A través de la historia universal muchos sabios,
filósofos y religiosos dieron sus recetas sobre la felicidad. Entre los más
conocidos están Sócrates, Platón y Aristóteles. Luego Zenón de Citio, que fundó la escuela estoica,
Epicúreo y su escuela epicúrea, Diógenes y los cínicos.
Estas ideas respecto de la felicidad fueron recogidas
después por pensadores modernos, psicólogos y hoy sus principios los encontramos
en libros y manuales de autoayuda. Pero lo que destaco en esta oportunidad son las ideas y enseñanzas de Jesús el Nazareno. Hace 2000 años vino trayendo un mensaje de fe, arrepentimiento y amor, es reconocido como el Mesías por sus discípulos judíos y en la actualidad los que le seguimos se cuentan por miles de millones en el mundo.
Jesús enseña en su sermón de la Montaña los puntos clave para ser felices, lo que resumo en este libro en siete componentes.
Veámoslo:
1.
“Bienaventurados los
pobres de espíritu”
Es la pobreza
espiritual y no la riqueza material lo que nos lleva a conseguir la felicidad.
La pobreza espiritual te
acerca a Dios a través de la oración y permite que tu corazón se llene con Su
Presencia, y como es de esperar la paz y el gozo del espíritu será
sobreabundante en tu interior.
2.
“Bienaventurados los
que lloran”
Es la sensibilidad del
corazón y no la indiferencia hacia los
demás lo que atrae la alegría y el gozo.
La sensibilidad al dolor de
los demás, a tus propias imperfecciones y a los que padecen en este mundo, va a
ser un incentivo para buscar cambios de crecimiento en tu vida y en el de los
demás y por consiguiente estarás más que dichoso.
3.
“Bienaventurados los
mansos”
Es la templanza y no la
imprudencia la que nos bendice con fortuna”
La imprudencia siempre es causa
de muchos males que puedan sucedernos en la vida. En cambio la templanza nos
libra del peligro, atrae la riqueza y nos lleva al sosiego.
4.
“Bienaventurados los
que tiene hambre y sed de justicia”
Es el servicio con amor
y no el egoísmo lo que da sentido a nuestras vidas”
Tener una causa noble por la
que luchar en el mundo termina con el vacío existencial, la tristeza y el
desánimo. Trabajar en servir a los demás nos llena de grandes satisfacciones.
5.
“Bienaventurados los
misericordiosos”
Es la clemencia y no la
inhumanidad la que nos acerca a un mundo de fortuna y regalos
Vivir en perdón satisface el corazón. Ser misericordioso es ser conforme al corazón
de Dios. La clemencia, el indulto nos libera y atrae a nosotros bendiciones de
gracia y favor inalcanzables en nuestras propias fuerzas.
6.
“Bienaventurados los de
limpio corazón”
Es la pureza de los
motivos y no la corrupción el verdadero placer”
La pureza nos reconforta, eleva
la autoridad de nuestra conciencia para ser agentes de sanidad en un mundo
contaminado y enfermo. Y por consiguiente seremos retribuidos con una vida
tranquila y llena.
7.
“Bienaventurados los
pacificadores”
El ser un instrumento
de paz y no de guerra nos retribuye con grandes satisfacciones.
Resolver conflictos, hacer las
paces y buscar siempre la armonía con nuestros semejantes nos conducirá a una
vida de reconocimientos y halagos. Sobre todo a una vida aprobada por Dios.
En conclusión, el secreto para la felicidad como nos
lo refiere el Maestro de Galilea se encuentra en vivir una vida de oración y
meditación, de sensibilidad al pecado,
de templanza en cuanto al carácter, de justicia al necesitado, de hacer
misericordia al que no se merece, de trabajar la pureza interior y de estar reconciliado con nuestro
prójimo. Esta receta por supuesto en su
contenido general difiere de los otros y agrega a la lista algunos componentes
más.
Atrévete
a ser feliz.
Jorge Arévalo
Del libro “Secretos para la felicidad”
Del libro “Secretos para la felicidad”
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