“Amado,
yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así
como prospera tu alma” (3 Juan 2)
Según
vemos en este texto, el deseo de Juan el apóstol era que su amigo Gayo fuera
prosperado en todas las áreas y éstas incluyen:
·
Todas las cosas (materiales)
·
Salud
·
Prosperidad espiritual
Este
triple deseo de bendición está sustentada en la Palabra de Dios, pues, es el
deseo del Dios Creador que sus hijos reciban estas bendiciones en cada una de
estas áreas. Veámosla una por una:
1.
Prosperado en todas las cosas (Versión Reina Valera 1960)
Éstas
pueden incluir desde los aspectos básicos como el alimento, el vestido, vivienda,
el carro que en nuestros tiempos ya no es un lujo sino una necesidad para los
que vivimos en ciudades grandes como Lima. Así como también asuntos de
negocios, proyectos financieros, intercambio comerciales u otros que están
relacionados con nuestro trabajo y productividad. El apóstol Pablo enseña en
Efesios 4.28 que trabajemos, “haciendo con nuestras manos lo que es bueno, para
que tengamos qué dar al que padece necesidad”. Se concluye, que Dios desea
bendecir y prosperar la obra de nuestras manos con la finalidad de ser
instrumentos de bendición para los que sufren, antes incluye primero la
provisión para los de nuestra casa que es la primera responsabilidad. Es mi
oración que seas bendecido y multiplicado financieramente.
2.
Salud
Cuando
Jesús estuvo en la tierra, él se preocupó por todos los enfermos y sanó a
muchos de ellos. Hechos 10. 38 dice: “Cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y
con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a
todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él”.
Hoy
más que nunca se nos recomienda cuidar la salud, están de moda las recetas
vegetarianas, recomendaciones de ejercicios o escapadas a ambientes de aire puro.
Cuidar la salud es nuestra responsabilidad. Dios no hará por nosotros lo que
nos toca hacer. Él desea vernos fuertes y saludables, muestra de ello es que en
la cruz de Cristo hizo la provisión de sanidad para nuestros cuerpos. El
profeta Isaías declara: “… y por sus llagas fuimos nosotros curados”. Créelo y
confiésalo con tu boca que eres sano por esas llagas.
3.
Prosperado en lo espiritual (“Así
como prospera tu alma”)
La
salud del alma es más que importante. En nuestro tiempo la vida se ha vuelto
más acelerada, las presiones por alcanzar realización son más fuertes. El
estrés es el enemigo a vencer en la vida diaria. Dios desea que andemos con paz
en el corazón. En la carta a los Filipenses capítulo 4 versos 6 y 7, Pablo invoca a los fieles que “Por nada estéis
afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda
oración y ruego, con acción de gracias… y luego afirma: “Y la paz de Dios, que
sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros
pensamientos en Cristo Jesús”.
Ahí
está el meollo del asunto: La paz de Dios hará el trabajo de guardar nuestros
corazones y nuestras mentes. Pero esa paz para la salud espiritual y emocional
de nuestras vidas viene como producto de la oración.
La
oración del justo puede mucho nos dice Santiago el apóstol. Juan ora por su
amigo Gayo que Dios le conceda la prosperidad en todas las áreas. Es la oración
del Espíritu Santo por su iglesia, “que estén enriquecidos en todo para toda liberalidad,
la cual produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios”.
Y
es también mi oración por ti que el Altísimo te haga sobreabundar en bienes, y
en toda clase de frutos.
Jorge Arévalo
Oración por
prosperidad
Serie: “Versículos y
pasajes edificantes de la Biblia”
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