Se trata del despojo de una propiedad en nombre de la ley, el de Nabot por parte de Acab, rey de Israel. Una tremenda injusticia por la manera en que lo hizo. Lo leemos en la Biblia, en 1 Reyes capítulo 21 (Vs 2) “Dame tu viña para que me sirva como huerto de verduras… y yo te daré por ella otra viña mejor que ésta… o te pagaré su precio en dinero ”. El negocio que el rey Acab propone a Nabot a simple vista parece bueno. Una venta o un intercambio de bienes en que ambas partes ganan no es nada malo. Por un lado el rey tendría su huerto de verduras y Nabot una viña mejor. No se trataba de un juego de suma cero. Por otro lado, ¿por qué no aceptar la propuesta si venía del rey? Pero vemos que Nabot luego de considerarlo decidió no acceder la propuesta. (vs 4) dice que el rey “…se fue a su palacio enojado y triste. Después se acostó en su cama mirando hacia la pared y no quiso comer”. Aquí entra en escena Jezabel, la esposa reina o primera dama como lo diríamos