"E invocó Jabes al Dios de Israel, diciendo:
!!Oh, si me dieras bendición, y ensancharas mi territorio, y si tu mano
estuviera conmigo, y me libraras de mal, para que no me dañe! Y le otorgó Dios
lo que pidió”
(1 Crónicas 4:10)
Era yo un pastor juvenil recién
instalado en Lima al empezar el año 2000, y tenía muchos sueños en mi mente
pero al mismo tiempo sentía cierta frustración por no haber podido hacer
realidad algunas más de ellas como completar mis estudios profesionales, tener
un liderazgo de mayor influencia en la sociedad, desarrollar la habilidad empresarial
en mi vida y poder auto sostenerme con
un trabajo propio hasta que escuché sobre “la oración de la Jabes” descrita en
1 Crónicas 4: 10. (1 Crónicas 4:10)
Revisé esta oración una y otra
vez tratando de entenderlo cada vez más en mi espíritu y se me instó a
declararlo cada día como una oración personal, lo cual empecé a hacerlo y esta
es la razón por la cual escribo ahora sobre este punto, pues, creo que el
generarse oportunidades nuevas de servicio, de estudios, de empezar con nuevos
proyectos, de extender mi liderazgo pastoral juvenil hacia la comunidad en
aquel entonces se relacionaba básicamente con esta poderosa oración.
La oración de Jabes tal cual
como la presenta el autor de las Crónicas bíblicas contiene cuatro elementos o
peticiones específicas que paso a explicarles de manera corta y sencilla.
1.
“Oh, si me dieras
bendición…”.
En primer lugar se puede ver
el deseo profundo del corazón de Jabes un descendiente de los Ceneos de su
tiempo que fueron incorporados luego a la tribu de Judá según los registros de
Jueces 1:16 y 1 Crónicas 2:55, era que Dios le bendijera.
El nombre de Jabes de por sí
significa “dolor”, pues, su madre lo llamó de esta manera por cuanto
experimentó mucho dolor cuando lo dio a luz. El versículo que antecede a esta
oración dice: “Y Jabes fue más
ilustre que sus hermanos, al cual su madre llamó Jabes, diciendo: Por cuanto lo
di a luz en dolor”. Y es la razón por la que nuestro personaje invoca a Dios por
bendición en esta oración.
Jabes quiso
que su suerte cambiara, de una situación de dolor, tristeza, sufrimiento a una
situación de bienestar, gozo y placer. Lo mismo en mi caso, tomando como
inspiración esta oración comencé a pedir a Dios que me bendijera de una manera
especial, que quería ser un hombre realizado, satisfecho con obras y con logros.
2. “… Y ensancharas mi territorio”
No sabemos cuánto
habrá sido la medida de sus tierras, pero Jabes pidió a Dios un incremento de
sus tierras. La tierra o propiedad en la antigüedad como en nuestros tiempos siempre
es sinónimo de riquezas. Lo que Jabes anhelaba era que Dios le prosperara en lo
económico y le concediera un liderazgo de influencia. Esto implicaba un reconocimiento
a su persona por parte de la sociedad a que pertenecía.
Cada mañana
al despertar hice lo mismo, tenía esta
oración en mi boca y en mi corazón, “Señor, ensancha mi territorio”, “Prospérame
en todas las cosas, así como en la salud y en mi alma”.
3. “… Y si tu mano estuviera
conmigo”
Cada vez
que vemos en la Biblia que la mano de Dios era con alguien, esa persona era privilegiada
con favor y gracia. Para tener éxito en la vida, no sólo se requiere títulos
académicos, o habilidades empresariales, o herencias, lo que se requiere es
contar con el favor divino que lo diferencia todo. El favor de Dios abre
puertas, concede oportunidades, eleva a nuevos niveles. Y es una de las cosas por
lo que Jabes rogó a Dios que le otorgara. Y es por lo que también en mi caso comencé a pedir a Dios.
4. “… y me libraras de mal, para
que no me dañe”
El cuarto
elemento de esta oración contiene un pedido por protección. Una persona como
Jabes que pasó en pocos años del dolor y sufrimiento de la pobreza a la prosperidad
económica, de la soledad y anonimato a un liderazgo reconocido, de ser un sencillo
hombre a ser un ilustre en la sociedad necesitaba ahora protección de Dios para
que nadie pudiera causarle daño alguno.
Creo que
esta oración es completa y necesaria para todos nosotros, contiene los anhelos
y aspiraciones generales de un hombre de bien en este mundo que busca vivir en
paz, ser próspero y servir mejor a sus semejantes. Es mi oración que la hagas
tuya ahora.
Jorge
Arévalo
La oración
de Jabes
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