Hoy, 19 de enero, se cumplen 39 años desde que mi vida dio un giro radical. Un día como hoy desperté con una profunda emoción, impulsado a entregar mi vida a Cristo. Había buscado respuestas en diversas religiones, asistiendo a cultos y recibiendo visitas en mi hogar, pero ninguna llenaba el vacío que sentía.
La
noche anterior, un sueño revelador me mostró una escalera alta y delgada que
ascendía al cielo. Una voz celestial me desafió: "Ven, sube". En mi
corazón, reconocí la voz de Dios. Atravesaba un periodo de profunda depresión,
falta de propósito y un hastío generalizado. El alcoholismo de mis padres, la
escasez y una enfermedad me agobiaban.
Esa
voz divina me animaba a escalar, a elevarme por encima de mis circunstancias.
Comprendí que Dios me invitaba a confiar en Él para superar mis pensamientos
negativos y, como un águila, volar por encima de mis problemas. Sin embargo, el
miedo me paralizaba. Recordaba la historia de Pedro, quién al caminar sobre el
agua, comenzó a hundirse al apartar la vista de Jesús.
Entendí
que el temor es el principal obstáculo para alcanzar el propósito divino en
nuestras vidas. Pero decidí luchar contra él. Hoy, 39 años después, veo mi vida
avanzar, he cruzado cielos de diferentes países, mis pensamientos y
conocimientos se han expandido. He enfrentado retos que, de no haber vencido el
temor, serían imposibles de superar.
Celebro
este 19 de enero como un nuevo nacimiento. La promesa de Hechos 16:31 resonó en
mi ser: "Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo tú y tu casa".
Ahora experimento la verdadera salvación: la paz que proviene de liberarme de
las cadenas de la tristeza, pavor, de la mentalidad de escasez y de la falta de
sentido.
Disfruto
de la verdad, siento la palabra hecha carne en mí. Mi convicción se fortalece y
mi estilo de vida se centra en soñar y crecer. "Conquista" es mi
palabra favorita, y "Toma todo lo que la planta de tu pie pisare".
Tengo
una familia, veo a mis hijos alcanzar sus metas y progresar. Dios me bendice y está guiándome hacia tiempos de una abundancia
ilimitada de riquezas, salud y éxito.
Gracias, Señor, por estos 39 años de nueva vida. Te alabo por siempre.
Jorge Arevalo
#NuevoNacimientoEnCristo
Comentarios
Publicar un comentario