, las palabras del necio causan conflicto y destruyen
relaciones, lo que inevitablemente frena el progreso y la prosperidad.
La prosperidad no se limita a lo material. La vida de una persona próspera está enriquecida por la paz, la buena reputación y las relaciones sanas que provienen de hablar con sabiduría, verdad y respeto. Tus palabras tienen el poder de construir puentes o levantar muros.
En
resumen, la prosperidad genuina, la que dura y te trae verdadera paz, es una
consecuencia directa de un carácter íntegro. Se construye sobre los cimientos
de la integridad, la diligencia y la calidad de nuestras
palabras. Si quieres cosechar una vida de abundancia, debes sembrar con
rectitud y trabajar con ahínco. La elección es tuya, y las consecuencias
también.
Jorge
Arevalo

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