El pasado Viernes, a días de celebrar la fiesta de la navidad, el joven Adam Lanza de
20 años acabó con la vida de 20 niños y 7 adultos en la escuela de Connecticuc,
minutos antes en su casa había acabado con la vida de su propia madre.
Dicen los medios que la razón de todo lo que hizo fue para vengarse del mundo y dejar huella en la historia.
Dicen los medios que la razón de todo lo que hizo fue para vengarse del mundo y dejar huella en la historia.
¿Vengarse del mundo? ¿Del mundo de qué? Hay otras formas de calmar cualquier sed de venganza y dejar huella en la historia y no tiene que ser con violencia.
Este tipo de episodios sangrientos dentro de las escuelas o lugares públicos como cines o iglesias ya se está volviendo frecuente en los Estados Unidos. Y nuestro país no está exento de estas cosas con sus otras formas de violencia propiciado también en su mayoría por jóvenes.
La pregunta es ¿Por qué suceden estas cosas? Hay por los menos tres factores básicos que hay que considerar partiendo del hogar:
- 1. Desintegración en la familia
La desintegración
familiar no es más que el rompimiento de la unidad dentro de la familia, que
significa que uno o más miembros dejan de desempeñar adecuadamente sus
obligaciones o deberes. Esto es causado generalmente por los divorcios o
separaciones.Tal era el caso de
la familia del homicida Adam Lanza. Se sabe que provenía de un hogar sin padre.
Tal vez esto era el motivo de su venganza del mundo.
El padre o la madre deben tomar conciencia que abandonar el hogar provoca severos daños psicológicos en sus hijos. Estos les guardarán rencor, verán alguna forma de vengarse algún día, o caerán en la depresión e intentarán quitarse la vida, como también buscarán otras alternativas nada saludables.
- 2. Carencia de afecto y límites
Un hogar donde ambos
padres están presentes., es un hogar con más posibilidades donde el niño
encuentre el balance entre el amor y los límites que salvaguardará su vida. Pero también hay de
los hogares donde los padres están presentes , pero encerrados en su propio
mundo, sin cumplir con la atención, el cuidado y el amor que los hijos
requieren. Todo esto tiene
consecuencias.
Un problema común ocurriendo hoy en día en la sociedad es la ausencia de padres debido a que ambos trabajan. Ya sea por la tendencia de este siglo o por necesidad económica, pero la ausencia de los padres en la vida emocional y afectiva de sus hijos y el poco o nada de control de sus acciones desencadenará en la adquisición de éstos en vicios como la droga, tabaco y alcohol o en embarazo precoz si son mujeres.
Un problema común ocurriendo hoy en día en la sociedad es la ausencia de padres debido a que ambos trabajan. Ya sea por la tendencia de este siglo o por necesidad económica, pero la ausencia de los padres en la vida emocional y afectiva de sus hijos y el poco o nada de control de sus acciones desencadenará en la adquisición de éstos en vicios como la droga, tabaco y alcohol o en embarazo precoz si son mujeres.
Un niño que recibe afecto y amor, normalmente es un hijo saludable, con muy buena autoestima de sí mismo. Es dadivoso, solidario y comunicativo con su prójimo. No es violento, tiene otras formas de solucionar los conflictos en la escuela y en el barrio.
- 3. Carencia de elogio
La carencia de elogio
puede llevar a los hijos a buscar identidad en las pandillas callejeras donde
pueden fácilmente generar espacios propios de liderazgo donde sean admirados,
respetados y elogiados por sus
compañeros y rivales.
El elogio es una necesidad emocional de los niños que hay que saber suplir, empezando por reconocer sus pequeños logros. Los hijos necesitan que sus padres aprecien su esfuerzo, valentía y perseverancia en la consecución de sus metas. De esa manera, ellos no buscarán dejar huella en el mundo a cualquier precio como vemos en el caso del joven homicida Adam Lanza.
- ¿Qué esperanza trae la Biblia a la familia?
En Malaquías 4:6
dice:
- «Él convertirá el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres; no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición» (RV2010)
La Biblia dice que Dios
puede hacer que una familia desintegrada vuelva a unirse, a ser fuerte. Que la
relación de los padres con los hijos y viceversa sea de lo mejor. Para que esto
suceda, debes permite a Jesús ser el Señor de tu hogar.
El dice en Apocalipsis 3:20
- «He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo»
Jorge Arévalo
Sección: Origen, Naturaleza y Consecuencias del Pecado
Catalogado en: VIOLENCIA
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