"Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible." (Marcos 9:23)
Esta
poderosa declaración de Jesús nos revela una verdad fundamental: la fe es la
llave que abre la puerta a lo imposible, incluso a la sanación milagrosa. Y esa
fe, esa confianza inquebrantable en el poder divino, reside en lo más profundo
de nuestro ser, en nuestra mente subconsciente.
El
santuario interior de la sanación:
"Y
la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere
cometido pecados, le serán perdonados." (Santiago 5:15)
La
Biblia está llena de ejemplos de sanación a través de la fe. Jesús sanó a
ciegos, leprosos y paralíticos, no solo con su poder divino, sino también
despertando la fe en aquellos que buscaban su ayuda. Esa misma capacidad de
sanación reside en cada uno de nosotros, en el santuario interior de nuestra
mente subconsciente.
La
semilla de la fe:
"Así
es también la palabra del reino: como una semilla que, cuando se siembra en
buena tierra, produce mucho fruto." (Mateo 13:23)
La
fe es como una semilla que, cuando se planta en el terreno fértil de nuestra
mente subconsciente y se nutre con creencia, expectativa y amor, germina y se
manifiesta en nuestra realidad. Al igual que una semilla necesita tiempo,
cuidado y las condiciones adecuadas para crecer, nuestra fe necesita ser
cultivada y fortalecida para que pueda dar frutos de sanación.
La
mente: origen de la salud y la enfermedad:
"No
os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de
vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios,
agradable y perfecta." (Romanos 12:2)
Nuestras
creencias, pensamientos y emociones tienen un impacto directo en nuestra salud.
Las enfermedades, muchas veces, tienen su origen en la mente, en patrones de
pensamiento negativos, miedos y creencias limitantes. Al transformar nuestra
mente, al renovar nuestro entendimiento con la verdad de Dios, abrimos la
puerta a la sanación y al bienestar integral.
El
poder de la oración y el pensamiento positivo:
"Por
lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo,
todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud
alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad."4 (Filipenses 4:8)
Nuestras
oraciones y pensamientos tienen un poder real. Al orar por otros con fe y amor,
enviamos una energía sanadora que puede producir resultados asombrosos. Del
mismo modo, al cultivar pensamientos positivos, esperanza y gratitud, creamos
un ambiente interior propicio para la sanación y el bienestar.
La
sugestión y la curación:
"Es,
pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se
ve." (Hebreos 11:1)
La
fe, ya sea en un objeto religioso, un tratamiento médico o una técnica
psicológica, puede activar el proceso de curación a través de la sugestión. La
mente subconsciente, al recibir la sugestión de sanación, moviliza las fuerzas
curativas naturales del cuerpo y promueve el restablecimiento del equilibrio y
la salud.
Conclusión:
La
fe es la piedra angular de la sanación. Al cultivar una fe inquebrantable en el
poder divino, al renovar nuestra mente con pensamientos positivos y al activar
el poder curativo de nuestro subconsciente, abrimos la puerta a una vida de
salud, plenitud y bienestar integral.
Jorge Arevalo
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