Los evangelios
nos muestran que Jesús usaba la Palabra para traer libertad y sanar, esto lo
vemos en Mateo 8: 16-17
“Y cuando llegó la noche, trajeron a él muchos endemoniados; y con la palabra echó fuera a los demonios, y sanó a todos los enfermos; para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias”
Asimismo usó la
Palabra para multiplicar los panes y dar de comer a los que tenían hambre. En
esta clase de milagro que hizo, Jesús usó
la Palabra como gratitud al Padre por sus bendiciones de provisión y en un acto
de fe partió los panes y peces y estos comenzaron a multiplicarse.
“Luego de
ordenar que la gente se sentara sobre la hierba, Jesús tomó los cinco panes y
los dos pescados, miró al cielo y dio gracias a Dios. Después partió los panes
y se los dio a los discípulos, para que ellos los repartieran a la gente. Todos
comieron hasta quedar satisfechos. Y cuando los discípulos recogieron los
pedazos que sobraron, llenaron doce canastas. Los que comieron fueron
como cinco mil hombres, además de las mujeres y los niños”, Marcos 14: 19-20
Su acción de dar
de comer a los miles con tan pocos panes y pescados fue una osadía, una fe en
que su Palabra es oída en los cielos y hecha una realidad en la tierra.
Igualmente
nosotros tenemos que usar la palabra para sanar, para liberar y para atraer la
multiplicación de Dios para nuestras finanzas y lograr sustentar a nuestra
familia, lograr avanzar nuestros proyectos y lograr avanzar el reino de Dios en
la tierra.
Salmos 107: 20
dice:
“Envió su
palabra, y los sanó,
Y los libró de su ruina”
Y los libró de su ruina”
Noten en el
texto aquí que la palabra es enviada para provocar la sanidad, la prosperidad y
la liberación de la ruina.
Dios ama la paz
de sus hijos. El dice en 3 Juan 2:
“Amado, yo deseo
que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como
prospera tu alma”
La prosperidad
así como la sanidad es el pan de los hijos. Es algo que van juntos.
La prosperidad
es una bendición que está implícita en el saludo hebreo Shalom, y también está
implícita en la palabra Sozo en griego que significa salvación, sanidad, perdón
y bienestar en general.
Aprendamos a
usar la Palabra para atraer las bendiciones de Dios a nuestras vidas. Podemos
hacer en las mañanas declaraciones de fe como estas:
“Soy un hombre próspero.
El Señor me ha prosperado en todas las cosas, así como en mi salud y así como
en mi alma”, 3 Juan 2
“Soy un hombre
bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales y yo recibo
estas bendiciones en mi vida ahora. Gracias Dios”, Efesios 1: 3
“Soy un hombre
bendecido con la bendición de Abraham, riquísimo en activos, en plata y en oro”,
Génesis 13:2
“Soy un hombre
rico. Jesús se hizo pobre por amor a mí para que yo sea rico”, 2 Corintios 8:9
Marcos 11: 24
nos enseña que debemos hablar la palabra como si ya hubiera sucedido, es decir
en fe y no en esperanza.
“Por eso les
digo: Crean que ya han recibido todo lo que estén pidiendo en oración, y lo
obtendrán” (Versión NVI)
Salmos 116: 10 dice:
“Creí; por tanto hablé”
Ahora más que
nunca que muchos están siendo afligidos en gran manera por la situación
económica, por la pérdida de sus empleo, por la disminución de sus ingresos, es
cuanto más necesitamos asirnos del fundamento de todo el Universo que es la
Palabra y hacer tuya estas promesas. No pienses en el que dirán, en lo que
pensarán otros de ti, por tu cambio al creer en la Palabra de bendición, es ahora o nunca que debes atrapara por fe
esta palabra divina, creerlo, declararlo, cambiar tu actitud, tu lamento en
baile, y pararte firme en la verdad que no estás maldito, sino que eres un
bendecido y no importa lo que esté pasando afuera, tus ojos no están para mirar
la crisis, tus ojos los tienes en Jesús y en Su Palabra y tú lo crees y lo
conviertes en la Palabra de tu testimonio y cobras aliento, vida y te vuelves
como un león valiente.
“Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos… ”. Apocalipsis 12: 11
Declaraciones de bendición financiera en los Salmos:
Salmos 112: 3 “Bienes y riquezas hay en mi casa..”
Salmos 1:3 “Soy como el árbol plantado junto a corrientes de
aguas,
Que doy mi fruto en este tiempo,
Y mi hoja no cae; Y todo lo que hago, prospera”Salmos 92: 12 “Mi vida florece (prospera) como la palmera y crece como el cedro”
Salmos 109: 18 “Su bendición me entra como agua en mis entrañas, y como aceite en mis huesos”.
(En contraposición a la maldición. Si la maldición puede entrar a una vida cuánto más la bendición)
Salmos 112: 7 “Mi corazón está firme, confiado en el Señor, hoy recibo buenas noticias”
(En contraposición a los reportes malos)
Salmos 115: 12 “El Señor se acordó de mí y me bendice”
Salmos 116:7 “Mi alma reposa, descansa en el Señor, porque Él me ha hecho bien, me ha bendecido”
Salmos 116: 12: “Estoy lleno de sus beneficios”
Salmos 118: 17 “No moriré, sino que viviré y contaré todas las bendiciones de Dios sobre mi vida”
Estas son las declaraciones de un creyente en Dios, de un creyente con mentalidad positiva. Verás que tus situaciones adversas de hoy serán tus bendiciones más grandes en el mañana.
Jorge Arevalo
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