2 Crónicas
34:3 “A los ocho años de su reinado,
siendo aún muchacho, (Josías) comenzó a buscar al Dios de David su padre...”.
El buscar
a Dios es algo en que destaca el rey Josías, ya sea debido a su corta edad o
por su determinación de depender de la guía y sabiduría de Dios para tener que
actuar en justicia ante el pueblo y tener la fortaleza para evitar caer en los
abusos y tentaciones propias de quién ostenta el poder.
Cultivar la
espiritualidad es fundamental en el hombre que ejerce algún tipo de gobierno en
la sociedad de hoy. Jueces, gobernadores, alcaldes, padres, etc. están llamados a llevar una vida espiritual
donde tener que buscar a Dios sea una prioridad.
CS Lewis
dijo: “No tienes un alma. Eres un alma que tiene un cuerpo”.
El alma
así como el cuerpo necesita ser saciado. Y el alimento del alma es la búsqueda
de Dios en oración.
El Salmos Sal
34:4 dice: “Busqué a Jehová, y él me oyó, Y me libró de todos mis temores”.
El hábito
de la oración de un gobernante será fundamental para:
1.
Tomar decisiones sabias
A través
de la historia bíblica vemos que los jueces y reyes que consideraban la oración y la búsqueda de Dios
como algo sumamente importante en su vidas y decisiones se evitaron derrotas,
pérdidas, y más bien alcanzaron victorias y conquistas importantes a favor de sus
pueblos. La oración les generaba
sabiduría en el corazón a la hora de tener que decidir.
“Orar no
nos pone en forma para el gran trabajo; orar es el gran trabajo”, Oswald
Chambers
“Yo te
haré saber y te enseñaré el camino en que debes andar; te aconsejaré con mis
ojos puestos en ti. No seas como el caballo o como el mulo, que no tienen
entendimiento; cuyos arreos incluyen brida y freno para sujetarlos, porque si
no, no se acercan a ti”, Salmos 32:8-9
2.
Fortalecer el carácter
El abuso
del poder siempre ha sido un determinante en el que ejerce un gobierno. La
mayoría de las denuncias en los gobernantes hoy son por lo general por abuso de
autoridad. El carácter debe ser trabajado día a día. La mansedumbre debe ser
una característica primordial de nuestros líderes y esto se labra cuando somos
constantes en orar. El buscar a Dios apacigua el alma y lo prepara para estar
lúcido, sonriente y amable ante las personas a atender.
“La
oración cambia las cosas. Nos cambia a nosotros”, R.C. Sproul
“Porque
así dice el Alto y Sublime que vive para siempre, cuyo nombre es Santo: Habito
en lo alto y santo, y también con el contrito y humilde de espíritu, para vivificar el espíritu de los humildes y
para vivificar el corazón de los contritos”, Isaías 57:15
3.
Confianza para delegar
El delegar
funciones siempre ha sido una dificultad entre quienes alcanzan una posición de
gobierno. No existe la confianza, esto debido a la inseguridad propia del
corazón. El hombre de autoridad necesita orar, descansar en Dios y confiar que
se harán bien las cosas cuando delega sin sufrir traición alguna.
“La oración no es para cambiar los planes de Dios. Es para confiar y
descansar en Su soberana voluntad” — Martin Lutero
“En paz me acostaré, y asimismo dormiré; porque solo tú, Jehová, me
haces vivir confiado”, Salmos 4:8
4.
Ser lleno en el espíritu
El hombre
de gobierno que ora se llena del espíritu. Su alma es saciada para ser feliz y
tener contentamiento. No querrá robar, o cometer actos corruptos. Estará
contento con el pago justo de su trabajo y considerará su posición de autoridad
como un privilegio de servicio al prójimo.
“Nuestras
necesidades son tan profundas que no debemos cesar de orar hasta que estemos en
el cielo”, Charles Spurgeon.
“Los leoncillos necesitan, y tienen hambre;
Pero los que buscan a Jehová no tendrán falta de ningún bien”, Sal 34:10
Este es el
hombre que dejará legado, que hará historia. Un líder espiritual marcará una
diferencia. Josías el rey reformador más joven de Israel fue esa clase de rey.
Jorge Arévalo
La espiritualidad del gobernante
De la serie: Josías el reformador más joven de Israel
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