Revisando el manual de Familias Fuertes, un
programa basado en el Strengthening Families Program de la Universidad estatal
de Iowa encuentro 7 importantes consejos sobre cómo alcanzar ser una
familia fuerte.
Todos los padres nos trazamos objetivos y sueños para con nuestros hijos. Queremos que ellos posean cualidades destacables como ser respetuosos, honestos, obedientes, etc. Pero estos objetivos se consiguen con amor y límites.
Una crianza demasiada estricta resultará en rebeldía, baja autoestima y dolor por parte de los hijos. Una crianza demasiada blanda, resultará en vergüenza para los padres ya que los hijos se acostumbrarán a hacer lo que quieren, se acostumbrarán a mandar y faltar el respeto en la casa. Amor y límites es el balance.
Los adolescentes y jóvenes están experimentando cambios propios de su edad y por lo general se vuelven respondones y rebeldes además quieren estar más tiempo solos y gozar de más independencia. Por tal motivo, hay una necesidad de establecer reglas claras en casa. Las reglas designan las tareas y responsabilidades que tiene el hijo en cuanto a la casa, con sus tareas en la escuela y sus amigos del barrio. Cuando rompen las reglas existe la necesidad de tratar inmediatamente el asunto, no dejar pasar el tema, pero cuidando de no alterarse. Para eso se debe usar una fórmula exitosamente probada por los expertos. Es el uso de afirmaciones tales como: “Estoy… cuando… porqué… me gustaría que”.
Un ejemplo: “Estoy molesto, cuando tú no sacas la basura, porque la basura apesta, me gustaría que la sacaras ahora mismo”.
Cuando los hijos empiezan a mostrar logros aunque sean pequeños se requiere estimularlos, es decir, premiar su obediencia e iniciativas, estableciendo una relación positiva con sus vidas.
De la misma manera, cuando no hay sujeción a las reglas, es decir, cuando existe la desobediencia debemos de hacer uso de los castigos y sanciones. Lo que debemos hacer es quitarles ciertos privilegios, pero debemos cuidarnos de que la sanción sea acorde a la falta. Faltas graves como robar, mentir, fumar drogas merecen sanciones más fuertes.
Una de las cosas fundamentales de cómo ser una familia fuerte es escuchar a los hijos. Saber escucharles traerá paz y confianza en el hijo. Es menester prestar atención a sus sentimientos con afirmaciones como: “Debes estar sintiendo…” Y propiciar el diálogo, que el chico se extienda con su historia. No saber escucharles puede traer consecuencias graves. Los niños cuando no satisfacen sus necesidades de amor, protección, elogio o perdón buscarán satisfacer sus necesidades básicas con cosas negativas que luego podemos lamentar.
El deber de los padres es proteger a los hijos contra el abuso del tabaco, alcohol, drogas y conductas sexuales de riesgo entre los jóvenes. Para esto debemos poner en práctica una fórmula para vigilarlos. Cuando los hijos adolescentes van a salir a la calle los padres deben hacer unas sencillas interrogantes como: ¿Qué? ¿Dónde? ¿Quién? ¿Cuándo? Ejemplo: ¿Qué vas a hacer?; ¿Dónde vas a ir?; ¿Con quién estarás?; ¿Cuándo o a qué hora vas a regresar? De no recibir respuestas a estas preguntas se recomienda a los padres ponerse firmes en no conceder el permiso.
Es importante lograr que los hijos sigan interesado en los estudios. Un joven que estudia tiende a desarrollar un proyecto de vida que lo librará de malas asociaciones por delante. Y con esto la sociedad gana un buen líder en el futuro.
Los padres no están solos en esta responsabilidad, en la comunidad existen instituciones donde buscar ayuda cuando lo necesiten. Por ejemplo el gobierno local por lo general tiene por lo general un departamento de educación, cultura y deportes donde se realizan talleres, cursos, arte, deportes y entretenimiento que pueden ocupar a nuestros hijos haciendo cosas productivas. Lo mismo la iglesia y su área de jóvenes, donde pueden recibir consejería espiritual, instrucción en valores, aprender lo que es amar a Dios y al prójimo. Asimismo los padres pueden asistir a seminarios y cursos sobre matrimonio que fortalezcan su relación conyugal.
Jorge Arévalo
Sección: FAMILIA
1.
