En cuanto al respeto del
derecho de los demás, los primeros en ser reconocidos legalmente a fines del
siglo XVIII en la independencia de los Estados Unidos y la Revolución Francesa
son los derechos a la vida, la libertad y la propiedad, además de algunos otros
derechos políticos. Esto es muy importante pues de no existir el reconocimiento
de tales derechos estaríamos introduciéndonos a un mundo salvaje donde la razón
dejaría de ser y la degradación del ser humano sería más que completa. Cabe
resaltar que estos derechos no empezaron con el reconocimiento de ciertas
naciones sino que han sido siempre naturales e inalienables dadas directamente
por Dios desde la creación de los hombres tal como está escrito en la
declaración americana del 4 de Julio de 1776 y que los gobiernos están llamados
a sostener.
“Sostenemos por si mismas como evidentes
estas verdades: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por
su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre éstos están la vida, la
libertad y la búsqueda de la felicidad;
que para garantizar estos derechos se instituyen entre los hombres los
gobiernos, que derivan sus poderes legítimos del consentimiento de los
gobernados; que cuando quiera que una forma de gobierno se haga
destructora de estos principios, el pueblo tiene el derecho a reformarla o
abolirla e instituir un nuevo gobierno que se funde en dichos principios, y a
organizar sus poderes en la forma que a su juicio ofrecerá las mayores
probabilidades de alcanzar su
seguridad y felicidad”
El derecho a la vida
Cada uno de nosotros está en
el deber de respetar la vida de los demás, esto incluye la negación moral del
aborto. La vida es el bien preciado dado por el Creador. Tenemos el derecho de
respetarnos a nosotros mismos y nuestra vida cuidando nuestra salud tanto
física como emocional. Y el gobierno tiene el deber de hacer respetar nuestra
existencia enviando el poder de su fuerza y el uso de las armas contra el
destructor que puede ser el delincuente o ladrón que amenaza. La vida es sagrada, está implícito en el sexto
mandamiento de la ley de Dios: “No matarás”.
El derecho a la libertad
Así como tenemos el derecho a
vivir en este mundo de manera segura también tenemos el derecho de ser libres.
Ningún hombre o gobierno puede coaccionar nuestros pensamientos y palabras. Igualmente,
no debemos ser impedidos de actuar y hacer nuestros negocios de manera libre.
La libertad es un derecho fundamental del ser humano. Si tan sólo aplicáramos
al 100 % en la práctica este derecho redundaría en nuestro desarrollo personal
y como país seríamos ricos. Creo que estamos de acuerdo en que el comercio
libre resulta en la prosperidad de las naciones que lo ejercen, esto por simple
observancia.
El derecho a la propiedad
Cuando nuestra propiedad es
respetada podemos transar de manera justa,
hacer intercambios voluntarios, comerciar libremente. Con tu propiedad
puedes hacer lo que desees. Propiedad es sinónimo de riqueza. Una persona tiene
el derecho de vender el bien que posee y adquirir a cambio el valor acordado.
En los negocios con el banco, si tienes un título de propiedad ya sea de un
terreno, de un auto, de una casa, de una empresa, etc. Puedes adquirir préstamos,
sino eres dueño propietario de algún bien no te darán ningún dinero, por ende
no podrás ejecutar proyecto alguno. Repito, la propiedad es tu riqueza, tu
desarrollo, tu prosperidad, por tal razón es un derecho inviolable. Está
implícito en el octavo mandamiento: “No robarás”.
En palabras de Nelson Mandela:
“Privar a las personas de sus
derechos humanos es poner en tela de juicio su propia humanidad.”
Jorge Arévalo
Tema: El respeto al derecho de los
demás
Serie: Valores para el desarrollo
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