Nuestras convenciones tienen un lema: “Transformando Comunidades”, y tienen el propósito de fortalecer la vida espiritual de la iglesia y líderes alrededor de la comunidad Rocafuertina, además pensamos en el factor productivo, llevamos ideas de producción e incentivamos a la generación de mayores recursos económicos para las familias de la zona. El tema de los niños nos preocupa pues, al no haber mayores ingresos en los padres tampoco hay posibilidades de que los hijos accedan a una mejor educación. La realidad se presta entonces para el aumento de tráfico sexual en la zona.
En este tiempo estamos orando y buscando gestionar proyectos de desarrollo económico a favor de los pueblos del distrito que en conjunto con la evangelización contribuya a mejorar la calidad de vida de las familias y por ende de los niños. Nos gustaría ver la producción especializada de productos y crianzas propias de la zona que con apoyo del gobierno puedan exportarse a países ricos donde exista la demanda. Nos gustaría ver que el Ministerio de Educación instale Centros Productivos de Trabajo (Ceptro) para los jóvenes que están en la secundaria y éstos no tengan necesidad de migrar a otras ciudades. El talento y las posibilidades para estos pueblos se queden allí con su propia gente y puedan recibir los beneficios de la capacitación y asesoría de los expertos para el desarrollo de comunidades.
En cuanto a mayor bienestar soñamos con la construcción de diques que tengan el poder de desviar el cauce del majestuoso río para evitar la inundación y la tierra pueda producir durante todo el año. Estamos mirando un puerto alumbrado con una plaza con bancas que haga fácil la visibilidad de los barcos que pasan por el río. Miramos por un muelle donde cada familia tenga estacione sus propios botes.
Visionamos un pueblo con distracciones sanas, con desarrollo de competencias deportivas, concursos de talentos en música y danzas que sea de plataforma para los jóvenes para que se muestren y salgan a competir y conocer las ciudades.
Queremos ver a los niños sonreír teniendo un mejor futuro, a las familias llorar pero no por las situaciones difíciles por la que atraviesan, sino por el cambio, por la transformación real producida por un evangelio poderoso que se traduce en mejores viviendas con habitaciones divididas, baños y cocinas nuevas, por una tierra ocupada en la producción, con agua potable en sus caños, luz eléctrica las 24 horas al día, desague apropiado para sus desechos y eso sumado a la vista privilegiada del río y la vegetación que los permita suspirar y alabar a Dios por haberse acordado de ellos y dado bienestar a sus vidas.
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Jorge Arévalo
Misiones a la Amazonia
13 – 15 Noviembre 2018
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