Los jóvenes del país requieren
de oportunidades para formarse y proyectar su vida hacia un futuro mejor. Ellos
son el motor de la economía, la fuerza, inteligencia y sagacidad. Se requiere
que se les apoye en todo sentido. El estado debe estar al servicio de cada uno
de sus vidas propiciando un clima en que puedan desarrollarse y surgir. A
través de estos capítulos hemos visto programas desde diferentes políticas en
que podemos conceder los espacios desde donde puedan participar.
Empleo
Se necesita tener activos los
programas de empleabilidad juvenil para asegurarles una educación y formación
para el trabajo. Entre los programas sugeridos en esta área estaban los de “Jóvenes
Productivos”, la Semana de Empleo en sus distritos, la bolsa de trabajo y la
asesoría en búsqueda de empleo, el certificado único laboral, el servicio de
orientación vocacional e información ocupacional (SOVIO), programa “Ponte en
Carrera”, Programa Educativo Exportador, Sunarp Emprendedor, el Servicio Militar
Voluntario y el programa Chambita Joven.
Educación
En cuanto a educación,
sugerimos fomentar el acceso a la formación técnica y profesional, que estén
vinculadas al desarrollo local y regional entre los cuales estaban las carreras
que ofrecen los Cetpro (Centro de trabajo técnico productivo), el
aprovechamiento de los diferentes tipos de becas que ofrece PRONABEC (Programa
Nacional de Becas y Crédito Educativo), especialmente los de BECA 18 para los de menos recursos. A la par que las
Apafas y las Instituciones Educativas trabajen el tema del desarrollo de
cualidades y valores de los hijos a través del programa Escuela para Padres desde
un enfoque sugerido por el programa Familias Fuertes “Amor y Límites”.
Salud Mental
Debido a los muchos problemas
generados por jóvenes atrapados por el alcohol, drogas, pandillas y barras
bravas, se sugirió el incentivo del deporte, los servicios diferenciados de
atención integral de salud para los adolescentes, el programa de consejería
ofrecido por las iglesias de la comunidad, la creación de espacios como el
Centro de Desarrollo Juvenil o Casas de la Juventud para el fomento de las
artes y danzas, teatro, música, y todo lo que involucre la animación socio
cultural. También hablamos del programa de sensibilización “Consecuencias”, que
es un programa que utiliza las horas de tutoría para concientizar a los jóvenes
respecto los peligros de las adicciones y los grupos violentos ayudándoles a
crear un proyecto de vida y mejorar sus relaciones interpersonales entre sus pares.
Por tal razón debían fomentarse los campeonatos, olimpiadas y paseos donde
desarrollarían una sana convivencia y practicaran una cultura de paz.
Participación
Se mencionó que los jóvenes
debían proyectarse a ser los protagonistas del cambio del país, especialmente en
cuanto a su desarrollo económico y espiritual. A través de las Escuelas de
Líderes se levantarían los nuevos emprendedores, esa población económicamente
activa (PEA) que se levantara como un ejército bien entrenado y motivado a
conquistar su futuro superando la pobreza en sus propias vidas. La
participación de los jóvenes en la Escuela de Líderes les daría esta clase de
formación que no miren al Estado como su Papá Dios, sino que cada uno de ellos
desarrolle una visión independiente de bienestar que afecte su vida y familia. Los
cursos, talleres y conferencias sobre economía libre contribuirían en esto.
También mencionamos programas
específicos que busquen ser alternativas al accionar de las barras bravas y las
pandillas entre éstos el programa preventivo de las Patrullas Juveniles y el
Club de amigos de la PNP (Policía Nacional del Perú), que debían ser
fortalecidos. Los jóvenes necesitan de nuevas asociaciones donde tengan ocupaciones
sanas y productivas y estos programas creados desde el Ministerio del Interior proveen
ese tipo de ambiente, ahi aprenden a forjarse como hombres de paz y de bien,
además de relacionarse para hacer una fuerza que los impulse hacia su propia
prosperidad.
Finalmente, mencionamos los
programas de Justicia Juvenil Restaurativa como una manera de compensar a las
víctimas, el programa de Fiscales escolares para prevenir y disminuir las infracciones, faltas y delitos desde
los centros educativos y el servicio de información, orientación y consejería “Habla
Franco”, donde tienen a disposición profesionales que puedan orientarlos en sus
problemas.
La tarea es ardua, pero
apasionante si existe el compromiso de velar por ellos (as). Desde las
instituciones como el estado, la iglesia, las asociaciones civiles y
empresariales proponemos ser un aliado estratégico para esa familia que busca
su paz y bienestar en la sociedad.
Dios bendiga el Perú y a los jóvenes.
Jorge Arévalo
CONSIDERACIONES FINALES
Serie: “Gestión Pública de Juventudes”
Voy a comprar el libro, me parece muy enriquecedor y trascendental este tema para el futuro del País.
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