Es una figura retórica o tema artístico que usan los escritores,
poetas y artistas para representar sus ideas valiéndose de formas humanas, de
animales y de objetos cotidianos. Por ejemplo: Una mujer ciega con una balanza
es la alegoría de la justicia. Un esqueleto con una hoz en la mano es alegoría
de la muerte.
La alegoría como recurso literario se usa para profundizar la compresión de una idea. López de Vega cuando se refiere a las dificultades de la vida lo describe así.
"Pobre barquilla (alma) mía, entre peñascos (aprietos) rota, sin
velas desvelada (indefensa), y entre las olas (peligros) sola"La alegoría como recurso literario se usa para profundizar la compresión de una idea. López de Vega cuando se refiere a las dificultades de la vida lo describe así.
En lo que respecta a lo sagrado, la alegoría se usa para
dar sentido a algunas historias del antiguo testamento con el objetivo de afirmar
la fe de los discípulos y enseñar acerca de la virtud. Gálatas 4: 22-26 Pablo,
apóstol de Cristo (antes rabino de la ley), alegoriza su punto sobre la gracia
de esta manera:
“Porque está escrito
que Abraham tuvo dos hijos; uno de la esclava, el otro de la libre. Pero el de
la esclava nació según la carne; mas el de la libre, por la promesa. Lo cual es
una alegoría, pues estas mujeres son los dos pactos; el uno proviene del monte
Sinaí, el cual da hijos para esclavitud; éste es Agar. Porque Agar es el monte
Sinaí en Arabia, y corresponde a la Jerusalén actual, pues ésta, junto con sus
hijos, está en esclavitud. Más la Jerusalén de arriba, la cual es madre de
todos nosotros, es libre”.
El escritor español Pedro Calderón de la Barca, (siglo XVII),
en una de sus obras define la alegoría:
“La alegoría no es más
que un espejo que traslada
lo que es con lo que no es,
y está toda su elegancia
en que salga parecida
tanto la copia en la tabla,
que el que está mirando a una
piense que está viendo a entrambas”
que un espejo que traslada
lo que es con lo que no es,
y está toda su elegancia
en que salga parecida
tanto la copia en la tabla,
que el que está mirando a una
piense que está viendo a entrambas”
Otros ejemplos:
La del poeta Jorge Manrique en “Coplas a la muerte de su
padre” cuando habla de la vida como un paso por el mundo:
“Este mundo es el
camino
para el otro, que es
morada
sin pesar
mas cumple tener buen
tino
para andar esta jornada
sin errar.
Partimos cuando nacemos
andamos, mientras
vivimos,
y llegamos
al tiempo que
fallecemos
así que cuando morimos
descansamos”
Y en otra parte
“Nuestras vidas son los
ríos
que van a dar en la mar,
que es el morir:
allí van los señoríos,
derechos a se acabar
y consumir;
allí los ríos caudales,
allí los otros medianos
y más chicos;
y llegados, son iguales
los que viven por sus manos
y los ricos”
que van a dar en la mar,
que es el morir:
allí van los señoríos,
derechos a se acabar
y consumir;
allí los ríos caudales,
allí los otros medianos
y más chicos;
y llegados, son iguales
los que viven por sus manos
y los ricos”
Albertino Mussato se refiere
al saber humanístico en alegoría:
"son enanos a hombros de gigantes", porque por nosotros mismos no podemos ver muy lejos, pero subidos a hombros del saber humanístico antiguo, podemos ver incluso más de lo que vieron los grandes hombres del pasado.
De igual manera, Omar Jayam,
poeta persa, para referirse a la vida del hombre en la tierra dice:
“Todo es un
tablero de ajedrez de noches y días, donde el destino, con hombres como piezas,
juega: Acá y acullá mueve, y da jaque y mata, y uno por uno, vuelve a ponerlos
en la caja“.
Juan Nicasio Gallego, gran
poeta de la ilustración alegoriza sobre la vejez:
"hoja seca solitaria que te vi tan lozana ayer. ¿Dónde de polvo cubierta vas a parar? –No lo sé. Lejos del nativo ramo me arrastra el cierzo cruel desde el valle a la colina, del arenal al vergel."
"en
una alforja al hombro llevo los vicios; los ajenos delante, detrás los míos.
Esto hacen todos; así ven los ajenos, mas no lo propios."
Y
la alegoría de la fe:
"la
fe es como intentar escalar una cuesta empinada y rocosa: sólo un mero tropiezo
podría hacerte caer rodando, pero la creencia y la perseverancia te verán en la
cima."
La obra “La Divina Comedia” de Dante Alighieri y “La
rebelión de la granja” de George Orwell son en su totalidad una alegoría.
Jorge Arévalo
LA ALEGORÍA
Serie: Grandes oradores de la historia
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