“Hablo que este es el día que hizo el Señor, para que me goce y para que lo disfrute en Él, viendo su salvación” (Salmos 118:24)
“Él envía sus ángeles alrededor
de mí para que me protejan y me guarden” (Salmos 34:7)
“El Señor es mi pastor, nada
me falta” (Salmos 23:1)
“Aunque ande en valle de
sombra de muerte no temo mal alguno, porque tú mi Dios estás conmigo” (Salmos
23: 4)
“Por sus heridas en su cuerpo,
yo fui curado. Jesús ha llevado todas mis enfermedades y dolencias” (Isaías
53:5)
“Dios me prospera en todas las
cosas, así como en mi salud y prospera mi alma” (3 Juan 2)
“Yo habito al abrigo del
Altísimo y moro bajo la sombra del Omnipotente” (Salmos 91:1)
“No me sobrevendrá mal, ni
plaga toca mi morada, pues a sus ángeles envía cerca de mí que me guarden en
todos mis caminos” (Salmos 91:11)
“En este día invoco su nombre,
y él me responde, conmigo está en la angustia; me libra y me glorifica, me sacia de larga vida, y me
muestra su salvación” (Salmos 91: 15-16)
“Yo iré a mis padres en paz, y
seré sepultado en buena vejez” (Génesis 15:15)
“No moriré, sino que viviré y
contaré las obras del Señor mi Dios” (Salmos 118:17)
“Nada me separará del amor de
Cristo, ni tribulación, ni angustia, ni persecución, ni hambre, ni desnudez,
peligro o espada… antes en todas estas cosas soy más que vencedor por medio de
Jesucristo” (Romanos 8: 35, 37)
“Todo lo puedo en Cristo que
me fortalece” (Filipenses 4:13)
“El Señor pelea por mí, y yo estoy
tranquilo” (Éxodo 14:14)
“Por nada estoy afanoso, decido poner delante de Dios mis peticiones con toda oración y ruego y con acción de
gracias, y la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento guarda mi corazón y
mi mente en Cristo Jesús” (Filipenses 4: 6-7)
“El Señor es mi Jehová Nisi,
Él pelea por mí en mis batallas” (Éxodo 17.15-16)
“Él es Jehová Salom, mi Dios
de paz, quién me dice en este día: Paz a ti, no morirás” (Jueces 6:23-24)
“Dios es mi amparo y
fortaleza, mi pronto auxilio en las tribulaciones” (Salmos 46:1)
“El Señor es mi luz y
salvación, ¿de quién temeré?, el Señor es la fortaleza de mi vida, ¿de quién he
de atemorizarme” (Salmos 27: 1)
“Cuando se juntaron contra mí
los malignos, mis angustiadores y mis enemigos para comer mis carnes, ellos
tropezaron y cayeron, aunque un ejército acampe contra mí, no temeré, aunque
contra mí se levante guerra, yo estaré confiado” (Salmos 27: 2-3)
“Alzaré mis ojos a los montes,
¿de dónde vendrá mi socorro?, mi socorro viene del Señor, que hizo los cielos y
la tierra, no dará mi pie al resbaladero ni se dormirá el que me guarda”
(Salmos 121: 1-3)
“El Señor me guarda de todo
mal, él guarda mi alma. El Señor guarda mi salida y mi entrada desde ahora y
para siempre” (Salmos 121: 8)
“Dios no me dado espíritu de cobardía,
sino de poder, amor y dominio propio” (2 Timoteo 1:7)
“Mayor es Jesús que está en
mí, que el que está en el mundo” (1 Juan 4:4)
“Jesús me ha dado potestad de
hollar serpientes y escorpiones y toda fuerza del enemigo, y nada me dañará. Y es
algo que hago ahora. En el nombre de Jesús, echo fuera de mi cuerpo todo
espíritu de enfermedad. Echo fuera toda dolencia. Soy sano en el nombre de
Jesús” (Lucas 10:19, Marcos 16: 17)
“En paz me acostaré, y así
mismo dormiré; porque solo tú mi Señor, me haces vivir confiado” (Salmos 4:8)
Jorge Arévalo
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