Según la investigación de Barómetro de las Américas 2017, el Perú se
ubica en el segundo lugar del ranking de los países con la tasa más alta de
víctimas de la delincuencia, superado sólo por Venezuela. Esto es realmente muy
preocupante. La seguridad ciudadana es tarea de todos reza el dicho, pero son las
familias las que básicamente deben cumplir el rol esencial de educación y prevención
de violencia en los hijos desde la forma de crianza en el hogar.
La crianza estricta como dije en mi anterior artículo sólo da como
resultado frustración y rebeldía en el hijo/a. Los padres que se enojan mucho
deben procurar reaccionar con más tranquilidad, recordando a los hijos los
límites y aplicando las consecuencias por no respetarlos pero sin tener que
recurrir a gritos y reproches.
Por otro lado el modelo de crianza blanda o permisiva traerá como
resultado niños impulsivos, que más tarde abusarán de sustancias, tenderán a la
baja estima y a un desinterés general por las cosas buenas de la vida. Los padres
permisivos no deben tener la menor duda de aplicar el castigo sobre sus hijos cuando
deben hacerlo y deberían intentar hablarles con sinceridad sin el temor de que se
molesten.
La mejor forma de criar a los hijos es usando AMOR Y LÍMITES. Los
estudios sobre crianzas exitosas han demostrado que los niños se desarrollan
mejor cuando sus padres se encuentran en el justo medio y además tienen reglas
claras que se deben cumplir en casa considerando los sentimientos de los hijos
y demostrándoles amor y respeto. El resultado de este modelo de crianza
balanceada resultará en hijos con una alta autoestima, seguridad en sí mismo, que
serán líderes asertivos y prudentes.
Un juez de menores de Granada, España, de nombre Emilio Calatayud, ha
publicado un libro “Reflexiones de un juez de menores” en el que incluye un
decálogo para formar un delincuente. Estos consejos en forma sarcástica por
supuesto es todo lo contrario a lo que debemos de hacer como padres.
1. Comience desde la infancia dando a su hijo todo lo que pida. Así
crecerá convencido de que el mundo entero le pertenece.
2. No se preocupe por su educación ética o espiritual. Espere a que
alcance la mayoría de edad para que pueda decidir libremente.
3. Cuando diga palabrotas, ríaselas. Esto lo animará a hacer cosas más
graciosas.
4. No le regañe ni le diga que está mal algo de lo que hace. Podría
crearle complejos de culpabilidad.
5. Recoja todo lo que él deja tirado: libros, zapatos, ropa, juguetes.
Así se acostumbrará a cargar la responsabilidad sobre los demás.
6. Déjele leer todo lo que caiga en sus manos. Cuide de que sus platos,
cubiertos y vasos estén esterilizados, pero no de que su mente se llene de
basura.
7. Riña a menudo con su cónyuge en presencia del niño, así a él no le
dolerá demasiado el día en que la familia, quizá por su propia conducta, quede
destrozada para siempre.
8. Dele todo el dinero que quiera gastar. No vaya a sospechar que para
disponer del mismo es necesario trabajar.
9. Satisfaga todos sus deseos, apetitos, comodidades y placeres. El
sacrificio y la austeridad podrían producirle frustraciones.
10. Póngase de su parte en cualquier conflicto que tenga con sus
profesores y vecinos. Piense que todos ellos tienen prejuicios contra su hijo y
que de verdad quieren fastidiarlo.
Reflexionemos como padres:
(extraído del Manual Familias Fuertes):
Para abordar los problemas, usted espera hasta que se ha calmado. Aplica
sanciones cuando su hijo se comporta mal. ¿Hace esto rara vez, a veces o a
menudo?
Hacen cosas divertidas juntas, como familia. ¿Hacen esto rara vez, a
veces o a menudo?
Se asegura de que su hijo hace la tarea escolar. ¿Hace esto rara vez, a
veces o a menudo?
Elogia al niño cuando procede correctamente. ¿Hace esto rara vez, a
veces o a menudo?
Lo abraza o le dice “te amo”. ¿Hace esto rara vez, a veces o a menudo?
Jorge
Arévalo
Sección
Familia y Sociedad
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