Si quieren gozar de la vida y vivir una vida feliz, dejen de hablar mal
de otros y de andar diciendo mentiras; aléjense del mal y hagan lo bueno, y procuren
vivir siempre en paz, (Salmos 34:12-14, TLA).
La receta para una vida feliz contiene cinco ingredientes según el autor de este Salmo, el rey
David. Veámoslo:
No andar hablando mal
de otros (vs 13ª)
Este consejo no es tan fácil de aplicarlo en la vida, en vista de la
tendencia propia del ser humano de ponerse por encima del prójimo, de mostrarse
superior al otro a costa de hablar mal de la persona.
Jesús dijo en Lucas 6:37: “No juzguéis, para que no seáis juzgados”. Lo que
Jesús condenó aquí en este versículo, es una condenación que no perdona: un
espíritu hipercrítico, farisaico y vengativo que busca continuamente descubrir
las faltas de los demás al tiempo que pasa por alto los pecados
propios. La advertencia de Jesús contra este tipo de juicio hace hincapié
en que cualquier medida que usemos para juzgar a otras personas será usada
contra nosotros. Él dijo: "Porque con la medida con que midáis, se os
volverá a medir", Lucas 6:38.
No decir mentiras de nadie (vs 13b)
Este hecho de decir mentiras de su prójimo es muy reprobable en la
sociedad misma, hasta tiene penalización. No se puede fácilmente atentar contra
la honra de alguien sólo porque que no le cae, o tiene algo que le apetece o
por cualquier otra razón. La Biblia condena duramente este acto malévolo,
codicioso, vengativo hacia el semejante.
Alejarse del mal (vs
14ª)
Si se quiere gozar de la vida y ser feliz uno debe alejarse de todo mal.
Nadie está libre de cometer errores, esto es cierto. La idea de este Salmo es
alejar el pie del barro, limpiarse los zapatos y enrumbar la senda. Esto se
conoce como arrepentimiento en la Biblia. Un cambio de mente. Decidir vivir de
manera honesta e íntegra traerá su buena recompensa.
¿Qué es lo malo que te está afectando? Aléjate pronto de ese mal
antes que te quedes perdido en un camino sin retorno.
Hacer lo bueno (vs
14b)
Hay mucho más por hacer de lo bueno que lo malo en este mundo. Como
seres creados a imagen y semejanza de Dios tenemos una capacidad innata de ser
creativos. Bien, usemos nuestro raciocinio para proyectar un trabajo de bien
con que podemos contribuir a la salvación de nuestro prójimo.
Procurar vivir
siempre en paz con todos (vs 15c)
Es lo ideal de Dios para sus hijos. Una de las bienaventuranzas que
Jesús enseñó es la de ser “pacificadores”. En un mundo de tanto conflicto y
violencia, esto de ser pacificadores es como ser bomberos que apagan incendio.
Una familia para ser fuerte necesita un líder cabeza de hogar que
establezca la paz, igual un pueblo o nación próspera necesita un líder que
tiene una ideología de paz para que respete los derechos básicos del ser humano
que es la vida, la libertad y propiedad.
Para gozar de la vida y vivir una vida feliz el rey David nos aconseja procurar vivir siempre en paz. Esto implica también estar libres de deudas y
evitar todo otro tipo de opresiones en la vida.
Estamos destinados al éxito.
Jorge Arévalo
Sección: Fe y espiritualidad
Extracto del Libro “Destinados al éxito”.
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