Proverbios 18:21 no es una simple sugerencia, ¡es una sentencia espiritual que afecta nuestra herencia! El Señor nos enseña que el uso de nuestra lengua es un acto de autoridad delegada que determina nuestro destino.
"La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos." (Proverbios 18:21)
Esta Escritura revela una verdad poderosa: Tu boca es un altar donde se ofrecen declaraciones que son ejecutadas en el terreno de tu vida. No podemos hablar de derrota y esperar victoria. No podemos confesar enfermedad y esperar sanidad. Debemos alinear nuestra boca a la Palabra que nos fue dada.
La Palabra como Declaración de Fe y Autoridad
Nuestras palabras no son solo sonidos; son semillas de fe o semillas de incredulidad que sembramos en el espíritu. El resultado de nuestras vidas está directamente determinado por lo que declaramos bajo la unción del Espíritu Santo y la autoridad de la Palabra.
Proverbios 18:20 nos enseña la Ley espiritual: "Del fruto de la boca del hombre se llenará su vientre; se saciará del producto de sus labios." Entiende esto: el alimento de tu vida es el producto de tus labios.
El poder de la lengua se manifiesta al elegir entre la confesión positiva de las promesas de Dios y la confesión negativa dictada por las circunstancias. Cuando decides, por ejemplo, declarar la sanidad que ya fue provista en la Cruz, estás activando el pacto. Cuando confiesas que eres el la cabeza y no la cola, estás emitiendo un decreto profético que activa la mano de Dios a tu favor, atrayendo vida, salud y provisión.
La Prudencia: Controlando el Espíritu de Contienda
El primer paso para que nuestra lengua sea un instrumento de bendición es someterla al Espíritu Santo. La prudencia no es timidez; es la fuerza espiritual para detener la profecía de la carne.
La persona sin entendimiento es controlada por su alma carnal. El necio es atrapado por la contienda, la queja constante o la crítica, que son lazos espirituales que él mismo se impone, ¡limitando el fluir del Espíritu! El Señor nos advierte: "La boca del necio es quebrantamiento para sí, y sus labios son lazo para su alma." (Proverbios 18:7).
La prudencia exige humildad para escuchar al Espíritu antes de hablar. "El que responde antes de oír, le es insensatez y oprobio [vergüenza]."(Proverbios 18:13). Responder con ira o con un juicio precipitado es abrir la puerta a la división. La persona llena del Espíritu, en cambio, se toma el tiempo de consultar la Palabra antes de hablar. Su corazón se alinea con la voluntad de Dios, asegurando que solo se emitan decretos de bendición y poder.
Ejerce la Autoridad de tu Sacerdocio
¡Hemos sido llamados a ser reyes y sacerdotes! (Apocalipsis 1:6).
Al reconocer la autoridad que tenemos en Cristo, elegimos dejar de ser víctimas de las circunstancias y nos convertimos en declaradores de la voluntad de Dios para nuestra vida.
Si amas tu vida, amarás tu lengua (Proverbios 18:21). Tu próxima palabra tiene el potencial de sembrar vida, salud y provisión. La sabiduría de Proverbios te invita a ejercer la autoridad de tu sacerdocio para decretar el Reino de Dios sobre tu situación. ¡Levántate y declara la Palabra!
Jorge Arevalo

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