miércoles, 13 de marzo de 2019

CÓMO EVITAR MALAS POSTURAS Y MULETILLAS



1.       Postura
La postura habla de ti, dice mucho acerca de tu personalidad. A través de la postura comunicamos, demostramos lo que somos y cómo nos sentimos.

Algunos consejos esenciales para tener cuidado de nuestra postura: 
·         Parada firme. Tus pies deben apuntar al público, evitar el cruce de ella al estar apoyado en el atril. 
·         Debes estar erguido pero con posición relajada. La postura comunica la actitud. Una postura caída o cabizbaja habla de inferioridad y derrota. En cambio una erguida habla de presencia, confianza, seguridad y victoria. 
·         Si caminas debes hacerlo de manera firme, con la mirada al frente hacia las personas, no miradas vagas, a los pies por ejemplo. Controla tus pasos. 
·        Si estás sentado, la postura debe ser recta aunque también relajada. Deberás estar apoyado al espaldar de la silla. Las damas con las piernas cruzadas, lo que es lo normal para ellas.

2.      Muletillas
Las muletillas son aquellas palabras que se repiten una y otra vez hasta el cansancio. Es algo que se dice recurrentemente, por lo general, de manera inconsciente.  Ejemplo: “este…”, “eh…”, “a ver…”, “¿se entiende?”, “¿no?”, “¿Sí?”, “ok”, “Pero…”, “¿Sabes qué?”, “Verdaderamente”, “En verdad”, etc.

¿Cómo evitamos las muletillas?
 Comparto algunos consejos al estilo de Daniel Colombio, reconocido profesor del arte de la oratoria: 
Frena y haz la pausa. Tómate uno o dos segundos. Los silencios en oratoria son tan válidos como en la música. Haz esto para que te tomes el tiempo de retomar la idea y continuar con la que sigue. No es fácil por supuesto. Se necesita estar consciente de este defecto.
Utilizar frases puente. Estas sirven para acentuar las ideas. Ejemplos: “Además”, “De igual forma”, “Me interesa resaltar que”, “Quisiera enfatizar”, “Para avanzar”, “tal como hemos visto”, etc.  Estas frases son construcciones gramaticales que permiten continuar transmitiendo contenido sin hacer quedar ningún vacío o hueco en el mensaje que dé lugar a la aparición de la muletilla.  
Repite la última palabra del párrafo anterior. Aquí enfatizas la última palabra que dijiste, haces una pausa (de uno o dos segundos), y retomas nuevamente repitiendo la palabra pero con otra entonación. Ejemplo: “… y de esta forma concluimos esta parte del proyecto”, (Pausa aquí). Y retomas con otro tono: “Esta parte del proyecto requiere que ahora pasemos a analizar…”
Lo que estás haciendo aquí es establecer una comunicación entre la anterior y la presente, cerrando de esta manera la posibilidad de dar lugar a las molestas muletillas. Lo lograrás con la práctica. 
Enfoca tus ideas antes de seguir hablando.  Se puede observar que la muletilla aparece cuando tu mente queda en blanco. En ese instante se debe hacer la pausa breve y buscar enfocar el tema nuevamente en el cerebro y continuar la idea. Ayudará mirar el bosquejo de tu mensaje que seguramente lo tienes delante de ti, en el atril. Se recomienda que cuando salgas de una pequeña pausa tu tono de voz sea un poco más arriba que la última frase, que se note la diferencia. 
No temas si no te sale la palabra precisa. Si de pronto olvidas una palabra exacta que redondea la idea de tu mensaje, puedes decirlo a tu público, ellos gustosamente te lo recordarán. Estos gestos de humildad por parte del orador crea la empatía con el auditorio, eso no quiere decir que lo hagas a propósito. 
Si te equivocas sigue. Como se dijo anteriormente, cuando te equivocas, o tu mente quede en blanco, lo mejor que puedes hacer es entrar a una pausa de silencio. O en todo caso, asumir que te equivocaste y continuar. 
Aprovecha en recibir el feedback del público. Cuando no logras hilvanar una idea y corres el riesgo de sacar la muletilla, puedes aprovechar el momento de lanzar una pregunta retórica o una afirmación, de estas que tu público tiene que responder con un sí, con un no, o con un  amén. 
Enriquece tu vocabulario, lee. Las muletillas por lo general vienen debido a un escaso vocabulario. Por tal razón, debes leer bastante. Al leer sobre todo obras literarias, irás enriqueciéndote con más palabras que te saldrán de manera natural cuando estés dando tu discurso.

Jorge Arévalo
CÓMO EVITAR MALAS POSTURAS Y MULETILLAS
Serie: Grandes oradores de la historia

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