domingo, 5 de julio de 2020

USA LA PALABRA PARA TU PROTECCIÓN DEL PELIGRO



En el libro de los hechos capítulo 28: 1-5 se nos narra el percance que Pablo tuvo estando en la isla de Malta. Era una noche fría de lluvia, y tanto él como otros prisioneros que eran trasladados a Roma acababan de salvar de un naufragio en el mar.

La historia nos dice que Pablo fue a recoger leña para echarla a la hoguera cuando de repente una serpiente saltó de entre las ramas y mordió su mano. Todos vieron a la serpiente colgada de la mano de Pablo y esperaban que hinchara o que cayera muerto en cualquier momento, pero se cansaron de esperar porque a Pablo no le ocurría nada. Fue entonces que los isleños cambiaron de idea y pensaron que Pablo era un dios.

Esta historia de protección es una muestra de dos clases de pensamientos. La primera pesimista, de resignación, de fatalidad y de muerte tal como se lee que pensaban los hombres de Malta y otro la de Pablo aunque no nos dice específicamente lo que pudo haber pensado pero es de imaginar por la manera como sacudió a la serpiente y lo echó al fuego que Pablo pensara que no existe ninguna arma forjada preparada para él que pueda prosperar o el pensamiento en la palabra de Cristo a sus discípulos en Marcos 16: 17-18 que las señales que seguirían a los creyentes estaba el tomar en las manos serpientes y si bebieren cosa mortífera no les haría daño alguno, asimismo el de Lucas 10. 19 que dice:
 “He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará”. También pudo estar en su mente la palabra que Jesús le dio que sería testigo de él en Roma, un lugar que aún estaba lejos de llegar.  

Pablo más que seguro basó su creencia, sus pensamientos y confesión en todas estas palabras y promesas de Cristo que le valieron para su protección del peligro de la muerte y es la manera cómo también nosotros debemos de protegernos.

Sin duda, que la batalla comienza en la mente. La mente es un filtro de bendición o maldición para nosotros. Debemos hacer que nos sea de bendición. Allí es donde debemos cernir lo que debe entrar a nuestro corazón y luego salir por nuestra boca. Porque de la abundancia del corazón es que habla la boca.

Pablo enseña en Filipenses que debemos de llenar nuestra mente sólo de pensamientos de poder, de bondad y de posibilidades. Literalmente lo dice así:
“Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad”

Una vez que afirmemos nuestros pensamientos en la roca de las palabras de Cristo debemos de meditarla, imaginarla, disfrutarla como si estuviéramos viéndola en la realidad haciendo que penetre en nuestro corazón y de allí liberarla con proclamaciones de poder.

A eso me refiero cuando afirmo que debes usar la palabra para la protección del peligro, tal como la usó Pablo.

Para bendición nuestra hay abundantes promesas que podemos considerar para proteger  nuestra vida y la de nuestros seres queridos. Antes declara esta palabra:
“Soy inmune al veneno y a todo virus”
“Si bebo cosa mortífera (o si el virus del sars – cov- 2 penetrara por mi boca, nariz u ojos) no me hará daño”
“Tengo potestad de hollar serpientes y escorpiones y toda fuerza del enemigo y nada me dañará”

Promesas de protección
Salmos 91: 3-7

“El te librará del lazo del cazador,
de la peste destructora.
Con sus plumas te cubrirá,
Y debajo de sus alas estarás seguro;
Escudo y adarga es su verdad.
No temerás el terror nocturno,
Ni saeta que vuele de día,
Ni pestilencia que ande en oscuridad,
Ni mortandad que en medio del día destruya.
Caerán a tu lado mil,
Y diez mil a tu diestra;
Mas a ti no llegará”

El salmos 91 es una poderosa promesa de protección para los que confían en la Palabra de Dios. Aplícala sobre tu vida en forma personal. 
Declara:

“El me libra del lazo del cazador, de la peste destructora”, “con sus plumas me cubre y debajo de sus alas estoy seguro”
“No temo el terror nocturno, ni saeta que vuele de día, ni pestilencia que ande en oscuridad (o en lo invisible), ni mortandad que en medio del día destruya”
“Caerán a mi lado mil, y diez mil a mi diestra, más a mí no llegará”

Salmos 97: 3
“Fuego va delante de mí,
Y quema todo virus a mi alrededor”

Salmos 92: 12-14
“Yo florezco como la palmera;
Crezco como cedro en el Líbano.
Aun en la vejez fructificaré
Estaré vigoroso y verde"

“Estoy vacunado en mi mente con la palabra de Dios” “soy inmune en mi cuerpo, mi sistema inmunológico es fuerte, mis defensas son altas”,
“He sido curado por las llagas de Cristo”.

Salmos 110: 3b
“Tengo el rocío de la juventud”, “Estoy como de 20”

“Estoy rejuvenecido como el águila”
“Mis fuerzas aumentan como las del búfalo”

Salmos 1

“Soy como el árbol plantado juntos a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo y su hoja no cae y todo lo que hace prospera”

“Soy ese árbol fuerte, sano, vigoroso, bien nutrido, ni un solo cabello de mi cabeza cae, soy un hombre fructífero, productivo, y todo lo que hago prospera”

“Estoy a salvo sobre la roca”, “la roca es la palabra de Dios, y estoy a salvo en él”

Salmos 107: 20
“Por la palabra estoy libre del peligro, libre de la pobreza y de la enfermedad”

Cuando uno lee los salmos por lo general encuentra que los salmistas son proclamadores de palabras de confianza, de fe, de victoria, de prosperidad, de gozo y de alabanza”

Salmos 144: 12
“Nuestros hijos crecen sanos y nuestras hijos son hermosas como columnas labradas de un palacio”

Salmos 118: 6
“Dios está conmigo, él es mi escudo, no temo”.

Salmos 121
“Dios guarda mi salida y mi entrada”, “Él es sombra a mi mano derecha, el sol no me fatigará de día ni la luna de noche”, “Él guarda mi alma

Salmos 119: 134
“Estoy libre de toda violencia de los hombres”

Salmos 124: 7
“Mi alma escapó cual ave del lazo de los cazadores, el lazo está roto, soy libre, estoy fuera de todo peligro”

Salmos 127: 2
“Dios me da el sueño, porque soy su amado”, “Duermo tranquilo por las noches”

Salmos 128: 6
“Veré a los hijos de mis hijos”, “Vendré a mis padres en paz y seré sepultado en buena vejez” 

Salmos 130: 7
“Dios me ha dado abundante redención”, “He recibido perdón, misericordia, gracia y salvación”

La palabra salvación se traduce del griego como poner a alguien en un lugar seguro, sanar, y librar de peligros físicos. Bien, entonces “soy libre, estoy a salvo. Dios es mi salvación”.


Jorge Arevalo

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