USAR AMOR Y LÍMITES
Todos los padres nos trazamos objetivos y sueños para con nuestros hijos. Queremos que ellos posean cualidades destacables como ser respetuosos, honestos, obedientes, etc. Pero estos objetivos se consiguen con amor y límites.
Una crianza demasiada estricta resultará en rebeldía, baja autoestima y dolor por parte de los hijos. Una crianza demasiada blanda, resultará en vergüenza para los padres ya que los hijos se acostumbrarán a hacer lo que quieren, se acostumbrarán a mandar y faltar el respeto en la casa. Amor y límites es el balance.
2.
ESTABLECER LAS REGLAS DEL HOGAR
Los adolescentes y jóvenes están experimentando cambios propios de su edad y por lo general se vuelven respondones y rebeldes además quieren estar más tiempo solos y gozar de más independencia. Por tal motivo, hay una necesidad de establecer reglas claras en casa. Las reglas designan las tareas y responsabilidades que tiene el hijo en cuanto a la casa, con sus tareas en la escuela y sus amigos del barrio. Cuando rompen las reglas existe la necesidad de tratar inmediatamente el asunto, no dejar pasar el tema, pero cuidando de no alterarse. Para eso se debe usar una fórmula exitosamente probada por los expertos. Es el uso de afirmaciones tales como: “Estoy… cuando… porqué… me gustaría que”.
Un ejemplo: “Estoy molesto, cuando tú no sacas la basura, porque la basura apesta, me gustaría que la sacaras ahora mismo”.
3.
FOMENTAR LA BUENA CONDUCTA
Cuando los hijos empiezan a mostrar logros aunque sean pequeños se requiere estimularlos, es decir, premiar su obediencia e iniciativas, estableciendo una relación positiva con sus vidas.
4.
EL USO DE LAS CONSECUENCIAS
De la misma manera, cuando no hay sujeción a las reglas, es decir, cuando existe la desobediencia debemos de hacer uso de los castigos y sanciones. Lo que debemos hacer es quitarles ciertos privilegios, pero debemos cuidarnos de que la sanción sea acorde a la falta. Faltas graves como robar, mentir, fumar drogas merecen sanciones más fuertes.
5. ESTABLECER VINCULO
Una de las cosas fundamentales de cómo ser una familia fuerte es escuchar a los hijos. Saber escucharles traerá paz y confianza en el hijo. Es menester prestar atención a sus sentimientos con afirmaciones como: “Debes estar sintiendo…” Y propiciar el diálogo, que el chico se extienda con su historia. No saber escucharles puede traer consecuencias graves. Los niños cuando no satisfacen sus necesidades de amor, protección, elogio o perdón buscarán satisfacer sus necesidades básicas con cosas negativas que luego podemos lamentar.
6.
CONSTRUIR PUENTES
El deber de los padres es proteger a los hijos contra el abuso del tabaco, alcohol, drogas y conductas sexuales de riesgo entre los jóvenes. Para esto debemos poner en práctica una fórmula para vigilarlos. Cuando los hijos adolescentes van a salir a la calle los padres deben hacer unas sencillas interrogantes como: ¿Qué? ¿Dónde? ¿Quién? ¿Cuándo? Ejemplo: ¿Qué vas a hacer?; ¿Dónde vas a ir?; ¿Con quién estarás?; ¿Cuándo o a qué hora vas a regresar? De no recibir respuestas a estas preguntas se recomienda a los padres ponerse firmes en no conceder el permiso.
7.
CONECTAR CON LA COMUNIDAD
Es importante lograr que los hijos sigan interesado en los estudios. Un joven que estudia tiende a desarrollar un proyecto de vida que lo librará de malas asociaciones por delante. Y con esto la sociedad gana un buen líder en el futuro.
Los padres no están solos en esta responsabilidad, en la comunidad existen instituciones donde buscar ayuda cuando lo necesiten. Por ejemplo el gobierno local por lo general tiene por lo general un departamento de educación, cultura y deportes donde se realizan talleres, cursos, arte, deportes y entretenimiento que pueden ocupar a nuestros hijos haciendo cosas productivas. Lo mismo la iglesia y su área de jóvenes, donde pueden recibir consejería espiritual, instrucción en valores, aprender lo que es amar a Dios y al prójimo. Asimismo los padres pueden asistir a seminarios y cursos sobre matrimonio que fortalezcan su relación conyugal.
Jorge Arévalo
Sección: FAMILIA
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