En Lucas 12.15 Jesús dice: «Y les dijo:
Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la
abundancia de los bienes que posee».
Jesús está hablando en este versículo de la avaricia. Dentro de este concepto están implícitos por lo menos tres puntos: La avaricia como el afán o deseo desordenado de poseer bienes, como una enfermedad del ahorro, y como mal propósito de vida.
Jesús está hablando en este versículo de la avaricia. Dentro de este concepto están implícitos por lo menos tres puntos: La avaricia como el afán o deseo desordenado de poseer bienes, como una enfermedad del ahorro, y como mal propósito de vida.
Analicemos estos tres puntos:
La avaricia es el afán o deseo desordenado de poseer bienes
La avaricia tiene una relación muy estrecha con la
codicia, porque codiciamos cuando deseamos desmedidamente dinero, poder y cosas
materiales. Y con este fin el avaro toma pasos concretos para poseer estas
riquezas sin que le importe el abuso que esto pueda representar para otros
seres humanos. Por tal razón es frecuente también que la avaricia aparezca
vinculada con otros pecados o delitos como la traición, la estafa y el soborno.
El avaro sólo pretende sumar más y más riquezas y
no conoce ningún límite legal o ético para cumplir con su objetivo. Si es
necesario perjudicar a otra persona o pasar por encima de la ley, el avaro está
dispuesto a hacerlo.
El filósofo Platón dijo:
·
“El hombre que no pone límites a su codicia,
siempre se le hará poco, aunque se vea señor del mundo”
El profeta Jeremías condenando a los avaros
dice: «A ti sólo te interesa el dinero y no te importa
cómo lo ganes. Con gran violencia robas y matas a gente inocente», Jeremías
22:17
La avaricia es una enfermedad del ahorro
El avaro se aparta de los demás, se encierra en sí mismo y se impone una
austeridad que va incluso en contra de sus necesidades vitales. Quien es avaro,
pretende acumular todo tipo de riquezas materiales y no está dispuesto a
gastarlas ni en sí mismo o compartirlas.
·
«Es una gran locura la de vivir pobre para morir
rico», Juvenal
·
«De nada sirve que una persona sea dueña de todo el
mundo, si al final se destruye a sí misma y se pierde para siempre», Lucas 9:
25
La avaricia como mal propósito de vida
El avaro hace del dinero o acumulación de bienes su propósito de vida. No tiene
otro propósito. Toda su energía, goce o felicidad en este mundo está basado en
sus riquezas o fortunas personales, si los pierde, pierde su vida.
Por tal motivo el avaro sacrifica horas de sueño velando por sus bienes porque vive con la obsesión del robo o del incendio.
Por tal motivo el avaro sacrifica horas de sueño velando por sus bienes porque vive con la obsesión del robo o del incendio.
·
«La avaricia y la paz se excluyen mutuamente»,
Erich Fromm
·
«Recuerden que la verdadera riqueza consiste en
obedecerme de todo corazón», Lucas 12:34 (TLA)
D.L Moody cuenta de un campesino rico del Estado de
Nueva York. Antes de su conversión era muy miserable. Poco después de que
aceptó a Cristo, se le presentó un pobre que había perdido todas sus posesiones
en un incendio. El campesino resolvió darle algunos comestibles, y pensó que
entre ellos le daría un jamón. Cuando iba a buscarlo, el Diablo le susurró al
oído: "Dale el más chico que tengas."
Luego de una lucha, el hombre sacó el jamón más
grande que pudo encontrar. Entonces el Diablo le dijo: "¡Eres un
tonto!". El campesino le dijo: "Mira, Diablo: si no te
callas, le voy a dar a este hombre todos los jamones que tengo en la
despensa."
Jorge Arévalo
7 pecados capitales
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